Blood Orange Is The New Black: amor a la velocidad de la luz

Blood Orange Is The New Black: amor a la velocidad de la luz

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Una década antes de Negro Swan, de colaboraciones con Puff Daddy, Asap Rocky y presentaciones en vivo con el maestro Phillip Glass, un chico inglés introvertido de 23, se aventó al cáustico río de la música desde un puente color lavanda en Omaha. Armado únicamente con una guitarra y una incomparable sensibilidad para escribir canciones tan eróticas y románticas como absolutamente desgarradoras, Dev Hynes —entonces conocido como Lightspeed Champion—, escribió doce canciones para su álbum debut Falling off the Lavender Bridge.

El sonido de este disco, supremamente acústico y con influencias muy presentes del folk, es completamente distinto al Negro Swan, que destaca por su impecable producción, así como la fusión de géneros como el funk, el R&B y el pop psicodélico.

Hynes ha ido puliendo sus narrativas a través de la última década: pasó del exceso de alcohol y el arrepentimiento sexual de canciones como “Galaxy of the Lost” y “Let the Bitches Die”, a temáticas religiosas y empoderamiento negro en “Holy Will y Jewelry”.

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Pero si eligiéramos una canción al azar de cualquiera de sus discos, existe una gran probabilidad de que las imágenes que llenan la mente del escucha fueran muy similares. La mayoría de las canciones de Hynes, ya sea como Lightspeed o como su nuevo proyecto solista, Blood Orange, pueden ser entendidas como reflexiones de los matices grises que se sienten cuando uno se enamora. No caen en el maniqueísmo al que muchas otras canciones de pop recurren, dónde la relación es un sin fin de rosas y el rompimiento un mar de tristezas. En ambas identidades, se experimenta una infinidad de emociones que navegan desde el polo más cariñoso hasta la frialdad más dolorosa y todo dentro de un mismo contexto, cuando sientes que podrías pasar todo un día dormido en una cama con alguien y al siguiente no sabes si puedas volver a ver su cara.

Canciones como “Midnight Surprise” de Falling Off the Lavender Bridge y “Hope” de Negro Swan, ejemplifican a la perfección la comodidad de seguir en una relación con alguien por muchos años, pero al mismo tiempo, lo insoportable que pueden ser ciertas partes de esa rutina, las preguntas que, por nuestras inseguridades, inevitablemente se incrustan en lo más profundo de nuestras cabezas.

Pocos artistas manejan el romance como Hynes, manteniendo el pulso de lo erótico tan cerca de lo melancólico, generando así una tensión que abruma, pero que a la vez seduce. Sea que pases este San Valentín, ya sea con una persona que amas, con amigos o recuperándote de un corazón roto, Dev Hynes tiene una canción para describir cualquier trance amoroso. Desde la hipnótica “Champagne Coast” o la siempre dolorosa “You’re Not Good Enough”.

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