Avances y retos para buscar la equidad salarial en el futbol
Por Andrés Moreno
Si tomamos la lista de Forbes sobre los deportistas mejores pagados en el mundo, debemos bajar hasta la plaza 29 para hallar a la primera mujer en el listado: Naomi Osaka, tenista, nacida en Japón y primera en ganar un Grand Slam para el país del ‘sol naciente’. Sus ganancias están calculadas en 37.4 millones de dólares, de los cuales 34 millones son provenientes de sus patrocinios, y solo 3.4 millones de su salario anual. Igualmente, si tomamos esa cifra y la comparamos con lo que gana Roger Federer (106.3 MDD), deportista mejor pagado del mundo y tenista, además, hallaremos una diferencia del 65% entre el suizo y Osaka. En cuanto a salario, solamente, vemos que el de Federer (6.3 MDD) casi que duplica al de la japonesa, campeona del Australian Open del 2019.
La brecha salarial entre los deportistas hombres y las mujeres es un tema que al día de hoy sigue muy latente en el deporte. Tenemos, como primer ejemplo, el caso del tenis, un deporte que, podemos decir, recibe una cobertura mediática y niveles de audiencia bastante similares en las categorías masculina y femenil. Sin embargo, hay disciplinas en las que la diferencia salarial entre hombres y mujeres es muchísimo más acentuada. Una de ellas, claro, es el futbol.
El deporte que más espectadores tiene en el mundo, la Final del Mundial de Futbol, por ejemplo, queda atrás solo de los Juegos Olímpicos en niveles de audiencia. No es descabellado decir, entonces, que el futbol atrae muchísima gente; sin embargo, nos damos cuenta de que la brecha salarial entre hombres y mujeres futbolistas es enorme. Alex Morgan, la futbolista mejor pagada de 2019, ganó ese año 482 mil dólares, mientras que Lionel Messi, el futbolista con mejores ingresos ese año, ganó 127 MDD, de acuerdo con Forbes. Messi ganaba 263 veces más que la mujer con mejor salario en el futbol.
A esto pueden atribuírsele varios factores, como la visibilidad y la rentabilidad que genera el futbol femenil en comparación con el masculino. Casey Stoney, entrenadora del Manchester United femenino, declaró, en entrevista con Sky Sports, que “hasta que traigamos más gente a las gradas, entren más ingresos, más dinero comercial, hasta ahí podemos hablar sobre pago igualitario.” Ante eso, hay que decir que el promedio de asistencia a los estadios para ver la FA Women’s Super League (Primera división femenil inglesa) fue de 3.401 espectadores; mientras que el de la Premier fue de 29.821. Sin embargo, de acuerdo con The Telegraph, la intención de la Football Asociation es vender para la próxima temporada los derechos de televisión de la Super League, que se transmitía gratis y que alcanzó a tener una audiencia de 285.000 personas en el portal online de la BBC. Además, el mundial femenino de 2019 alcanzó a tener una audiencia de 1.120 millones de espectadores, la más alta en la historia de la competición.
Con este incremento del interés por el futbol femenino, es posible empezar a pensar en avances para lograr la equidad salarial. Eso es algo que se ha hecho a nivel de selecciones. La FA inglesa, por ejemplo, reveló la semana pasada que lleva desde enero pagando de forma igualitaria a los miembros de la Selección de Inglaterra masculina y femenina, los viáticos y el dinero de premio que otorgan por su progreso en los torneos. Es el mismo camino que tomó la selección brasileña que anunció, mediante un comunicado, que también pagaría a sus jugadores igualmente, sin importar el género. Estas selecciones se unen a las de Noruega, Nueva Zelanda y Australia que llevaron a cabo estos cambios desde antes.
En México, el futbolista mejor pagado es André-Pierre Gignac, de los Tigres UANL, que percibe 4.6 millones de dólares al año. En contraste, la Global Sports Salary Survey del 2017 reveló que, en promedio, una futbolista de la Liga Mx Femenil recibe 2.184 MDD anuales; más de dos mil veces menos que el mejor pagado de la Liga masculina. Si bien del 2017 para acá se han dado incrementos salariales, la diferencia por recortar sigue siendo demasiada.
Por un lado, es bueno ver cómo los ojos del mundo se tornan más al fútbol femenil, porque así estos torneos serán más rentables y será más fácil lograr una equidad salarial. Por el otro, es aún muy oscuro el panorama para que se logre al menos un poco de igualdad en las ligas como la mexicana. Sin embargo, los pasos que se han venido dando en el mundo para lograr este objetivo han sido hacia adelante. Solo hay que seguir.