El álbum debut de Metallica, Kill 'Em All, comenzó a grabarse un 10 de mayo de 1983 para ser lanzado tres semanas después. Éste ha dejado una profunda huella en la historia del metal. La producción del álbum estuvo llena de anécdotas, desafíos y momentos que marcaron el comienzo de tan significativo disco, el cual retoma fuertes influencias del punk y el legado del heavy metal grabado durante los años 70. En él podemos encontrar claras referencias a Motorhead, Black Sabbath, Judas Priest, Iron Maiden o Deep Purple.

El disco logró enmarcar una intensa energía y una actitud agresiva que más adelante se convertirían en características distintivas del thrash metal. Las canciones como “Hit the Lights”, “Whiplash” y “Seek & Destroy” presentaron veloces riffs y virtuosos solos de guitarra. La parte mística sería aportada por piezas como “The Four Horsemen”, con una clara referencia al Apocalipsis de San Juan.

Ese histórico 10 de mayo la banda encabezada por James Hetfield y Lars Ulrich se embarcó en la grabación de Kill 'Em All en Music America Studios en Rochester, Nueva York. Aunque no era uno de los lugares más famosos para grabar, este lugar pronto se convirtió en un espacio esencial para el rock y el metal emergentes de esos momentos. Bajo la batuta de Paul Curcio, el estudio logró un ambiente adecuado para capturar la energía y la fuerza que Metallica deseaba plasmar en su primer larga duración.

Durante las sesiones de grabación, James Hetfield y Dave Mustaine (antes de su salida de la banda) desataron su furia a través de sus guitarras Flying V y Destroyer II, mientras que Cliff Burton hizo temblar los cimientos con su bajo Rickenbacker 4001, acompañado de los veloces golpes a la tarola de un virtuoso Lars Ulrich a cargo de la batería. Estos instrumentos se combinaron con una selección de pedales de efectos icónicos de la época, como el overdrive o la clásica distorsión americana que hacían gritar frenéticas a las guitarras a través de una mesa Boogie para lograr el sonido distintivo del álbum. Ningún disco de Metallica volvió a sonar así. Gran parte de ello también se debe a que fue grabado en vivo y no con los instrumentos por separado, como muchas veces lo exigen los estudios de grabación.

La grabación de Kill 'Em All no estuvo exenta de conflictos y curiosidades. La banda, al enfrentar limitaciones presupuestarias (15,000 USD), tuvo un plazo de tres semanas para completar el álbum. Sumado a ello, la polémica salida de Dave Mustaine y la entrada de Kirk Hammett poco antes de finalizar la producción agregaron un giro dramático a la historia

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A pesar de no alcanzar un gran éxito comercial inicial, Kill 'Em All ha logrado trascender el tiempo, para dejar una marca importante en el mundo de la música. Con más de 3 millones de copias vendidas solo en los Estados Unidos, este álbum ha mantenido su relevancia y ha atraído a una base de apasionados seguidores del metal. La certificación de triple disco de platino es un testimonio de su influencia duradera. De hecho, a nivel popular, es uno de los discos más alabados y aceptados por aquellos profundos fanáticos del género.

Kill 'Em All se considera un hito del thrash metal. Junto con otros lanzamientos clásicos de la banda como Ride the Lightning y Master of Puppets, Metallica impuso nuevos estándares y definió en gran parte el sonido del género. Su éxito puede facilmente verse en generaciones posteriores de músicos y músicas, para consolidar así su importancia en la industria y su estatus como una de las bandas más influyentes de todos los tiempos.

A lo largo de los años, la propuesta de la que parte el Kill 'Em All ha tenido efecto en numerosas bandas a nivel global. Agrupaciones como Slayer, Megadeth, Anthrax, Testament y Exodus han retomado su sonido agresivo y veloz, para exponer claramente el legado y la influencia perdurable de Metallica en la escena del metal.

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