Por Daniela Herrera (@ddherrera)
Nymphomaniac es el nombre que el director de cine danés Lars von Trier dio a su última película, misma que salió luz a finales del 2013 en su país de origen y se colocó como una de las más polémicas del año por su alto contenido de escenas sexuales. El también guionista cuenta con un historial de películas bastante amplio y se ha consagrado como uno de los cineastas europeos más influyentes en la actualidad.
Sin olvidar su estilo dramático ya característico, en esta película von Trier explora el lado más salvaje de la sexualidad de una mujer: Joe, quien, en retrospectiva, nos cuenta su historia de excesos y lujuria desde sus años de niñez hasta la edad adulta. La historia comienza cuando un hombre encuentra a Joe golpeada en un callejón y la lleva a casa consigo. Durante toda una noche, ella le compartirá toda clase de anécdotas de su vida hasta llegar a los 50 años, pasando por decenas de historias que no permiten al espectador despegarse en ningún momento de la pantalla.
Destaca de esta película la relación entre las experiencias sexuales de la protagonista y aspectos de la vida cotidiana como la música y la pesca, lo cual crea una mezcla bastante interesante de elementos narrativos al hacer, sólo por dar un ejemplo, una poco esperada comparación entre una muestra de música clásica y los diferentes tipos de amantes que puede (y desea) tener una mujer. Von Trier juega a lo largo de toda la película con la imaginación de Joe y su manera tan particular de plasmar sus pensamientos en acontecimientos reales, para después transmitirlos a su oyente, quien no pierde pista de las peculiares aventuras (y desventuras) de la mujer.
La actuación del protagonista masculino, Shia LaBeouf, es una grata sorpresa pues demuestra la madurez adquirida por el joven actor y su capacidad para adaptarse a toda clase de roles. De igual manera, las actrices encargadas de interpretar a Joe, Charlotte Gainsbourg en su versión adulta y Stacy Martin durante su juventud, crean un contraste bastante poderoso en pantalla al reflejar la frescura de la protagonista en sus primeros años y la transformación sufrida con el paso del tiempo. Ambas actrices en conjunto dan a Joe una personalidad versátil, que hace poco predecible cada una de las decisiones tomadas a lo largo del filme, y vuelven al personaje una mujer de la cual puede esperarse cualquier cosa.
El personaje de Joe recuerda, en sus constantes cambios de carácter y convicciones, a Bess, protagonista del filme de Von Trier Rompiendo las olas, la cual trata igualmente el tema de las obsesiones destructivas de una mujer. En conjunto con Nymphomaniac, Von Trier reafirma su gusto por llevar a la pantalla historias intensas que reflejan el lado oscuro de sus personajes.
Nymphomaniac es otra película brillante, prácticamente a la misma altura que sus predecesoras, Anticristo (2009) y Melancolía (2011) que junto con este filme conforman la Trilogía de la Depresión, y desde luego, un motivo más para seguir confiando en lo ofrecido por este excelente director y guionista.