por Joey Elvira @joeykillzombiz Los cachorros andan llorando por su querido ídolo: Werevertumorro. Para quien no navegue YouTube con frecuencia, Gabriel Montiel (Werevertumorro) se ha hecho de gran renombre en Latinoamérica, y ha logrado conseguir un lugar muy importante en el mundo de los Vlogs (Video Blogs). Sus chistes desvergonzados y comentarios cuestionables (que suelen ser sexistas y estereotipizantes), lo identificaron con un enorme grupo de suscriptores atraídos por un humor coloquial, poco visto en medios tradicionales. No todo el mensaje de Werevertumorro sigue estos lineamientos: este jóven de 24 años ha aprovechado la plataforma “libre” en línea, para difundir a sus más de 5 millones de seguidores, ideas cotidianas con intenciones sobre derechos humanos, crítica social, y cultura pop. En Marzo, surgió una serie de rumores sobre el cierre del canal. Gabriel anunció brevemente en Twitter que temía la eliminación de sus videos. Al llegar Abril, sus videos desaparecieron, excepto tres. Éstos daban una nebulosa explicación sobre lo que había pasado, lo que dio pie a varias interpretaciones: se dice que el manager lo estafó y que YouTube, como canal, no podía intervenir en un asunto interno entre artista y manager. Otra posibilidad es que YouTube mandó infracciones de derechos de autor al “Werever”, las cuales fueron omitidas, hasta la eliminación de los videos. La desaparición de éstos, es una decepción muy grande para los fans. ¿Verán de nuevo el contenido perdido? Probablemente no. ¿Acaso una obra de arte se destruye sólo por una disputa legal? Werevertumorro tenía una gran cantidad de videos que probablemente no vuelvan a ver la luz del día. Pero hay una luz que brilla en la distancia. Gabriel ya tiene fama y muchos seguidores. Ahora es un buen momento para hacer algo nuevo, y explorar un mundo lleno de posibilidades. Pero sobre todo, para cualquier proyecto nuevo que venga, tendrá que invertir menos tiempo en el humor juvenil y más tiempo en el mundo adulto, el de los contratos. Queda esto como lección para otros vloggers, músicos y artistas jóvenes, regularmente despreocupados y desinformados acerca del mundo contractual. No vendrían mal unas clases sobre derechos de autor en la prepa.