Cuando un partido político baila el jarabe tapatio sobre el tribunal que lo regula y es multado con la estúpida cifra de 342 millones de pesos - que van a pagar los impuestos de los ciudadanos, si es que los pagan- por jugar más chueco que un cheeto. Cuando la crisis política raya en el absurdo y la ingobernabilidad se vuelve una realidad en más de un estado: las autoridades se convierten en la burla de todos los días. Mientras las noticias se convierten en chistes, el 16 de mayo se celebró en México el primer festival mayotariamente musical que incluye al Stand Up Comedy. Además, siendo realistas "¿Qué se puede esperar del país que inventó los Sabritones?"
Alrededor de las 3 y media, Kikis abrió el festival con sólo ocho personas en las mesas del WOKO Condesa. El ánimo no se dejó tumbar y las observaciones de lo más carcomido de nuestro día a día iniciaron sin más. Como si fueran atraídos por el seductor olor de la comedia, los oídos promiscuos se dieron cita en la taberna para el noveno chiste y para cuando estaba explicando la adicción de su novia por la ortografía el venue ya estaba abarrotado.
La capitalina dio paso a Macario Brujo, cuyas bromas a la tártara fueron bien recibidas y dejaron bien claro que la motivación para alterar las sensopercepciones varía de acuerdo a la experiencia que se tiene en el mundo y no se puede tomar a la ligera. "No te drogas para ver colorcitos. Te drogas para sentir la muerte". Macario se dió el lujo de cotorrearse a Uili Damage, editor de la Revista Marvin, quien estuvo presente en las primeras filas durante prácticamente todo el festival.
El cuestionamiento sobre las frituras de chicharrón antes mencionado le pertence a Carlos Ballarta, individuo con un par de cortinas de pelo lacio que le cubren parcialmente los lentes gigantescos a la Elton John en los 70's. Su rutina es un vendaval de preguntas y afirmaciones sin control que incluye el secreto mejor guardado de nuestro país "¿Qué vergas es un bridón?". Para el comediante que cerró la primer tanda del día es una gran oportunidad la que tiene el Stand Up mexicano con este evento parte de la celebración del 14 aniversario de la revista que bautiza el festival. "Está chingón que la gente venga a ver un poco de comedia en lugar de estar todo el pinche día viendo 'Sabadazo' ", dijo Ballarta para Ibero 90.9
El segundo acto de seis inició con Manchita, una renegada del mundo de la publicidad que se convirtió en los temores nocturnos de su mamá: "comediante desempleada y gorda con leggins". Sigue sin poder decidirse por su actividad favorita comer un mango en el fregadero para no ensuciar plato o tomarse una chela en la regadera. A continuación llegó Manunna con su metro ochenta, lentes de pasta y camisa de mujer. "¿Hay algún priista por aquí? Porque voy a hacer un chiste, Enrique, si estás aquí no me vayas a desaparecer. Ya no soy estudiante". La ambigüedad entre sexos continuó a ex profeso con Adriana Chávez, una mujer que es recibida de la peor manera por los taxistas "¿A dónde lo voy a llevar, joven?" A lo que ella sólo puede responder con improperios, los cuales se justifican después de la siguiente pregunta del conductor: "¿A dónde lo voy a llevar, patán?"
A pesar de ser el primer maratón de chistes incluido en un festival de esta talla (o de cualquier otra), ninguna de las mentes es ajena para la escena de comedia que se ha ido construyendo en nuestro país desde hace un par de años. Cada semana hay mínimo un show de Stand Up en el D.F. Ya sean los Siete Machos (que se presentaron casi todos en el festival) los sábados en el Foro Shakespeare, Sofía Niño de Rivera o Myr Ramírez o la propia Alexis De Anda en el Cine Tonalá, la noche de Open-mike en el Beer Hall o en el propio WOKO, taberna que se ha convertido en el head-quarter de la risa capitalina; la comedia llegó para quedarse en la infamia del mexicano.
El turno de Fran Hevia al micrófono presenta un desfile de personajes incluido el peor imitador del mundo que trae reminiscencias -premeditadas o no- de la obra de Andy Kauffman y su famoso inmigrante "Latka". Acto seguido y directamente del barrio de Tepito llegó una personalidad de la talla de "Ricardo Rocha, pero en culero", nada menos que Aníbal "El Muerto", un individuo que explota la conciencia de clase y que explica detalladamente como inventó el bulling en sus años mosos. Más bien como lo inventaron con él. La tercera tanda de comediantes la cerró Diego Zanassi y la elocuencia comprobable en su cuenta de Vine. Improvisa un poco con las reacciones de la gente mientras discurre sobre la inutilidad intermitente del GPS y su acento español, todo con timing extraordinario.
Llegó el momento de Pablo Araiza y su humor geek que informó como pedir una pizza familiar y no parecer que te la vas a comer toda tú solo y porque Jesús es un mirrey. Para el final de su acto el WOKO ya estaba abarrotado y la fila para entrar se desplegaba por la banqueta de Nuevo León. La gente sabía que se acercaban los head-liners. Tocó el turno a Alexis De Anda y su sinceridad envolvente. La actriz que tuvo que llorar en un comercial de tortillas atrapó a la multitud con su histrionismo y su desfachatez para categorizar a los pobres diablos.
La tripleta la cerró nada menos que con Richie O'Farril, a quién le bastaron 90 segundos para demostrar que, en efecto, es genial. La banalidad de la masturbación en las nuevas generaciones y cómo todo se ha vuelto inmediato con el internet: Chistes de identificación consiguen para su causa el nivel más alto de excitación del público que ya se extiende por toda la banqueta.
Gon Curiel se subió cuando la noche ya caía sobre la Condesa y las risas fluían más fácil tras ingerir uno o varios combos chela-shot de mezcal, especialidad de la tarde en la barra. Su impecable traje y pelo engominado no contuvieron al fundador del colectivo de comediantes, Standopados, para exhibir la estupidez del poder ejecutivo y el gobierno públicamente. Además del ataque cómico intelectual su fuerte también es la simpleza, el plop, la interjección inocua. "Esto es generosidad pura, que la gente que viene por la música se quede a ver Stand Up es increíble" dijo al respecto del festival que presentó más de 100 actos diferentes en 8 sedes y en tres días totales de actividad. La tripleta la completó el abogado renegado que hace comedia, Horacio Almada y Leye Nedvedovich con su cabellera y comedia tornasol.
Sin más llegó el combo-breaker de la noche, la reunión de Cayendo Mal. El primero en subirse fue Eduardo Talavera, ex-esposo del anticristo quien toma el micrófono muy cerca de su cuerpo en el penúltimo acto de la noche. Categoriza facilmente el juego que traen las mujeres que se llama "Adivina porque estoy emputada, tienes tres oportunidades." Después vino el acapulqueño Juan Carlos Escalante. El que se describe físicamente como un "peruano guapo" afirma que no tiene acento porque sus papás pagaron una escuela privada para ocultar su denominación de origen, ese acento costeño inconfundible que según su teoría sigue la fórmula "entre más calor menos fonemas".
La tarde de risas que presentó a 18 comediantes en casi siete horas llegaba irremediablemente a su fin, no sin antes recibir a quien fuera el maestro de ceremonias. "Yo soy Alex y me dicen Ese Wey" En fundado en una playera sin mangas dio un repaso de sus compañeros que culminó con "Talavera, haces chistes de sexo y nunca has tenido sexo de mutuo acuerdo". Sugiere que para seguir con vida "¡No le digas 'cálmate' a una mujer emputada!" Su comedia épica concilió de inmediato con la multitud presente en la taverna que más bien parece un pub y que con su espléndido servicio fue más que digna sede de este evento histórico para la comedia mexicana.
A este país sólo le hacía falta arrojar una partícula de nieve desde la cumbre de la montaña para que se convirtiera en una bola inmensa que lleva creciendo casi tres años. Para el momento en que termina este y cada show de stand up, al menos un mexicano pierde la pena para subirse en el siguiente open-mike y para sumarle un poquito a la esfera de hielo que rueda y rueda cuesta abajo. Que gira celebrando la vida. Que rueda mientras emancipa espíritus a carcajadas y les da fuerza para jalar otro día. Más que nieve es candela, calor humano que se ofrece como si se ofreciera la mano a un caído. Es el movimiento candoroso que recuerda que la vida es un chiste con triste final y que el futuro no existe (en palabras de Pau Dones mejor conocido como Jarabe de Palo) y aún así todo es bonito, todo parece bonito.