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Como cada día 28 de mes, la iglesia de San Hipólito, ubicada en la esquina de Avenida Hidalgo y Paseo de la Reforma, recibió a miles de personas que se congregaron para dar gracias a San Judas Tadeo, santo patrono de las causas perdidas. Por alguna extraña razón, a San Juditas se le festeja todos los meses, pero el 28 de octubre está marcado en el santoral como su “cumpleaños”.
Las peregrinaciones llegaron desde la madrugada, algunos llevaron tiendas de campaña que colocaron a las inmediaciones del templo con el fin de poder descansar después del largo trayecto. Los fieles seguidores a San Judas vinieron de diversos puntos de la zona metropolitana, muchos de ellos traían puestas playeras que mandaron rotular o imprimir con los apellidos de la familia y su lugar de origen.
Otra de las tradiciones de los feligreses que asistieron a felicitar al popular santo es llevar consigo una ofrenda que obsequian a los demás concurrentes: comida, pulseras, estampas y figuras en miniatura son solo algunos de los souvenirs que las personas que han sido bendecidas por San Judas regalan como muestra de agradecimiento.
El templo que alberga a San Juditas es muy pequeño; el mar de gente se concentró en los alrededores esperando durante horas poder ingresar y observar de cerca la escultura sagrada. Durante todo el día, se aprecia un ambiente festivo, los colores verde y amarillo adornan la gris arquitectura de la zona. Algunas personas acudieron vestidas con la túnica blanca con verde que identifica al “valedor de chuchito”, apodo con el que cariñosamente se refieren al santo.
Entre flores, rosarios y figuras monumentales, bajo el cielo nublado de la CDMX y con olor a solvente, la fiesta de San Judas Tadeo se llevó a cabo de forma pacífica. A pesar de los prejuicios que existen entorno a la imagen que para muchos resulta ser la acompañante de los maleantes, se aprecia un ambiente de espiritualidad, de carnalismo. Una gran parte de los asistentes son jóvenes que apenas rebasan los 20 años de edad, algunos son más pequeños, detalle que no les impide mostrar su devoción con orgullo. Con mariachi y banda sinaloense, los camaradas de San Juditas pasaron a dar gracias por los paros recibidos durante el año y esperan no los abandone en su andar.