Votar por una mujer que no ha demostrado tener una profunda reflexión de género no significa votar a favor de la equidad y la justicia. Desde hace varios años, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció una serie de ‘Días Internacionales’, con el objetivo de sensibilizar a la opinión pública respecto a determinadas problemáticas sociales para que tanto los gobiernos como la sociedad civil llamen la atención y actúen en favor de estos asuntos. Es decir, con estos días simbólicos, se busca crear una base a partir de la cual se pueda concientizar y así mismo trabajar en torno a posibles soluciones ante obstáculos de pertinencia mundial.
El 8 de marzo se conmemora el ‘Día Internacional de la Mujer’, con la motivación de mejorar las condiciones de vida de las mujeres que viven diariamente situaciones de violencia, desigualdad e injusticia en distintos ámbitos de su vida cotidiana. En este sentido, llama la atención que, en años recientes, ha habido una mayor visibilidad de la mujer en el ámbito político, gracias al despunte de figuras públicas como Hillary Clinton, Cristina Fernández de Kirchner o Angela Merkel. Esto da a entender que la capacidad de una persona para tomar decisiones políticas con base en su experiencia profesional no está limitada por su género, y que ser mujer no necesariamente determina que se lleven a cabo acciones en favor de la equidad de género.
A partir de esto, se desprende una pregunta muy importante: ¿hasta qué punto el papel político de la mujer va de la mano con la construcción de argumentos electorales alrededor de su condición de género? Además de invitar a pensar qué tipo de reflexiones se espera o interesa que tengan quienes se encuentran en puestos gubernamentales determinantes; ya que resolver problemáticas que tienen que ver con la desigualdad social y la injusticia no es una tarea exclusiva de quienes toman grandes decisiones políticas, al contrario, la solución de diversas dificultades sociales muchas veces se descubre a través de las reflexiones y acciones de la sociedad civil.
La presentación de Josefina Vázquez Mota como candidata a la gubernatura del Estado de México, por parte del Partido Acción Nacional, tomó a muchos por sorpresa. Incluso se habla de que su postulación tuvo que ver directamente con el respaldo de altos mandos dentro del partido. No obstante, el asombro viene de la mano con la interrogante de si, en esta ocasión, Josefina podrá llegar a ocupar el cargo público que pretende, a través de una campaña en la que verdaderamente se expresen sus metas y objetivos políticos.
En 2012, la entonces candidata a la presidencia de México por parte del partido blanquiazul mencionó durante su campaña que sería ‘una presidenta con faldas, pero eso sí, con muchos pantalones’. Lo cual permite observar que gran parte de su imagen pública se ha construido en torno a su carácter como mujer. Pues respaldarse en la lógica y el estereotipo machista de que el uso de esta prenda implica capacidad de mando y liderazgo, contradice per se la idea de que votar por una candidata implica apoyar o fomentar la alternancia política. Por otro lado, también se le ha visto promover iniciativas en favor de la equidad de género. Por ejemplo, la re-definición de una jornada laboral justa y su correspondiente pago para mujeres trabajadoras. Cuestión que, si bien es fundamental incluir en la agenda pública simplemente por ser un tema de respeto a los derechos laborales de cualquier trabajador, cae en el ofrecimiento gratuito de mejoras sociales a ciertos grupos con el afán de ganar el favor de los votantes.
https://www.youtube.com/watch?v=h7_fhnliDC8
Actualmente nos encontramos en un momento histórico determinante en lo referente a la discusión pública sobre la violencia contra las mujeres, una problemática real que sucede diariamente e implica terribles consecuencias para miles de personas. Aunque este es un tema que apenas se va abriendo paso en la agenda pública, resulta fundamental analizar con detenimiento el discurso político de la candidata Vázquez Mota. Es decir que son urgentes proyectos de concientización en torno a la violencia de género y el machismo que incluyan tanto a los hombres como a las mujeres, así como a las personas que no se identifican con ninguno de estos géneros. Hablar de equidad señala la necesidad de generar reflexiones entre todos aquellos que somos afectados de una u otra forma por el pensamiento machista.
https://www.youtube.com/watch?v=BThMUzwMFZM
Es posible reflexionar acerca de lo que significa tener a una candidata como aspirante a la gubernatura de uno de los estados de la República que encabezan las cifras de feminicidios. Si se realiza una consideración superficial sobre el asunto, podría pensarse que una gobernanta actuará en favor de la mujer debido a que es capaz de comprender la inequidad que afecta directamente a este género. Aunque al observar la cuestión más de cerca, es posible advertir que ejercer el sufragio en favor de una mujer que se encuentra respaldada e inmersa en una estructura política fuertemente patriarcal, podría resultar riesgoso. Luego, elegir a una mujer que no ha demostrado tener una profunda reflexión de género en relación a su papel político no significa votar por el fin de la inequidad y la injusticia en esta materia.
Finalmente, a pesar de ser digno de reconocimiento, sobre la postulación de una mujer al cargo que ha sido acaparado durante muchos años por hombres priistas, habría que preguntarse si el voto se inclinará por Josefina, únicamente por ser mujer, o bien será una elección consciente, crítica e informada con base en un proyecto político sólido. A final de cuentas, no se trata de querer o no a una mujer en el poder, sino qué modelo de mujer podría representar a una población de más de 16 millones de habitantes, de entre los cuales poco más de la mitad son mujeres.