Attic Lights, cuatro viejos amigos que aún pueden evocar la sensación de diversión y entusiasmo
Después de un largo y tranquilo periodo, Attic Lights regresa con otro álbum satisfactorio de power pop, curiosamente titulado Love In The Time Of Shark Attacks. Siempre estamos buscando un buen pop que haga que nuestro día sea más brillante, y si eres como nosotros encontrarás lo que necesitas en este reciente material.
El cuarteto escocés atrapó a las audiencias del indie rock en 2008 después de firmar con Island Records y emitir su poderoso debut influenciado por el pop de los años 70, Friday Night Lights. Seguido por el igualmente contagioso disco, Super De Luxe, lazando por Elefant Records en 2013, después del cual emitieron algunos sencillos y tourearon antes de quedarse relativamente en silencio.
¿Qué estaban haciendo? Bueno, principalmente, el cantante y compositor Kev Sherry estaba preocupado con varios de sus otros proyectos, incluido el lanzamiento de su cómic Warpaint y en la grabación de su álbum como solista. Esto, además del notoriamente largo tiempo que la banda tarda en escribir sus canciones, parece una explicación razonable para el paréntesis de seis años que se tomo la agrupación. También durante este intermedio, el guitarrista Jamie Houston regresó al redil, reconstituyendo la formación original del grupo de Friday Night Lights. Todo esto nos lleva a la grabación y el lanzamiento del tercer disco de la banda, Love in the Time of Shark Attacks, que debutó a principios del 2019.
El álbum encuentra a los originarios de Glasgow una vez más tocando canciones cuidadosamente melódicas repletas de riffs de guitarra salidos de los años setenta y noventa que no hacen nada para disuadir las bien ganadas comparaciones del grupo con Teenage Fanclub y Weezer. Al igual que en su debut, el nuevo disco muestra muy bien los talentos de cantante y compositor de Sherry, cuya voz es uno de los aspectos más distintivos del sonido de Attic Lights.
La banda anunció su regresó a finales de 2018 con el sencillo principal y canción de apertura del disco: "Never Be Myself". Una canción que luce con un tintineante piano y una guitarra de 12 cuerdas, aprovechando al máximo la habilidad de la banda para armonías vocales cuidadosamente estratificadas. Con estas armonías abundantes, particularmente gloriosas durante el coro de esta pista, atrae de una manera cautivadora al oyente y permite un sonido más orgánico que realmente brilla en todos los momentos melódicos que llegan a través de los altavoces.
A pesar de la larga espera entre álbumes y el tiempo que los miembros de la banda pasaron separados, Love in the Time of Shark Attacks jamás suena desorientado. Todo lo contrario, se siente como cuatro buenos amigos que aún pueden evocar la sensación de diversión y entusiasmo que sin duda sintieron en sus primeros momentos juntos.