Si vive en Jalisco, también en el DF aunque habría tenido que ir en 2011 a “Sexy” en el Exteresa Arte Actual, quizá haya tenido oportunidad de sentirse caminando por la calle mientras se desplazaba en el cuarto de la exposición. Vio bajo el techo del cuarto un tendedero, tinacos, un avión sobrevolando el perfil de la ciudad, la esquina de un edificio, algún letrero neón de hotel, la basa de una columna, la noche asomada por la ventana cuando era apenas medio día, en fin, vio los lienzos del autodidacta Samuel Meléndrez Bayardo. Miembro de la colección permanente de arte contemporáneo del Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara se pronuncia contra el arte conceptual como menciona en la revista Replicante ya que “se refugian en el “chorismo” ante la incapacidad de generar obras que se expresen por sí mismas en términos visuales. Usan el lenguaje como una herramienta de poder y exclusión. Si manejas cierta jerga estás “in”, si no, olvídate de tu expo en el MUAC”.El tapatío gusta de esos paisajes solitarios que las más veces pasan desapercibidos en una caminata como en La tienda verde.
Los habitantes de sus óleos no son necesariamente personas, sino esos objetos que a diario vemos e ignoramos que son la memoria anónima de una historia.Como esos zapatos enredados a los cables de luz, la escoba recargada en la pared o alguna botella en la banqueta.
El espectador se siente como husmeando la intimidad de la ciudad mientras ve sus cuadros.Pero también puede sentirse confundido al reconocer que tal esquina que le era familiar no corresponde ya con los objetos que normalmente la animan, porque Samuel Meléndrez no sólo se limita a reproducir como si fuera cámara fotográfica algún ángulo urbano deseado , también realiza una especie de photoshop sobre la tela ya que de alguna calle toma el cielo, de otra un objeto y de tal un monumento creando otra ciudad paralela donde el espectador puede disfrutar de paseo imposible como en la La escultura.
Puede visitar parte de su obra en la Colección del Acervo Patrimonial del Museo de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público en el centro histórico o la colección del Banco de México.