Una visita a la Bombonera

Tan solo cinco minutos a pie es lo que uno se tarda en darle la vuelta al pequeño estadio, atracción principal de la avenida Constituyentes toluqueña. En sus mejores noches, ha albergado a 27 mil personas, pero un simple Toluca vs Veracruz de la Jornada 7 del Apertura 2013, apenas reunió poco más de 14 mil. Para los aficionados vecinos del DF, les queda de lujo la hora de distancia a la que se encuentra el Nemesio Díez y con boletos entre 100 y 300 pesos, si descartamos los 600 del VIP, se ve que asistir al recinto de los Diablos Rojos, es más bien un acto de tradición. Es verdad, el estadio tiene la misma estructura arquitectónica de caja de bombones que tiene la mítica casa del club argentino Boca Juniors en Buenos Aires, pero la realidad es que están a años luz de parecerse. Para empezar, aunque hay ciertos clichés que uno sabe que observará al llegar a un recinto futbolero, como los franeleros, el operativo de seguridad y hasta los disfrazados, siempre suele haber un hecho que marca la experiencia de manera diferente. En esta ocasión, me quedo con un peculiar policía en turno que sin pena aprendía a tocar la guitarra eléctrica con amplificador.

Sin embargo, una vez encontrado el discreto acceso a la zona de prensa, lo primero que me llamó la atención al entrar a la bombonera mexicana por primera vez, fueron los colores del lugar. Bañado de franjas rojas y blancas por doquier, las gradas tienen el objetivo de armonizar los ojos del espectador. Y además, es precisamente la pequeñez del lugar, lo que provoca una sensación de familiaridad con el equipo.

La llegada de la Perra Brava, una de las principales porras del Toluca, se notó gracias a fuertes tamborazos. El partido estaba por comenzar y a medio día de un domingo fresco pero soleado, ambos equipos llegaban con dos motivaciones distintas, los locales debían ganar por primera vez en casa y los tiburones presumían un invicto. Unos veracruzanos que a pesar de haber encontrado en Ángel Reyna un pieza clave, es al capitán Jehu Chiapas al que le pertenece la ovación.

Sonaban las sirenas y el encuentro arrancaba. Se vivió un clásico primer tiempo donde el balón no hacía más que ir de un extremo al otro sin muchas buenas jugadas. La primera llamada de atención vino por parte del más querido de la afición local, Antonio Naelson Sinha. Con un roce al arco, despertó un poquito al espectador y dos minutos después, al 23’, Isaac Brizuela estrenaba el marcador. No fue hasta el ocaso del medio tiempo cuando Veracruz reaccionó y con un balón dentro del área, Oscar Mascorra logro igualar.

Gracias a ese tanto, se vivió un ligeramente más entretenido segundo tiempo. La balanza de juego estaba a favor de la escuadra chorizera. Motivados, al 55’ cayó el gol de Richard Ortiz y al 70’ el que definiría el 3 por 1 final con el golazo de Pablo Velázquez. El problema principal de Veracruz fue que siempre resultó sencillo quitarles el balón.

Al terminar el encuentro, Richard Ortiz y Pablo coincidieron en que tuvieron un partido difícil. Brizuela marcó su primer gol de la temporada y se llevaron tres puntos en casa. Con este resultado los diablos se encuentran en quinta posición de la tabla general con 12 puntos al igual que el Veracruz. Los tiburones perdieron el invicto del torneo, pero el técnico José Antonio Luna no se preocupa ya que asegura que por una derrota el equipo no se esta cayendo.

José Saturnino Cardozo, en cambio, mencionó que el objetivo principal siempre será ser protagonistas para el campeonato, mientras que al ser cuestionado sobre si aplazaría o no el juego ante Cruz Azul en dos jornadas debido del llamado a la Selección, respondió que no ya que para eso cuenta con 31 jugadores.

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Playlist 25 de agosto