10 años sin las cuerdas del Níger: Ali Farka Touré

África, tierra infinita, salvaje, exótica, de riquezas inconmensurables, hogar de sonidos tribales y exquisitos. Cuna de uno de los grandes genios musicales contemporáneos: Ali Farka Touré (1939-2006), cantante, guitarrista e hijo predilecto de Tombuctú, Malí, y putativo del reino de Pocajú.

La densidad de la estepa, la inmensidad del desierto, los ríos que corren como serpientes fueron los escenarios en los que el pequeño “Farka” (que quiere decir “asno”, animal admirado por su constancia y perseverancia) creció y alimentó su imaginario. Desde pequeño mostró predilección por la música. Con el paso de los años se decantó por la guitarra e hizo de este instrumento una extensión de su cuerpo. Hombre y guitarra caminarían juntos millares de kilómetros; poco a poco, paso a paso, acorde tras acorde se forjaba una leyenda.

El sendero musical que cruzó “el rey del blues del desierto” se inició con un modesto trabajo en una estación de radio en Bamako, fue ahí donde escuchó los crudos y seductores compases del blues de Ottis Redding y la desfachatez y exuberancia de “el padrino del soul”. Anonadado, supo que su destino estaba escrito.

Con doce producciones, inauguradas con la placa Farka (1976) y finalizado el periplo de virtuosismo musical con el disco póstumo Ali and Toumani (2010), Touré se codeó con lo más granado de la world music y el blues. Músicos de la talla de Ry Cooder, Taj Mahal, Toumani Diabaté, entre muchos otros fueron sus cómplices. Por si fuera poco, cosechó entre sus diversos triunfos dos premios Grammy, el primero en 1994 por el disco Talking Timbuktu (World Circuit) y el segundo en 2005 por su placa In The Heart Of The Moon.

[embed]https://www.youtube.com/watch?v=g0iaTsSHuWY[/embed]

[embed]https://www.youtube.com/watch?v=pJUE03aeaQ4[/embed]

[embed]https://www.youtube.com/watch?v=TBt8MJ6wrQM[/embed]

Ali Farka Touré hermanó la música que se esparcía en la lontananza de los campos algodoneros y en el delta del Mississippi con la sabana africana y los márgenes del río Níger. Como todo fuego que arde intempestivamente, las llamas sonoras de “el rey del blues del desierto” se extinguieron el 7 de marzo de 2006, no pudo ganar la batalla contra el cáncer de huesos. No obstante, su legado sigue vigente.

[embed]https://www.youtube.com/watch?v=moL7yLquGUU[/embed]

¡Que la gracia del Marajá ilumine su camino y difunda su música a todos sus súbditos!

@chicledeletras

 

Las mutaciones del ruido tropical: Entrevista a Los Pirañas.

#PolloFrito: la nueva sección de Wake & Bake