Por Arantza Vázquez @ara_vzg
El sonido de Rodrigo y Gabriela envuelve, tiene magia latina y a la vez, es universal. Crea imágenes e historias, inclusive cuando todas las canciones son instrumentales. Con ayuda de guitarras acústicas, el dúo mexicano mezcla en sus ritmos el gusto por el rock y lo que ha aprendido en el extranjero, como el uso del bodhrán irlandés, un tambor de marco abierto de un lado que se puede tocar con una baqueta normal, doble o directamente con la mano.
Su disco 9 Dead Alive (Rubyworks Records, 2014), estrenado el 28 de abril, buscó que la música estuviera en un estado puro para dar la sensación de tocar en vivo. Tiene nueve canciones en su tracklist, cada una dedicada a un personaje histórico diferente como Sor Juana Inés de la Cruz, el psiquiatra Viktor Frankl o el científico, diplomático y ganador del Premio Nobel, Fridtjof Nansen.
El trabajo artístico del álbum, hecho por Eugene Serebrennikov, se enfocó en resaltar las referencias a los mismos y como él dice, contar su historia de forma que las biografías fueran un pedazo más de arte. El siguiente video habla del proceso en que esta parte del álbum fue creada:
Rodrigo y Gabriela dicen que el objetivo del álbum era tener un concepto diferente a los demás, querían darle un enfoque más alejado de lo latino y regresar a sus raíces en el rock, por lo que en el disco se pueden escuchar más riffs que melodías latinas. Esto se puede apreciar en el video donde tocan la canción “The Russian Messenger”, en honor al novelista y filósofo Fydor Dostoyevsky, conocido por explorar la psicología humana en contextos de problemas políticos y sociales del siglo XIX en Rusia.
Rodrigo ha dicho que “The Soundmaker”, canción que le da un inicio rítmico y virtuoso al disco, es junto con “Hanuman”, del disco 11:11 (Rubyworks Records, 2009), su canción preferida de tocar. La melodía está inspirada en Antonio de Torres Jurado, personaje que reinventó la guitarra y su capacidad de expresar emociones al hacerla como hoy la conocemos; capaz de alcanzar un mayor rango de notas y tonadas más claras y balanceadas. Esto, en una época donde el instrumento era menospreciado y visto como algo negativo, lo que le regresó su lugar y engrandeció.
“Torito” es otra canción que aparece en el disco y es la que Gabriela prefiere tocar. Ésta estuvo inspirada en los animales y la naturaleza. Gabriela dice que le gusta por ser una melodía más relajada y físicamente menos demandante. Quizá la magia de su música radica en cuánto disfrutan tocar música como en este video se aprecia:
El disco entero demuestra amor por la guitarra clásica, hay profundidad en las melodías e historias que se cuentan. El nombre del álbum hace referencia a la inmortalidad de los personajes y su legado, lo cual es plasmado con calidez en dos guitarras tocadas con gran belleza.
El dúo mexicano se presentará este año por tercera vez en el festival Glastonsbury, donde han tenido gran éxito y compartirán el escenario con bandas como Metallica, The Black Keys y Arcade Fire.
9 Dead Alive - Rodrigo y Gabriela (Rubyworks Records, 2014)