Ventana abierta desde hace dos décadas a lo mejor de las películas que se hacen en la tierra que vio nacer el invento de los hermanos Lumière, el Tour de cine francés es una muestra pionera en lo que se refiere a dar a conocer cinematografías nacionales en nuestro país.Puerta de entrada a una de las industrias más pujantes del mundo, este proyecto ha sido el territorio natural para que se volvieran comunes en nuestras salas rostros de grandes estrellas como Audrey Tatou, Romain Durís, Gerard Depardieu, o Melanie Laurent, y para que conociéramos en México directores como Francois Ozón, Jean Kounen o Jacques Audriard. Con París como su principal locación, el cine francés ha hecho homenaje a una de la ciudades más filmadas y apreciadas por los cineastas con una innumerable cantidad de cintas que se han rodado en los 20 barrios de la capital francesa. Desde una estudiante estadounidense de periodismo en Sin aliento de Jean-Luc Godard hasta la vida de Edith Piaf en Mi vida en rosa, los franceses se han encargado de representar a su capital mediante incontables ángulos y a través de muchas décadas. En la vigésima edición del Tour el retrato parisino tiene que ver con Sr. Chocolate, la historia real de Rafael Padilla, un esclavo cubano que encuentra en Francia y sus circos una oportunidad de ser alguien y salir de la miseria. Con la Belle époque de telón de fondo y la estrella francesa global de moda como principal atractivo -el divertido Omar Sy en plena madurez actoral-, Sr Chocolate ofrece una inteligente reflexión sobre la fama y el uso que se ha hecho, prácticamente desde que el espectáculo existe, de la diferencia como reclamo publicitario. Una muestra más de que el cine francés sigue produciendo muy buenas películas y de que vale la pena darse una vuelta por la programación de este vigésimo Tour. @elmoremoreno