Por: Alan Luna
Caminar bajo la sombra que proyectan inmensos árboles que pueblan un bosque vasto y neblinoso, escuchar atentamente los sonidos que salen de los centenares de aves y mamíferos que rondan las proximidades, y de repente, toparse frente a frente con un gigante barbado. La primera impresión que logró Jim James, siempre quedará grabada en la memoria. Va ataviado con una capa, el rubio cabello largo y despeinado, además de portar una barba como la de un sabio hechicero. Entonces, llega el convencimiento: “es un mago”, sí, pero la magia del oriundo de Kentucky no proviene de brebajes naturales o ritos metafísicos, su hechizo lo propaga con música.
Ser el líder y comandante de una banda como My Morning Jacket, requiere un carisma especial. Un aura de talento y energía que en el escenario explotan para conjugar uno de los actos en vivo más energéticos de nuestros tiempos. Pero ahora, Jim James recorre en solitario las regiones de luz y el sonido de Dios. Inspirado por un antiguo libro grabado en madera— en el que se describe cómo un artista combate a sus demonios internos, hasta llegar al punto de vender su alma al Diablo— el primer LP de James en solitario: Regions of Light and Sound of God, es un trayecto que se percibe sutil, futurista, místico y repleto de reverberación; como la misma voz de su creador.
“State of the Art (AEIOU)” es lluvia antes del piano y antes de la voz casi celestial de James. “State of the art” es una expresión utilizada para denominar el máximo punto de desarrollo en algún aparato, ciencia o técnica en un punto determinado de la historia. James canta sobre la decepción de la modernidad. El problema de encontrarse con adelantos tecnológicos tan desarrollados, que poco a poco hacen que olvidemos lo que es estar vivo. Todo esto, mientras la instrumentación va acompañándose poco a poco de una batería y bajos que acoplan por completo la pieza.
La niebla vuelve en forma de sintetizadores y “Know Til Now” estalla por completo con la voz de su creador. La velocidad creciente que realza la armonía después de repetidas pausas, le da a la canción un sonido contrastante, acompañado de saxofones y tintes jazzeros que encajan perfecto con lo místico y pacífico de los sintetizadores de fondo y una letra que habla de un reconocimiento repentino.
http://youtu.be/IDRALrVXJ_s
“Dear One” comienza con teclas frenéticas. Un loop que se repite hasta que se fusiona con el resto de la instrumentación. “We fly, found love, we finally gained control” canta James a esa persona especial de la que recientemente ha hablado. En 2008, después de sufrir un accidente, pensó que su vida terminaría, pero justo en esos momentos difíciles fue cuando encontró el amor, encontró a su “dear one”.
Poseer una tesitura de voz tan dulce como la de Jim James, hace que las baladas incrementen su nivel sentimental. En el comienzo de “A New Life”, sólo la reverberación y unos rasgueos a la guitarra acompañan al intérprete. Es una declaración de amor, de un comienzo nuevo. El vivir junto a la pareja. Mientras progresa la canción, los acordes van incrementando su protagonismo, así como las percusiones; es como un canto que se haría rodeando una fogata en medio de ese bosque neblinoso en el que por primera vez encontramos a James. Una oda de profunda belleza que habla de volver a empezar.
“Exploding” es un título irónico para la bonita canción instrumental que ocupa el número cinco del Regions of Light and Sound of God. La melancólica alegría que producen las cuerdas de la guitarra podría provocar una explosión de bienestar y de ahí se explicaría el título.
El paseo por el bosque continúa y cada vez se percibe más la sensación de estar escuchando música de antaño o de disfrutar un disco actual desde el futuro. Suena contemporáneo pero vetusto. Pájaros que trinan y “Of the Mother Again” abre con una línea que se lee dura: “Love, it never stays like it was in the beginning”. James asegura que nada es estático, todo y todos cambiamos. La fluctuación de los seres humanos es algo que va sin rumbo y aquí se expresa con la misma aura con la que transcurre todo el disco, se siente como una unidad.
Se aproxima el fin del sendero y ya no se ve más niebla, es el fin de las regiones de luz y sonido. “God’s Love to Deliver” comienza con nuestro guía hablando, de nuevo. Con un eco repleto de reverb, es un himno del espacio onírico. Despega el viajero mágico del suelo, para verse rodeado de estrellas y lunas, mientras establece que el amor hacia las deidades no tiene igual, nada se le compara, ni se le comparará. Una declaración de fe en una fuerza misteriosa y superior que existirá y a la que se puede nombrar como se desee.
Regions of Light and Sound of God es un círculo melódico de 9 pistas. Se puede volver a escuchar justo después de terminar la primera vuelta y se emprenderá de nuevo ese viaje al bosque ficticio, guiado por un hombre barbado de voz celestial. Se estará acompañado de una variedad de ritmos y atmósferas que harán del paseo uno inolvidable, y que dejan esperando que Jim James siga produciendo magia, que siga creando música para el deleite sonoro de todos nosotros— los mortales—.