Las facetas del amor según Shakira
Shakira ha tenido tantas canciones de amor como colores de cabello. Ella es, sin duda, una de las artistas más importantes para el pop latinoamericano, ha hablado de amor de todas las maneras posibles y nos ha regalado decenas de baladas para cantar apasionadamente junto a ella.
Con la colombiana hemos llorado, hemos reído, hemos levantado el puño y nos hemos enamorado. Es por esto que decidimos hacer una oda a aquella Shakira que nos capturó con su peculiar forma de cantar y sus apasionantes letras.
Estas canciones representan las distintas facetas del amor según Shakira:
Para el desamor
Esta es para decirle a tu ex que lo extrañas. Es el momento de tragarte tus palabras y declararle lo mucho que disfrutase esa relación, echar la cursilería para volver a enamorarlo y tratar de convencerlo que los dos estaban mejor cuando estaban juntos.
Para el coqueteo
Tu crush te está dando señales que te hacen pensar que le gustas. Andas dando brincos de felicidad, pero prefieres calar las aguas primero. Esta etapa es para soltar indirectas “a ver si una pega” y asegurarte que el sentimiento es recíproco, aunque tu, en tu mente, ya decidiste la fecha de la boda, el nombre de sus hijos y la raza de su mascota.
La del ghosting
Estás echando ligue muy agusto. Según tú, todo está yendo de maravilla y hasta le contaste a tus amigos más cercanos que esta va en serio. Por fin podrás contestarle a tus tías cuando te pregunten por la novia o el novio en la cena de navidad de este año. De repente, como por arte de magia, tu ligue desaparece, te deja de contestar los mensajes y ya no le da like a los memes que compartes. La relación ya está tan muerta que la única forma de comunicación es una ouija.
"Dónde estás corazón" es para aquellos y aquellas que quieran desahogarse después del cruel enfrentamiento con la palomita azul, al "visto a las no me interesas y cuarto", al "última conexión después de los 8 mensajes desesperados que mandaste".
La del plantón
Esta es, tal vez, aún más triste que la anterior, porque te tomaste la molestia de echarte un regaderazo, preparar tu mejor atuendo, salir de tu casa y pagar el Uber porque ya ibas tarde. Todo para que te dejen esperando una eternidad, volteando a ver cada carro con la ilusión de ver llegar a tu date. Tocas fondo y empiezas a inventar excusas para justificar el hecho de que te están aplicando el plantón más grosero de toda tu vida.
Esta canción es para escucharla de regreso a casa, con la ventana del carro llena de gotas de lluvia y las expectativas de tener una velada romántica destrozadas.
Para el ligue
Cuando estás en esa etapa del pre-noviazgo, en donde prácticamente uno de los dos está esperando a que el otro tome la iniciativa para oficializar el asunto, esta rola puede ser una buena manera de hacerlo.
"Obtener un sí" es para esas parejas de amigos que todo el tiempo les están preguntando si son novios, que ya se dieron uno que otro kiko en la fiesta, que se la pasan todo el tiempo juntos, pero les hace falta un empujoncito para que se animen a cerrar el trato.
Para pintar rayita
De esas veces que tu pareja te hace una jalada tan grande que es momento de tomar la no tan difícil decisión de terminar las cosas.
En esta ocasión ya no hay vuelta atrás, se terminó, adiós, au revoir, arrivederci. Ya le contaste a tu mamá de sus artimañas y ni ella, ni tú se las van a perdonar. Es hora de tomar al toro por los cuernos y decir #SeTeAcabóLaFiesta, a otro perro con ese hueso, en este pueblo no cabemos los dos.
Para autoflagelarse
Escuchar estas dos siguientes canciones después de una ruptura es como cuando se te olvida que te cortaste un dedo con una hoja de papel y te pones a exprimir limones.
Es momento de encerrarte en tu cuarto, tomar la caja de pañuelos, y poner a todo volumen cualquiera de estas dos siguientes baladas para sumergirte en tu propio sufrimiento.
El amor codependiente
¿Te has topado con un par de tórtolos que no pueden vivir despegados? Esta canción es perfecta para ellos. Son esos que no se sueltan nunca, que terminan las oraciones del otro, y que toman del mismo vaso con dos popotes.
Esta pareja es tan codependiente como insoportable, no podrían vivir sin el otro, son empalagosos, se hablan con apodos ridículos y se les acaba el mundo si se dejan de ver por más de 24 horas.
Para los rogones
Ya te rebajaste demasiado, ya te dijeron varias veces que no y sigues suplicando para que no te dejen. Hasta tus amigos te dijeron que le bajes, que lo dejes ir, pero tu sigues aferrándote a algo que quedó en el pasado.
Ya intentaste todo: cartas, regalos, lágrimas y no funcionó, así que es hora de que levantes las rodillas del suelo y empieces a asimilar la soltería.
Cuando el amor apendeja
La rola para cuando te traen en la lela y andas tan embobado/da en tu enamoramiento que ya ni te reconoces y ya ni sabes por qué haces las cosas que haces. Te la pasas regándola en tus decisiones amorosas, pero por más que no quieras seguir así, vuelves a caer. Es como la cruda del amor, por más que digas “ya no lo vuelvo a hacer”, el fin de semana regresas a las mismas andadas.
Cuando por fin sales de esa relación tóxica
¡Felicidades! ¡lo lograste! Saliste por fin de ese noviazgo que te hacía sentirte mal todo el tiempo. Ya los dos estaban aferrados a estar juntos por costumbre más que por amor, pero tomaste cartas en el asunto, te diste cuenta que hay muchos peces en el mar y te quitaste esa carga de los hombros.
Ahora sólo queda disfrutar de tu nueva vida de soltero/a, volver a salir con tus amigos, terminar la serie que no habías podido completar por esperar a que tu pareja se pusiera al corriente y, cuando el momento sea indicado, volver a descargar Tinder.
Cuando te ponen el cuerno
Tu novio te corta, y unos días después descubres que la persona que te decía que era “sólo un/a amigo/a” resulta ser su nueva pareja.
Te empieza a salir humo por las orejas y sientes que vas a explotar, pero decides tranquilizarte y meditar las cosas y, como revelación divina, descubres que estás mejor así, ya se dará cuenta del error que cometió y tu ya habrás pasado de página. Él se la pierde.
