Hay bandas que se quedan en su país para siempre, logran cierto reconocimiento local y ahí explotan su potencial. En un nicho. Reservadas para pequeñas audiencias. Hace algunos años, una banda cultivaba himnos para los afortunados escuchas. Un día, se disolvieron. Varios proyectos —como Betacam— surgieron, y parecería que nunca más se volvería a escuchar aquel nombre que muchas veces trajo sonrisas a sus fans: Templeton. Por suerte, a veces las buenas propuestas regresan y, después de editar un disco con el sello Subterfuge, esta banda cantábrica rretorna al panorama armónico. Dotados con una terneza como de Belle & Sebastian, la clase de cualquier banda de la ola británica sesentera y con esa voz tan característica de los parlantes ibéricos, Templeton es un coctel de muchas influencias que se dedicaron a hacer canciones bonitas. Temas amables de guitarras clásicas, de acordes conocidos, de letras de amor. Un paseo por personas que conocimos en el pasado, una ojeada al álbum familiar, o tal vez un paseo por el parque de la mano del ser amado; todo eso transmiten. ¿Y quién rechaza el sentirse bien?
El murmullo (Autoeditado, 2012) es un disco para sonreír. Denle una oportunidad a las “buenas vibraciones” de las que, alguna vez, habló aquel genio de apellido Wilson que tocaba con unos tales “chicos de la playa”.
Escuchen, vean y disfruten de "Los días":
Por: Alan Luna
http://youtu.be/GUqkUutWmD8