Por: Juan Carlos (@JuancaC)
Son seis días los que Austin, Texas, necesitó para sorprender a los amantes de la música con el festival SXSW. Seis días en los que todos los venues, bares, clubs, restaurantes, estadios, terrazas, gimnasios, tiendas, parques y calles de la ciudad estaban repletas y obesas de propuestas musicales. La ciudad se convirtió en una fiesta de diversidad musical con presentaciones en escenarios poco convencionales. En estos días, la música fue diversa y no se discriminó a ninguna banda ni espectador. Bandas y artistas de todo el mundo viajaron a la ciudad “cool” de Texas para exhibirse y venderse, para que llegue un golpe de suerte y plataformas musicales como Pitchfork reseñe su trabajo, para pasar un buen rato, para presentar algún disco, la razón no importó. Lo relevante fueron las experiencias que surgieron en estos días.
Se sabe que en SXSW muchas bandas emergentes se presentan, se relacionan y hacen cualquier cosa para conseguir un lugar donde tocar y ofrecer su material. El constante anhelo de conseguir algún palomazo antes de la presentación de alguna banda conocida, longeva y experimentada, está siempre presente.
Después de navegar por las redes del SXSW, encontré varias bandas y proyectos lo suficientemente interesantes como para escuchar y seguir.
(Antes de seguir, es importante aislarse y buscar tiempo libre en la oficina o en la casa para leer y escuchar las recomendaciones. No puedes dejar atrás estas bandas que te harán bailar, llorar, gritar, cantar, corear, correr, sonreír y todo lo que te puede llegar a producir tus canciones favoritas. Si no te gusta una, sigue buscando porque estas a punto de clavarte con alguna de estas bandas y canciones).
JUNGLE (Inglaterra)
¡Bailar! Bailar y dejarse llevar.
Música proveniente de un dúo inglés con sonidos de synth-funk y coreografías por todos lados. Coreografías no pretenciosas con patines en la calle, en una habitación blanca o realizadas por una niña de seis años aparecen en sus videos. No se conoce físicamente a la banda, aunque por sus videos se puede decir que se sienten un poco nostálgicos y quieren retomar el pasado, regresar al hip-hop de los 80 y a la cultura del B-boy.
En Londres es imposible conseguir boletos para sus tocadas debido a la alta demanda.
BIPOLAR SUNSHINE (Inglaterra)
“¿A dónde se fue el amor?”
Guitarras convertidas en sedantes que se adentran a unos ritmos que hacen mover la cabeza y sentirse vivo en una reunión, en un bar, en la soledad de una habitación o en cualquier lugar donde uno se encuentre. La música contiene interludios hermosos que pueden ser parte de cualquier roadtrip o caminata nocturna. Adio Marchant, ex-integrante de Kid British, ofrece una ventana abierta a su mente con los sonidos que produce en Bipolar Sunshine.
SOHN (Inglaterra)
“Un mundo donde el dolor es perpetuo.”
Melancolía, tristeza y contemplación. A pesar de que ya es parte de varias playlist del momento, es sumamente importante conocer a este artista. Su ambiente crepuscular es parecido al de James Blake, aunque su música no es tan inquietante como el "sobstep" de Blake. Minimalista sin duda alguna. Una mezcla de Gotye, James Blake y aires de Schopenhauer. “Morí la semana pasada” es la manera de abrir una de sus canciones más pesimistas, “The Wheel”. Se pueden dar miles de cuartillas y caracteres para entender y hablar de este artista que vive en Viena y que no deja de regresar a su antiguo hogar, Londres. Ambas ciudades lo inspiran a producir y escribir.
BLACK MILK (Estados Unidos)
Mover la cabeza de arriba a abajo con una mano en el volante.
Soul con beats jazzeros influenciados por J. Dilla, A Tribe Called Quest y De La Soul son parte de Curtis Cross, mejor conocido como Black Milk. A pesar de llevar más de quince años en la industria musical y haber trabajado con Danny Brown y Jack White, muchos ignoraban las propuestas del rapero y productor, proveniente de Detroit.
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Haerts (Estados Unidos)
Una mezcla de sonidos tiernos, nostálgicos, románticos y místicos con tonos elegíacos en un electro-pop ameno que no cansa. Se escucha a los 80, se sienten a los 90 y se produce en estos días. Bailes de personas mayores en un salón de un antiguo bar al ritmo de una música proveniente de Brooklyn son parte de la esencia de Haerts. “All the Days” es un chicle que no se puede dejar de masticar, nunca se le va el sabor. Su más reciente canción se titula “Call My Name” track que se filtra de manera pacífica y amena al corazón y a la mente.
TRUST (Canadá)
Una voz nada convencional sumada a sintetizadores y sonidos de otra dimensión. Synthpop agresivo hecho para bailar en clubes nocturnos para góticos. Patrones poco comunes dentro del género de la electrónica que hacen bailar o mal vibrar a varias personas. Trust es psicodelia electrónica posmoderna y bailes surrealistas a través de beats densos y sintetizadores oscuros.
HIGHASAKITE (Noruega)
Melodías amadas por Bon Iver, letras bizarras llenas de esperanza y de relaciones no funcionales, y una voz que tiende hacia la escuela de vocalistas idiosincráticas como Björk y Lykke Li.
Highasakite es un indie pop con algunos toques electrónicos y algo de folk dentro de sus influencias. Las melodías transportan directamente a una melancolía amena y a laberintos de interpretación a través de sus letras.
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