Toma 61. La película de la semana. Batman vs Superman. El origen de la Justicia.

Más alla de lo que alcanza a suceder en la pantalla, la verdadera pelea relacionada con la nueva película de súper héroes estrenada en esta semana santa parece estar en los medios y las redes sociales. Dirigida por Zach Snyder (Watchmen, 300, Sucker Punch, El hombre de acero) y con un presupuesto de más de 250 Millones de dólares, Batman vs Superman resultó polémica desde antes de que se estrenara.

Lo primero fue la selección de su reparto donde la apuesta por Ben Affleck para encarnar al caballero de la noche no dejó satisfechos a un grupo de feroces admiradores del personaje. A esa controversia siguieron otras que palidecieron con la abierta confrontación entre un sector de la crítica y los medios que despedazaron la película y que, acto seguido, recibieron un contundente contra ataque de los fan boys que defendieron con uñas y dientes lo que consideran suyo.

El resultado es, además de una batalla encarnizada de insultos, memes y bromas en las redes sociales, un escándalo que ha conseguido lo que las compañías productoras y distribuidoras buscaban con el estreno de la película: conversaciones acaloradas que se traducen en récords de taquilla en casi todos los territorios seleccionados para el inicio de la corrida comercial.

Al final, como pasa casi siempre en estos casos, la cinta no es tan desafortunada como unos señalan ni tan brillante como otros quisieran. Es, sin duda, una película dispareja concebida desde el mainstream que busca recaudar y, sobre todo, funcionar como puente para una serie de entregas que pretenden regresar en estas mismas fechas en los años venideros a hacer caja con historias basadas en los personajes de papel y viñetas.

Si bien es cierto que la calidad del trabajo de Snyder está lejos de la clase de Burton, Donner o Nolan también es cierto que es bastante superior a los despropósitos perpetrados por gente como Schumacher o Pitof en terrenos similares. Una muestra más del tiempo que nos tocó vivir en lo que a estrenos globales se refiere: El éxito o fracaso de algunos productos mediáticos no tiene que ver, exclusivamente, con su calidad o factura.