Por @ara_vzg
Una búsqueda para saber lo que vivió un pariente llega a ser en realidad la forma de encontrarse a sí mismo. Ahí nos lleva American Interior (Turnstile, 2014), el nuevo y segundo álbum solista de Gruff Rhys, cuyo proyecto se complementa con un libro, una aplicación para el celular y una película.
El viaje inicia en 1792, cuando el galés John Evans decide emprender un viaje a E.U.A. para buscar a los Madogwys, una tribu perdida de habla galesa descendiente de Madoc, príncipe de Gales que, cuenta la leyenda, descubrió América en 1170. John no encontró lo que buscaba; sin embargo, hizo el primer mapa del río Missouri, que más tarde sirvió en la “Expedición de Lewis y Clark”, la primera expedición terrestre que partió del Este de E.U.A. y llegó a la Costa del Pacífico. Doscientos años más tarde, Gruff Rhys decide hacer la misma travesía al enterarse que John Evans es su pariente y comienza un tour por los puntos que sabe, su familiar caminó.
Con un sonido juguetón y beats de videojuego, “American Exterior” es la primera canción del disco, la cual comienza el viaje. Le sigue “American Interior”, donde la cálida voz del vocalista de Super Furry Animals se hace lugar con una guitarra de sonido suave, formando visiones llenas de fantasía.
Percusiones que bailan y se mezclan con un aullido alegre se pueden encontrar en “100 Unread Messages”. “Cuando dijiste que me amabas, supe que no era verdad”. En la canción se pinta a una persona que se ha intentado comunicar con John Evans sin tener resultados, por más que éstos sean deseados. Ya ha viajado por diversos lugares de E.U.A, sigue sin dar señales y no, no ha dejado ni una sencilla nota. Más que ser una canción sobre cómo muere la esperanza, la melodía suena a la oportunidad de encontrar algo realmente valioso en alguno de los puntos visitados, ya sea en Baltimore —donde todo está “ok”— o al despertar en St. Louis.
“Lost Tribe” es un dulce suspiro hecho con instrumentos que crean armonía. “The Last Conquistador” es una bella musicalidad en la que Rhys se pone en el lugar de su semejante Evans. Describe su persona y lo que pasa por su mente, menciona la documentación que está haciendo del río Missouri y afirma que hay dificultades, pero nada que lo pueda frenar. “Caí en la oscuridad y solo hay estrellas para guiarme, aún así soy el último conquistador.” Son palabras de fuerza capaces de detener cualquier derrota.
“Allweddellau Allweddol” es una canción que pinta la sonrisa de un niño dispuesto a compartir los dulces que lleva en las manos. Parece una conversación que rebota de los ritmos tribales a la suave voz de quien la canta. Hace contraste con “The Swamp”, donde se muestra un alma a la cual le da más miedo herir que ser lastimado. Gruff baja la moral y se describe como un pasajero que va de paso con ansía por pertenecer al difícil camino donde todos cruzan.
En honor a Iolo Morganwg, poeta, coleccionista y literato galés que, a punto de acompañar a Evans en la travesía, cambió de opinión, Rhys hizo “Iolo”, canción donde la palabra es repetida numerosas veces. “Tiger’s Tale”, la última canción del disco, es una melodía country llena de nostalgia donde se incorpora el piano. Suena a un paso firme y constante que genera satisfacción por algo que se ha realizado, por ser el fin de la ruta que dos personas diferentes hicieron en distintas épocas en una búsqueda que les daría resultados no esperados.
Es un largo viaje el que Gruff Rhys realizó. Un tour a través de E.U.A. el cual pasa por los puntos que doscientos años atrás, John Evans caminó. Es una autoexploración llena de fantasía y misticismo que cruza la frontera cultural y en la que al final, uno descubre que sentimientos como el miedo a no pertenecer o el deseo de saber de dónde se viene, son atemporales.
American Interior - Gruff Rhys (Turnstile Records, 2014).