Die Antwoord @ Bizco Club por Vélez Fotos por Cecilia Villaverde
Ninja y Yo-Landi Vi$$er son un acto sui generis que aún nadie logra entender, Die Antwoord ha sido confundido por fenómeno viral, broma y simple mal gusto, pero más allá de los materiales de estudio y los videos, teníamos pendiente la prueba de fuego: el acto en vivo.
Die Antwoord... una boy band del ghetto: su show está planeado paso a paso apoyados por coreografía, vestuarios y hasta los gritos de este par, que están puestos para llenar a su audiencia de adrenalina. Techno y hip-hop se unen para saturar los sentidos, beats, rimas y gritos –como balas– una tras otra directo a la sien.
Empiezan lento, con bajos potentes y coros sencillos, forrados en tracksuits naranja chillante con el logo del grupo en la espalda. No había terminado la segunda canción y Ninja ya estaba sin camisa, surfeando sobre el público que no paraba de gritar. Después se despojó de sus pantalones para develar unos boxers con la portada del Dark Side of the Moon que se volverían protagonistas del espectáculo, mientras él sacudía su pelvis sin parar, derrochando su encanto de galán de barrio.
Yo-Landi es una especie de súcubo que no puedes dejar de ver. Su belleza atípica y sus movimientos seductores la transforman en el centro de atención y su aguda voz de ardilla resuena en el interior de tu cabeza desde que la escuchas. Es raro ver actos de hip-hop internacionales en México y aún más raro que la gente quiera verlos y los reciba con tanta fuerza. Con "Fatty Boom Boom" y "I Fink U Freeky" causaron estragos dignos de un headliner, mismos que posiblemente hubieran dejado fracturado el piso y las paredes de un recinto habitual para conciertos.
Traer a este grupo al festival fue una apuesta muy arriesgada de 8106. Ninguna estación de radio los toca, están fuera del espectro de los medios locales, pero encajan a la perfección en el espíritu propositivo del Bizco Club. Los sudafricanos engancharon a la gente de inmediato, la carpa estaba repleta y el piso temblaba porque el público perdía la cordura segundo a segundo. La energía que desatan, es solo comparable con la que tiene una banda como The Prodigy en otras partes del mundo.
Este año nos quedó claro que lo mejor del Corona Capital es que promotores que no están encajados en el día a día de Ocesa, tengan el presupuesto e infraestructura para hacer lo que quieran; es como ver al MxBeat revivir poco a poco. Felicidades y gracias.
El frenesí desatado por Die Antwoord en México es una prueba de que en el tercer mundo se habla el mismo idioma. No es moda, es ley, el rave está de vuelta y más vale que estén preparados. Sin lugar a dudas, Die Antwoord fue el mejor acto en vivo del Corona Capital 2012.
Araabmuzik @ Bizco Club por Máximo Arozarena Fotos por Rafael Ramierez
Con los sets de Araabmuzik, parece que cada presentación es igual a la otra, sin embargo, en el trasfondo son muy distintas una a la otra. Llegué al escenario Bizco Club esperando un show que pareciera ser la banda sonora de un tiradero de basura, para encontrarme con una hora de caminata por escenarios urbanos de la ciudad de Nueva York, en gran parte debido a la presencia de un MC, que se encargó de prender a los presentes agitando los brazos y gritando palabras de aliento a un micrófono. La versatilidad de Araabmuzik se mostró a lo largo de una corta historia sonora que recorrió éxitos de reggae, hip hop y dubstep, y que alcanzó su punto climático en el sampleo de “First of the Year” de Skrillex (su amistad con Araabmuzik no es ningún secreto). Y aunque al final nos quedamos con las ganas de escuchar la música ‘trance’ mañanera que caracterizó el viaje onírico de Electronic Dream –su primer LP– el recorrido estuvo muy completo. Mis expectativas de este set eran muy altas y no me dejó nada a deber. Si no fuera por el extraordinario concierto de Die Antwoord el día anterior, sin duda éste hubiera resaltado como lo mejor del festival.
Baio @ Bizco Club por Davo Peñaloza Fotos por Cecilia Villaverde
Christopher Baio, bajista de la banda neoyorkina Vampire Weekend, mejor conocido en su faceta solista simplemente como Baio, se instaló en el Bizco Club para llevar a cabo un DJ set muy amigable y apropiado para un mediodía soleado en el inicio del Corona Capital 2012. Semi calvo, con una camisa blanca que dejaba ver unos wet spots en las axilas, lentes de sol, una tornamesa básica, una carpeta llena de CD’s encima de una mesa y una sonrisa constante, así es como se podía ver a Baio, quien se mostró muy tranquilo en el escenario mientras soltaba canciones y remixes bailables. Baio cuenta con tan sólo 2 EP’s (The Silent/New You y Sunburn), por lo cual escuchamos pocas canciones propias, tales como “Tanto” (sin Matías Aguayo), “Sunburn Modern” y “Anonymity”, los demás fueron remixes y mezclas que la gente bailó y aplaudió.
Major Lazer @ Bizco Club por Anna Stephens
Major Lazer no es un trío. Major Lazer no es el proyecto alterno de Diplo. Major Lazer no son los MCs Walshy Fire y Jillionaire. Major Lazer no son dos bailarinas hipnotizándonos con sus movimientos. Major Lazer no son los remixes. Major Lazer no son los beats. Major Lazer no son dos victoriosas banderas ondeantes. Major Lazer no son esas chicas que corrieron confundidas hacia el escenario pensando que se trataba de la canción de Beyoncé. Major Lazer no es el ingeniero de sonido aburrido de ver noche tras noche el mismo show. Major Lazer no es ese momento en el que Diplo se quitó camisa y corbata. Major Lazer no es el abdomen perfecto de Diplo. Major Lazer no es el malestar de Walshy y Jillionaire por no llamar la atención tanto como su compa el whitey. Major Lazer no es ése flotador en forma de ballena que se desplazaba sin dirección fija. Major Lazer no es ése enorme vientre de plástico transparente con Diplo adentro. Major Lazer no son las canciones interrumpidas que no te dejan hacer tu mejor paso de baile. Major Lazer no es ese loop que no te deja cantar en éxtasis el corito de la canción. Major Lazer no son decenas de sexosos desconocidos bailando entre sí. Major Lazer es dancehall, hip hop, reggae, moombahton… y dubstep. Major Lazer es la fiesta que no quieres que acabe. Major Lazer es obedecer a lo que te ordenaban en el escenario. Major Lazer es hacerle más caso a lo que pasaba en el escenario que a tu puto celular. Major Lazer es perder la camisa, la dignidad, el celular y el respeto por ti mismo. Major Lazer es el cansancio y la insolación olvidadas. Major Lazer es tan solo un pretexto para seducir a tu mejor amiga. Major Lazer es un buen pretexto para besar a un desconocido. Major Lazer es la mejor razón para bailar como stripper. Major Lazer es la perfecta justificación para vestirse ridículo. Major Lazer es el momento en el que no te da pena estar sudando. Major Lazer es todo esa cerveza que bebiste como agua. Major Lazer es el lugar donde seguro conectas. Major Lazer es el abdomen perfecto de Diplo. Major Lazer es lo mejor que le pasó al Bizco Club en el Corona Capital el sábado 13 de octubre de 2012.
Miike Snow @ Bizco Club por Eric Elola Fotos por Jimena Santoyo
La noche del sábado corría un ligero aire gélido que ambientaba la presencia de los únicos dos actos suecos en este Corona Capital 2012: Miike Snow y The Hives, mismos que por cierto, sucedieron de manera simultánea. Cerca de las 23:00 horas: treinta minutos después de la hora pactada y con la temperatura exacta para hacerlos sentir como en casa, subió Miike Snow al escenario Bizco Club. Ni el retraso, mucho menos el clima cuasi-escandinavo de la primera noche de festival, impidieron que los asistentes abandonaran sus intenciones de entrar en calor con la música de la banda sueca de electropop. Ya sobre el escenario, el trío liderado por el estadounidense Andrew Wyatt se encargó de abrigar a los presentes ávidos de abandonar sus últimas energías en baile eufórico como sucedió en “Pretender” y “Devil's Work”, sencillo de Happy To You: su más reciente producción. “Paddling Out” logró unir la mayor cantidad de voces entre destellos luminosos que no cesaron a lo largo de los casi sesenta minutos de presentación. Con el público acalorado, el final llegó con “Animal”, auténtico macanazo adornado con arreglos explosivos en esa carpa repleta que no dejó de rebotar toda la noche.
Modeselektor @ Bizco Club por Eric Gamboa Fotos por Rafael Ramirez
¿Ver a New Order o a Modeselektor? Difícil decisión. Y más cuando uno ya está enfiestado. Al final, pude ver un poco de New Order, pero no sin antes volarme los sesos con la experiencia única e inigualable que brindan los berlineses en los escenarios –particularmente cuando se cuenta con un audio de festival– y en formato de carpa.
Si Die Antwoord figuró en el Día 1 en el Bizco Club, el Día 2 fue asaltado por eso que sólo saben hacer Gernot Bronsert and Sebastian Szar. ¿Cómo no volverse loco cuando todos alrededor de ti están gritando y saltando como locos haciendo que el piso tiemble al ritmo de electro house y techno maldito?
Además, si mal no recuerdan, no todo lo que producen Bronsert y Szar es “música bailable”. También tienen su corazoncito y gracias a ello, su set contó con algunas de sus piezas (¿o baladas IDM?) de ensueño. Por lo que también aquellos que conocieron a Modeselektor a través de Thom Yorke, se llevaron una muy grato recuerdo ravey de vuelta a casa.
Neon Indian @ Bizco Club por Máximo Arozarena Fotos por Rafael Ramirez
Si bien no vi a muchas bandas, me atrevo a afirmar que Neon Indian fue lo peor del Festival. El sonido estuvo infame y diría lo mismo de la actitud de la banda si no fuera porque, por el sonido, no se escuchaba lo que decían. Durante el set tuve un viaje por “villa nostalgia” hacia esos momentos donde el Play-Doh era lo más increíble en mi vida. El terrible sonido me llevó a esos momentos traumáticos, donde mezclabas dos colores de esta famosa plastilina, buscando crear un color increíble, para después darte cuenta de que tienes una masa horrible de color “hez fecal” en tus manos. En verdad, este set me dejó muy agüitado. De ser una de las mejores bandas que vi en Coachella, con esta presentación cayeron de mi gracia con un clavado de flecha directo a una fosa séptica. No sé bien a quien culpar, si fue la banda, el ingeniero o el festival, pero sets así son los que arruinan días, experiencias y festivales. No existen palabras para describir un concierto tan horrible.
Los Rakas @ Bizco Club por Almedra Hernández Fotos por Rafael Ramirez
“¡Yo sí soy, yo sí soy, yo sí soy Raaaaka!” A pesar de no ser para nada el target principal del Festival Capital, Los Rakas –el proyecto de rap y dance hall de los primos de raíces panameñas Raka Rick y Raka Dun–, tuvo una tocada exitosa en el Bizco Club. No había un lleno total en la carpa: de hecho había pocos asistentes, pero eso sí, no faltaron las gringas springbreak-eras y los rastudos de gorrita y lentes de galán de Chalma, que bailaban (o se retorcían más bien), con la tropicalidad latinoamericana de este proyecto.
El escenario lo adornaba la mercancía de estos morenazos: había playeras con el logo de Los Rakas que traían en el centro el dibujo de un chico con pañoleta y diente de oro parecido al que viene en las camisetas-souvenirs de Acapulco. Y a un lado estaba colgada la bandera de Los Raiders, pero bastardizada con el nombre del proyecto de rap arriba del logo del icónico pirata. Los Rakas son un homenaje a la cultura kitsch: en cada canción el DJ soltaba, acompañado de un efecto del tecnobrega brasileño, el nombre del dúo mientras sonaba una chicharra como las que abundan en las canciones de Major Lazer. ¿Mal gusto o tendencia? Quién sabe, lo que sí es que ellos cumplieron con el papel del sabor y el humor muy de nuestra sociedad que se perdió entre tantos proyectos internacionales. Después de todo la música de Los Rakas es más cercana a lo que nos caracteriza como cultura, ahí de cada quien, los que se permitieron aflojarse el chongo, conocer y alocarse con tan cachondos beats y sexy lírica.
Shabazz Palaces @ Bizco Club por Carlos Dávalos Fotos por Rafael Ramirez
Es increíble soltar una bomba sonora y simplemente ver qué pasa. Ver qué tipo reacciones genera y encontrar el punto de contacto entre la música y la gente que la escucha.
Shabazz Palaces salió en el Bizco Club a las 3:50 del domingo. La simple presencia de Ish “Butterfly” Butler o Palaceer Lazaro (nombre que utiliza para su combo de hip-hop lisérgico > Cherrywine) representa un momento único para todos los necios que nos gusta el rap.
Butler es el arquitecto vocal detrás del legendario trío de los 90 Digable Planets. Y fue increíble reconocer el tono aterciopelado de su voz trepando por alcantarillas oxidadas que apestan a hip-hop deforme.
Canciones como “Sparkles” o la multi celebrada “Black Up” fueron parte del set que el dueto de la Costa Oeste presentó en México. Bahías desiertas y una fractura en el suelo liberando libélulas en forma de cimitarra, ¿a eso suena la música de Shabazz Palaces? … hubieran escuchado el poder con el que entregaron “Chuch,” una canción de su EP Of Light (2010), quizás el trabajo responsable de haberlos colocado debajo de los reflectores especializados.
Oriundos de Seattle, la música de Shabazz Palaces ha sido descrita con adjetivos como avant-garde, densa, etérea, experimental, frontal, complicada, etc. Y sí, la música parece no tener principio o fin. Las canciones –mejor como cortes sonoros– son nubes amorfas moldeadas con loops, secuencias, percusiones tradicionales (congas, bongoes) y lamentos, ruidos, coros o composiciones vocales muy simples.
Se presentaron a la misma hora que Alabama Shakes, quizás por eso éramos tan pocos viéndolos. Sin embargo lo dejaron todo ahí y le dieron una empujadita bárbara al nivel del festival. Una especial felicitación a los programadores por haber traído a una de las propuestas más frescas y más distintas que el hip-hop ha dado en últimos tiempos.
Sleigh Bells @ Bizco Club por Eric Gamboa Fotos por Cecilia Villaverde
Lo de Alexis Krauss y Derek Edward, en compañía de sus músicos de soporte para festivales en el escenario del Bizco Club, fue brutal. Todo lleno de energía, muy buena onda y, sobre todo, poder. Volumen. Ruido. De ese que hace retumbar hasta las entrañas.
No había tenido la oportunidad de verlos en la anterioridad, pero la experiencia que Sleigh Bells nos brindó en la noche del sábado en el Corona Capital 2012, es un recuerdo singular que difícilmente se diluirá en mi memoria, y seguramente en la de todos los asistentes del Bizco Club, que con vasto regocijo aguantaron la furia “noise-poppera” de la hermosa Alexis y el buen Derek.
Lo más interesante del show fue, sin duda, la gente. Ésta bailaba de las formas más variadas, pues el sonido del dúo oriundo de Brooklyn, proviene de un territorio muy poco explorado (al menos en cuanto al movimiento pélvico se refiere). Sin embargo, muchos de nosotros nos movimos como si estuviéramos en un show de dubstep o power metal al son de su fino repertorio que incluyó, además de todos sus hits, otras rolas desde su EP debut Reign of Terror (2012).