Por Roy Martínez El verano de lo que ha sido un excelente año para la música, nos está recibiendo con más sorpresas aún. De Inglaterra nos llega lo nuevo y, a cierta medida, inesperado de una voz ya bastante conocida. Al pensar en el jazz de Jamie Cullum, somos remitidos a la imagen rebuscada del jazz; del cantante sentado al piano dando sus interpretaciones de standards, o material propio. Pues la cosa cambió, ya que, en su sexta entrega de larga duración, Momentum, el compositor se relajó, y se alejó del género sincopado. Sin embargo, su sonido refleja suma confianza. El álbum deja ver el intrínseco aspecto pop de Cullum en forma de arreglos creativos y melodías pegajosas capaces de acechar al oyente las veinticuatro siete.
Dos tracks en el álbum no son originales del cantante, y merecen ser mencionadas. El primer sencillo que se extrajo del álbum fue “Love for $ale”, el standard de Cole Porter. Una canción que habla sobre la prostitución, es llevada a un interesante ambiente construido con bajos crudos y un sucio ritmo de hip-hop. A esto, se le agrega la colaboración del rapero Roots Manuva, claro, después de un desgarrante solo de Fender Rhodes. Por otro lado, ¿quién habría imaginado a Willy Wonka cantando con un trío de jazz en el 2013? “Pure Imagination” adquiere un prístino sonido, con exquisitos sonidos atmosféricos, y un tanto etéreos, que ningún compositor inmaduro podría darle al clásico de Anthony Newly. Con dos ejemplos de antiguos clásicos re-armonizados y re-modelados, Jamie nos deja claro que es un cantante del complejo y refinado género del jazz, pero que está consciente del contexto musical del siglo XXI.
Por otro lado, tenemos las diez composiciones del inglés, las cuales reúnen una gama impresionante de influencias y arreglos. En “The Edge of Someting”, “When I get Famous” y “Anyway”, Cullum juega con el jazz y el R&B de antaño. La primera, con un épico arreglo orquestal, bien podría ser el tema de la próxima secuela de James Bond, mientras que el otro par suena a las calles de Nueva Orleáns o Detroit a mitades del siglo pasado. El tono pop que domina a lo largo del LP es sostenido por canciones como “Everything You Didn’t Do”, segundo sencillo, que irradia energía con su sencillez y su trato melódico; “The Same Things”, tema inicial que invita al escucha a bailar frente a la radio; “Save Your Soul”, con un coro que fácilmente podría ser remixeado y utilizado para amenizar los clubes nocturnos durante el verano, y “Your Not the Only One”, que termina el álbum con una estructura musical un tanto anticipada, pero bastante relajada y apta para escuchar en la carretera, en las horas del atardecer. Finalmente, un par de canciones representan el lado más íntimo y calmado de Momentum. “Get a Hold of Yourself” es introspectiva y tiene un manejo del género folk que no hace más que invitarnos a permanecer en cama todo el día. Por último “Sad, Sad World” muestra a un Jamie Cullum versátil, capaz de tocar un solo estremecedor en el piano mientras se acompaña de secuencias electrónicas, baterías saturadas, y sintetizadores ambientales que construyen un tema moderno de R&B cuya letra nos hace reconsiderar nuestro lugar en este planeta.
Momentum es un sincero álbum de música pop que nos deja vislumbrar los extravagantes confines del mundo musical del presente. Al utilizar diferentes géneros, Jamie Cullum reúne, bajo un mismo título, una compilación sofisticada de buena música. Si usted creía que el pianista de jazz tendría una carrera longeva y relevante para el mundo musical, usted estaba en lo correcto.