#Vintage909 Tom Waits - Rain Dogs: Los perros callejeros se pierden en la lluvia

Por Leo Moreno (@protopeople)  

La lluvia limpia cada lugar en donde el perro callejero ha orinado. Lava todos los aromas que lo llevaron a donde se encuentra. Vaga sin dirección, rehace su ruta y sigue adelante. Esta es la poderosa metáfora con la que el californiano Tom Waits (Pomona, 1949) describe el concepto creativo de Rain Dogs (Island Records, 1985), décimo álbum en su discografía y uno de gran importancia, al ser considerado por Rolling Stone como el 397 de los 500 mejores de todos los tiempos. Trascendental debido a la propuesta y a la fusión original de diversos sonidos e instrumentos no tan comunes - marimba, acordeón, trombón y banjo - Waits continuo el momentum que generó con su anterior trabajo Swordfishtrombones (Island Records, 1983) para dar vida a un disco lleno de diversos estilos pero con un espíritu único y original.

 

La gente que vive en la calle, los desposeídos, son los perros de la lluvia.

“El Ron se vierte fuerte y delgado / acaben con el basurero / con los perros de la lluvia

a bordo de un tren de naufragio / den mi paraguas a los perros de la lluvia /

porque yo soy un perro de lluvia también”

 

https://www.youtube.com/watch?v=qTlkVTwMLFs

En el tema Rain Dogs, así es como Waits se define como parte de los desafortunados, de los que deambulan por el monstruo de concreto en busca de esperanza, una experiencia, una pista para saber por donde continuar el camino. Durante el proceso de creación, el artista imaginaba a un hombre en el tren que partía de Manhattan, que dejaba de lado su copia del NYT para observar por la ventana, e imaginar todas aquellas terribles cosas de las que él no tiene que ser parte.

 

“Sanos, sanos, todos están locos / el bombero está ciego, el conductor no sirve / una chamarra de Cincinnati y una dama con triste suerte / colgando en la ventana con una botella llena de lluvia / aplaudan, aplaudan”

 

En Clap Hands, los sentimientos e ideas de Waits son muy claros, y quedan expresados en letras oscuras, duras y sobrecogedoras. El poeta siempre esta ahí para contarnos con una sátira magistral la decadencia del hombre. Y la voz contra con el status y el lujo se deja ver plena en temas como Gun street girl: “Atado a un árbol / con un flaco millonario”.

Tom Waits 1

 

Los aullidos y gritos rasposos en Big Black Mariah son emocionantes y profundos sobre un blues roto, desgastado y ebrio. Walking Spanish es un ejercicio similar de este blues que parece avanzar con el ritmo de un cojo que, a destiempo, tampoco sabe a dónde va:

 

“Pásenle una foto de nuestro Jesús / o denle una cuchara para cavar un hoyo / Lo que ha hecho no es asunto de nadie / pero necesitará mantas para el frío”

 

La instrumental Midtown es una pieza genialmente caótica que nos transporta a la trinchera, a la batalla del perro en la ciudad. Aún sin palabras, podemos observar el asfalto crudo y sucio por el que olfatea el vagabundo, que avanza hacia ningún lugar, cual si diera vueltas en círculos entre el gran desequilibrio de fuerzas y promesas vacías de las grandes urbes. Con 9th & Hennepin, Waits nos cuenta sobre una pelea de cuchillos entre padrotes afuera de una tienda de donas. En este universo llamado Rain Dogs, todo es una batalla encarnizada entre vida y muerte, amor y soledad, pecado y expiación. No hay nada que esconder, lo que sucede es una cuestión obvia que debe ser vociferada para dar un respiro a un perro/humano de la calle.

Tom Waits 2

 

Pero más allá de las palabras, el mensaje musical es vasto y verdadero. “Si quería un sonido específico de batería, mi ingeniero decía: ¿por qué pierdes el tiempo? Vamos a golpear esa taza con un palo, lo grabamos y lo hacemos más grande en la mezcla. Yo decía: no, prefiero ir al baño y golpear la puerta con una pieza muy fuerte”. En busca de un estilo propio, Tom Waits recurrió a lo diferente para crear un reino auditivo que ya se encuentra en los anales de la historia. Si se consideran también aquellos sonidos que ocurrieron accidentalmente dentro del estudio, el maestro Waits logró algo aún más grande de lo que hubieran pensado músicos de gran relevancia y notoriedad como Keith Richards y Marc Ribot, que participaron en la grabación de diversos temas.

Un sonido muy orgánico, generado por instrumentos atípicos que dan cimiento a ritmos cadenciosos, de estructura aparentemente sencilla, pero de una riqueza inigualable. El beat es como un esqueleto que hace percusiones de sus propios huesos, continua imparable y fresco hasta nuestros días, 30 años después.

https://www.youtube.com/watch?v=kH-lDwh7o1U

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