Por Ricardo Marín y Rodrigo Amozurrutia

De entre las composiciones del año hubo unas sumamente interesantes cuyo poder emocional es indiscutible. Los más probables ganadores quizá sean Alexandre Desplat y Mychael Danna (éste último aún más con su Globo de Oro recientemente adquirido). Vale la pena recordar que en esta nominación en particular, la Academia constantemente se ajusta al ganador seguro, no sería prudente sorprenderse si gana Danna o Williams, cuando tal vez el más que merecido lo tiene Desplat.

Aquí los nominados a Mejor Score:

Argo cuenta con un score realizado por el ya conocidísimo y neoclásico Alexandre Desplat. El trabajo de Desplat no sólo destaca por su gran longitud, inversamente proporcional a su edad, sino por su éxito: no sólo ya cuenta con 5 nominaciones al codiciado premio, sino que cada uno de éstos cuenta con una característica idiosincrasia: Fantastic Mr. Fox tiene ese ambiente infantil, Harry Potter tiene sus alusiones oníricas, y Argo es una perfecta mezcolanza entre lo oriental y lo canónico occidental. Quizá sea éste finalmente el primer premio para Desplat.

Por su parte, en Life of Pi, el compositor canadiense Mychael Danna apunta a un score más en línea con su enfoque temático, tomando de lo indio, de lo oriental y un poco de la línea clásica del score occidental. Life of Pi se levanta también como uno de los mayores contendientes para ganar en estos premios. Por si fuera poco, es innegable la conexión emocional que provocan las notas de Danna y el poder sublime que generan junto con las imágenes de la película.

En Lincoln, tenemos al titán de los scores norteamericanos: John Williams. El afamado compositor de películas como Star Wars y, más recientemente, War Horse, nos trae estas notas que, si bien son emocionalmente comprometedoras, en realidad no son composiciones muy innovadoras o novedosas. Es casi obvio que él no va a ganar, pero siempre es un buen momento para honrar a un maestro.

Dario Marianelli es el encargado de las composiciones de Ana Karenina, cuyo trabajo brilla por lo ecléctico (muy de acuerdo con el sumamente particular estilo visual de la película). Aunque es casi seguro que no va a ganar, una nominación así es un reconocimiento agradable para alguien que ya ganó el Óscar una vez (Atonement).

Por último está Thomas Newman, nominado por su trabajo en Skyfall, un trabajo verdaderamente interesante por su carácter introspectivo, constantemente oscuro y sumamente contundente. Es pésima suerte que esté nominado con otros titanes como John Williams, Marianelli o Alexandre Desplat, pues éste es segurísimo el score subvaluado de entre los nominados.

La categoría de mejor canción original en los Oscares 2013 es, sin duda, una de las menos cerradas, ya que “Skyfall” de Adele es la que presume arrasar sin un real competidor. La única canción que se ha dicho que podría hacerle competencia es “Suddenly” de Los Miserables; pero realmente parece no haber competencia alguna.