'Walk, Don't Run', el disco de The Ventures que hizo bailar a millones en los 60's y los volvió banda instrumental #1
En 1960, The Ventures era aún una banda muy joven. Formada apenas dos años atrás cuando Bob Bogle y Don Wilson decidieron comprar un par de guitarras para tocar en diversos bares y fiestas en la zona del noroeste, cerca de Seattle. Poco después se les unirían Nokie Edwards en el bajo y Skip Moore en la batería (quien sería eventualmente reemplazado por Howie Johnson poco después de la grabación del segundo sencillo de la banda).
Fue esta alineación de Bogle, Wilson, Edwards y Johnson, la que en medio de una gira, decidió entrar al estudio de Joe Boles para grabar el resto de los temas que conformarían su primer larga duración: Walk, Don’t Run. Fue justo el tema que le da el título al disco el que los orilló a armar un álbum, pues prácticamente de inmediato el sencillo se volvió un éxito local. Tras el lanzamiento de una primera edición con Blue Horizon, Liberty Records lanzó una nueva edición bajo su sello Dolton, lo que catapultó a The Ventures a un mayor éxito comercial.
Como muchas bandas de la época, grabaron el disco con versiones de otras canciones populares, aunque definitivamente le daban un giro. Walk, Don’t Run abre, por ejemplo, con una versión instrumental de “Morgen” —canción alemana popularizada por Ivo Robić. Y aunque comienza con un golpe de cuerdas de Wilson, Bogle y Edwards, rápidamente entra a una melodía más cercana al croon original de la canción. “Raunchy” ya muestra un sonido más rápido (sobreo todo si lo comparamos con la versión original de Bill Justis), y presenta las habilidades de Howie Johnson en la batería— rasgo que caracterizaría a la banda gran parte de su carrera (no podríamos dejar de mencionar el trabajo posterior de Mel Taylor o las participaciones de Max Weiberg).
“Home” presenta una versión con mucho twang del clásico de Harry y Geoffrey Clarkson y Peter van Steeden, que había sido grabada ya por artistas como Louis Armstrong y Nat King Cole. Siguiendo el mood de “Home”, “My Own True Love (Tara’s Theme)” sin duda remite al sur de los Estados Unidos, —una versión al tema que acompaña a Tara, la casa de los O’Hara en Lo que el viento se llevó.— Podríamos decir que con este tema, The Ventures iniciaron una tradición que perdura hasta nuestros días: retomar el tema de películas clásicas y reinterpretarlas a su gusto.
Con “The Switch” ya nos encontramos un tema original de The Ventures, el primero de tres de las 12 canciones que conformaron este disco. Esta abre paso para el mayor éxito de The Ventures hasta ese momento: “Walk, Don’t Run”. Original de Johnny Smith, y popularizada por Chet Atkins, esta canción descubrió una nueva vida al ser arrancada de sus raíces jazzeras para afianzarse en el surf.
El lado B inicia con “Night Train”, un blues que había visto diferentes versiones hasta entonces, y de las cuales pocas podían compararse con la de Luis Prima. “No Trespassing” es el segundo tema original de The Ventures. Un tema que sonaba más a las raíces californianas del surf que a lo que habían grabado antes. “Caravan” era otro clásico del jazz que The Ventures hicieron suyo —y que después muchas otras bandas tomarían como base para sus propias versiones—. Si bien Santo y Johnny Farina habían grabado también una versión de “Caravan”, es innegable que su mayor aportación a la música es “Sleep Walk”, y en Walk Don’t Run esta canción se hace presente en una versión un poco más rápida que la original, y que deja de lado el slide y la steel guitar características de la original de los hermanos Farina.
“The McCoy” es el tercer original de The Ventures, una composición de Bogle y Wilson, y si bien el bajo de Edwards resalta, se nota que la composición iba apuntada más a destacar las guitarras. El disco cierra con “Honky Tonk”, original de Bill Doggett; es importante notar que para “Honky Tonk”, como para todas las versiones incluidas en este disco, The Ventures decidieron dejar de lado las complejas instrumentaciones que caracterizaban a los temas originales. Lejos habían quedado ya los saxofones, y pianos, sustituidos por la simpleza de las dos guitarras, el bajo y la batería.
Sin duda The Ventures fueron pioneros en adaptar canciones a su conveniencia, pero no porque necesitaran hacer las cosas más fáciles. Al contrario, parecería que lo que el cuarteto de Tacoma buscaba eran retos a sus habilidades, y cada vez era más evidente. Poco después del lanzamiento de Walk, Don’t Run, Edwards y Bogle cambiarían papeles, y así se escribiría otra historia. Pero en este primer disco, The Ventures sugerían caminar antes de correr, aunque ellos no predicaban con el ejemplo. Desde sus primeros sencillos, demostraron que ellos habían nacido para correr.