A quince días de que se entreguen los Premios Ariel de la Academia Mexicana de Cine en su sexagésima segunda edición revisamos en este espacio Asfixia, una de las cinco contendientes al premio de mejor película.

Dirigida por la también productora y guionista mexicana Kenya Márquez la cinta es un inteligente y duro retrato sobre el machismo y la discriminación en el México de nuestros días que sigue mirando a la mujer desde una perspectiva plagada de prejuicios.

La historia de Alma, una joven albina que sale de la cárcel tras cumplir una condena injusta por un crimen que no cometió, es la historia de una lucha por reintegrarse en una sociedad que no quiere ver, dar trabajo ni tener nada que ver con quiénes han estado en prisión. Si a las motivaciones de nuestra protagonista sumamos el interés de aclarar la verdad detrás de un proceso legal viciado y de recuperar a su hija el viaje que propone la cinta se convierte en toda una aventura.

En el camino, Kenya Márquez aprovechará para hablar de un sistema legal inoperante, anquilosado y anacrónico, que condena al pobre y al mas débil por principio, y de una violencia estructural en contra de las mujeres y los que son diferentes que ha permeado en todos los estratos de la sociedad.

Así, Alma -interpretada con naturalidad y solvencia por la debutante Johana Fragoso Blendl sufrirá en carne propia lo importantes que resultan las apariencias y lo difícil que es conseguir que su palabra valga frente al dicho de los hombres.

La pérdida y la búsqueda de redención como combustibles para la acción. El miedo y la enfermedad como pegamento social. La necesidad de atención y la soledad como reclamos personales.

Una mirada cercana y minuciosa para unir las piezas y darle sentido a una realidad compleja y dolorosa. Llena de interpretaciones meritorias (la película suma 7 nominaciones a los Arieles de los cuales 4 son para el trabajo de sus actores y otra es para su directora) Asfixia es una muestra mas de que 2019 fue un gran año para el cine mexicano. Una industria que resiste con valor los embates de los recortes de fondos, pandemias y emergencias sanitarias.

Más proyectos como este que compitan en buena lid con otras grandes películas por los premios. Más oportunidades de rodar para directoras como Kenya Márquez.

Gane quien gane los Arieles el 20 de septiembre (compiten con Asfixia en la mayoría de las categorías Esto no es Berlín, Ya no estoy aquí, Cómprame un revólver y Polvo) el triunfo será para un cine nacional que, a fuerza de hacerse diverso y producir cada vez más, a partir de dialogar y articularse como industria, sigue retratando a un país rico culturalmente que suele crecerse ante los malos tiempos.

El More.