Por Claudia Jiménez
El amor muchas veces comienza por los ojos, muchas son las anécdotas de quienes compraron alguna vez un disco exclusivamente por su portada. En un mundo prioritariamente visual como el nuestro, las portadas de los discos han de ser una de las cosas a las que más presta atención una banda a la hora de editar su disco. Eso sin contar que en el mundo de los discos en acetato las carátulas siempre han sido uno de sus mayores fuertes, y ha de ser por esta visión que tenemos todos de sujetarnos fuertemente al formato físico, volverlo un fetiche, un objeto a altamente atesorable.
Para hablar de todo esto nos fuimos a platicar con el Dr. Alderete porque él, desde antes, nos había compartido su curiosidad por este fenómeno en el que muchas bandas independientes mexicanas están sacando ediciones en acetato de sus discos. Alderete es, por sí no lo sabían, un diseñador sui generis, que además de diseñar los carteles del Alicia (un foro musical de extrema importancia para el underground de este país) también ha diseñado la portada de los discos de chingos de bandas surf y garage padrísimas, eso sin contar la portada que le hizo a Los Fabulosos Cadillacs, y también sin contar que participa dibujando en vivo con la banda de chicha power Sonido Gallo Negro.
Para conocer más de su trabajo gráfico musical pueden buscar su libro recopilatorio Sonorama.
Esta es la jugosa conversación que sostuvimos Claudia Jiménez y Oscar Reyes, nuestro diseñador de cabecera, con Jorge Alderete.
Panamérika: En esta época en la que todo es digitalizado, por qué crees que estén regresando los vinilos?
Doctor Alderete: Creo que tiene que ver con que muchas de las personas que consumen música siguen siendo melómanos, siguen creciendo en el objeto. Lamentablemente el objeto vinilo había casi desaparecido en algún momento, pero ahora de la mano de la música quizás "más moderna" como la electrónica o los DJs fue que el vinilo volvió. Eso logró mantener algunos lugares en donde se fabricaba el vinilo. Acá en México fue muy claro: entró el CD y todos los que tenían las máquinas y las prensas para hacer vinilos se deshicieron de todo para decir "ahora es el CD, al diablo el vinilo". No quedó nada hasta hace relativamente poco que alguien recicló una prensa y empezó a prensar vinilos otra vez, pero hasta hace unos años eso no ocurría. En otras partes del mundo -en Estados Unidos mismo- compraron un montón de las prensas porque las siguieron utilizando de la mano de la industria electrónica y del DJ. Eso ayudó a que se mantuvieran esas prensas en funcionamiento y que ahora sean accesibles también para bandas de rock que siguen con el espíritu de melómanos que vuelven a pensar en el vinilo como una alternativa para difundir su música. Por lo general tampoco es que sean cavernícolas: todas las bandas que venden el disco de vinilo es porque es un lindo objeto que traducido quizás al ámbito editorial es como un libro objeto. Por más que la música incluso muchas veces venga en el mismo vinilo, la descarga digital o el CD te ofrezca tener la música en cualquiera de tus aparatos electrónicos el vinilo es el objeto.
Panamérika: Sí claro, el sentido de pertenencia. Es lo que yo pensaba de la nube: Hay mucha más difusión, inmediatez y acceso pero no hay un sentido de pertenencia.
DA: ¿Pero sabes qué también? Nunca me compré un disco en iTunes y menos puedo pensarme comprando una canción... Sigo pensando en el álbum como indivisible de alguna manera. Está bien, las bandas que juegan a eso son bandas que saben que ponen una canción ahí y ésa es la que les va a dar de comer con todo el resto. Son bandas que siguen pensando en el álbum como concepto o como unidad, a mi ésas son las bandas que me gusta escuchar. Entonces, no puedo pensar en comprarme una sola canción. ¿Comprarme la canción que está sonando en la radio? No. Necesito escuchar el disco completo porque esa canción sacada de contexto es una cosa pero dentro de un álbum es otra. Además yo aprendí a escuchar música así aunque con el CD medio se empezó a perder. Teniendo la posibilidad de apretar un botoncito y saltar de track en track empezabas a perder el disfrutar el álbum entero. El vinilo te obliga un poco a eso. Sí está la opción de levantarte, mover la púa y acomodarla justo en el surco de la canción que querías escuchar pero era más complicado de hacer. Era "voy a escuchar un disco", no "voy a escuchar una canción."
Panamérika: Además el marcar los acetatos en determinados puntos y así es más cuestión de DJs, no es tanto del melómano casero.
DA: Exacto. Sí es un fenómeno raro, porque así como el vinilo medio vuelve aparecen tornamesas nuevas a las que ya puedes conectarle tu iPod o computadora y rippear la música directo a lo que tengas conectado. Digo, hace una semana compré bulbos para mi tornamesa. ¡Todavía se fabrican bulbos! Es algo que parecía que estaba muerto pero ahí sigue. Y más pensando desde mi lado, desde la parte gráfica, tiene tres millones de beneficios. La otra vez en una entrevista me preguntaban esto y yo me imaginaba si no existiera el vinilo. Lo que están vaticinando ahora: la desaparición del CD. Puta, yo que diseño portadas de discos... ¿qué voy a diseñar? Banners para iTunes? Paso, no quiero diseñar un banner.
Panamérika: Como diseñador el formato físico es mucho más atractivo que la nube como tal o que los formatos digitales como el iTunes.
DA: Lo que me pasa también es eso, que las bandas con las que trabajo no hacen canciones sueltas. Es más allá de una canción, es un álbum entero que implica también que la parte visual va de la mano con la parte musical.
Panamérika: ¿Cómo han llegado las propuestas para las portadas de discos en acetato? Supongo que es a través de grupos independientes que buscan quien se los produzca.
DA: Sí, raramente trabajo con disqueras. Mi primer contacto son las bandas el 95 o 98 por ciento de las veces, no con las disqueras. Creo que para una disquera hacer un vinilo es una pérdida de tiempo y de dinero, pero para una banda no. Tienen intereses distintos. Me da la sensación que muchas de las disqueras ante éste panorama no saben para dónde correr ni para donde moverse. ¿Disqueras que te invitan a "vamos a hacer una escucha del próximo disco de fulanito de tal" y quieren juntar a un montón de gente a sentarse y escuchar un disco? Eso ya no existe. Mándame un MP3 si quieres que lo escuche, pero siguen pensando como si estuvieran en 1985. No supieron -y creo que siguen sin saber- cómo actualizarse. Sobre todo las disqueras grandes, las pequeñas tienen mucha más movilidad. Desde disqueras que dicen "al diablo con el formato físico, nuestra disquera es íntegramente digital" o nosotros por ejemplo con Isotonic acabamos de tomar la decisión de que no vamos a sacar más CDs. A partir de ahora, vamos a ser una disquera de vinilo, punto. Tienes como alternativa eso cuando ves que estás jugando contra la piratería y dices "pues ahora piratéenme el vinilo." O jugar con eso: antes era más fácil mandar 4000 copias de un disco pero ahora no porque la gente compra muchos menos discos. Bueno, hagamos 500 copias en vinilo, que lo compren los quinientos tipos que en serio quieren tenerlo y a los otros se les dará una copia digital. Pero las disqueras grandes creo que no le encuentran por donde, siguen queriendo vender diez millones de copias cuando ya no va a existir eso.
Panamérika: Regresando a algo que dijiste que me llamó la atención, cuando dijiste que a las disqueras no les convenía porque no había retribución monetaria sacar un vinilo, pero para las bandas sí. ¿Cuál es la retribución para las bandas? O también con lo de Isotonic que mencionabas: ¿Cuál es la motivación principal al decidir volverse una disquera que edita discos en vinilo? ¿Dónde está esa retribución no-económica?
DA: En el caso particular de Isotonic todos los discos que editamos los pensamos como "¿Qué disco me compraría yo para escuchar?" Ése es nuestro criterio. ¿Cuál es la retribución? Ofrecer un trabajo de calidad y volver a los valores que tiene la música más allá del negocio musical, porque me parece que muchas veces la gente se olvida de eso. Se habla mucho de la crisis cuando la crisis está en la industria, no en la música. Durante muchísimos años jugaron aprovechándose de eso y ahora les dio la vuelta y no saben para donde salir. La crisis no está en las bandas, no es de los que generan música... ellos qué más quieren que ofrecer lo que hacen en un formato lindo. Hoy por hoy -salvando algunas excepciones- el negocio no está en vender discos sino en hacer shows. A la banda qué le importa si vende 500 discos impecables, con el arte impecable y de calidad sabiendo que no está el negocio ahí. El disco físico es casi una tarjeta de presentación. Es muy distinto cuando una banda llega con fulano y le dice "toma, acá está mi último disco en vinilo con un arte increíble". Es mucho más impactante. Es una tarjeta de presentación linda. "Toma, ¿Te grabé mi disco en una memoria USB genérica?" No. Sobre todo cuando hablo de disqueras me refiero a las grandes y a las históricas que nunca supieron acomodarse.
Panamérika: ¿Para qué bandas has hecho arte en vinilo?
DA: Todos los discos de Los Explosivos tienen su versión en vinilo. Muchas veces lo que pasaba -sobre todo con los primeros discos- es que se sacaba en México el CD y fuera se editaba el vinilo porque no era tan fácil prensar acá en México.
Panamérika: ¿Hay modificaciones del 12 x 12 del CD? ¿Es solamente darle escala o cambian cosas?
DA: Muchas veces ya sé de antemano que se va a hacer en vinilo, entonces ya estoy pensando algo que funcione en los dos formatos. Muchas veces por lo general lo trabajo grande y lo que hago es al revés: lo reduzco para el CD. A veces juego con las dos cosas: jugar con una imagen súper simple para que funcione en el CD, pero a la hora de ampliarla y verla en grande cobra otras características. También me pasa al revés cuando empiezo a trabajar en una portada pensando que va a salir en formato grande, que es cuando puedo meterle mucho más detalle y cosas que a la hora de reducirlo al CD funciona también. A veces es la misma imagen pero cambian las proporciones de algunos elementos.
Panamérika: ¿Has hecho otros formatos?
DA: Lo que pasa es que muchos de los discos con los que trabajo son versión digi-pack. Vendemos menos discos, es una realidad. También muchas de las bandas con las que trabajo -la mayoría, casi- es música instrumental, entonces ya no necesitas el librito con las letras. Pero sí, la adaptación cambia... había CDs que tenían 5 portadas diferentes y en el vinilo se nos complicaba. Lo que hicimos fue elegir una que fuera en el vinilo y de las otras cinco elegimos dos y adentro traía un póster de ésas. El póster es cuatro veces la portada mini. Cuando yo hago estos discos ya sé que va a salir en CD y en vinilo y me meto a hacer un montón de detalles que se van a apreciar más en el vinilo pero que en el CD funcionan también.
Panamérika: ¿Cuál sería la diferencia a la hora de concebir una idea? ¿Cómo lo piensas? ¿Cuál es la diferencia entre tratar de pensar un vinilo y pensar un CD?
DA: Hasta antes de que empezara a hacer más vinilos yo pensaba que en una portada de un vinilo podía explayarme más con detalles y cosas que no podía hacer tanto en el CD. Sin embargo, la práctica me demostró que queda un poco igual. La diferencia grande es la visibilidad, cómo no yo sino el receptor lo ve. Es más interesante un canvas más amplio para ver con detenimiento más detalles que condensar todo eso. Igual funciona en el CD, pero cuando la ves en tamaño grande dices "Ah, ok." Pero a la hora de hacerlo, si no supiera que iba a hacer el vinilo me evito un montón de pequeños detallitos. Pero sobre la práctica vi que funcionaba perfecto al reducirse, no tenía que economizar en recursos para hacer una portada de CD.
Panamérika: ¿Como diseñador, tú recuerdas algún disco en específico ya sea por haberlo diseñado, por la portada o por valor sentimental?
DA: Mis papás tenían algunos vinilos pero no muchos que me interesaran particularmente. El primer vinilo que compré debió haber sido por el 88, porque era precisamente un disco llamado Invasión 88 que era un compilado de las primeras bandas de Punk-Rock de Argentina. Fue un disco histórico en Argentina sobre todo como registro de muchas bandas que venían tocando desde fines de los setentas y era una escena que nadie quería: con la dictadura militar nadie quería a los Punk-Rock. Entonces, recién en el 88 sale este compilado que rescata muchas de las bandas. La portada era de un historietista que yo conocía por sus cómics, se llamaba Mosquil.
Panamérika: Coincidió que te gustaba la música y te gustaba la portada. ¿Y ahora qué pasa con tu experiencia con Sonido Gallo Negro? ¿Te cuesta trabajo diseñar para un proyecto propio?
DA: No, no me cuesta porque no tengo el filtro de tener que hablar con un miembro de la banda para que me cuente qué es lo que él cree que la banda necesita, ahora soy parte de y lo vivo desde adentro. En ese sentido no me cuesta. La experiencia del show en vivo sí me costó mucho al principio porque lo que yo hago con la banda básicamente es estar dibujando y haciendo animaciones ahí en el momento, no tengo nada pregrabado. Cada show arranco de cero. Tengo un guión -más o menos- algo así como la partitura del que toca la guitarra: sabemos para donde vamos pero lo estamos generando ahí en el momento. Me costó mucho al principio porque es convivir ahí con que si te equivocas y la cagas ni modo hay que seguir, lo mismo que le pasa al músico. Esa experiencia es muy distinta porque al hacer un disco tengo mucho más control que en vivo. Me costó también despojarme de las obsesiones que tengo yo con la línea o con cosas. En calor dura tres minutos la canción, punto. Tiene que empezar y terminar y si te equivocas tienes que seguir avanzando sin parar. Ya una vez que le encuentras el ritmo a eso es muy interesante, me cambió mucho el registro para darle más importancia a la idea que a la línea que es más despreocupada y libre. Lo interesante de cómo lo hacemos ahí es cuando el dibujo pasa a ser casi un instrumento más: lo estás haciendo interpretar la música.
Panamérika: ¿Tu estilo cambió cuando llegaste a México? ¿Es muy distinto de lo que hacías en Argentina?
DA: Hay una base que no se modifica, pero sí empezaron a entrar en juego muchos otros factores al llegar a México. Siempre me preocupé por tratar de que mi entorno estuviera presente en lo que hago, y a la hora de cambiar -bastante radicalmente- de ser un día Buenos Aires y al siguiente México sí cambia. No hubo una transición total, pero mucho del bombardeo visual que existe en esta ciudad sí se empezó a mezclar en mi trabajo y dejé que sucediera porque me interesaba. Quizás no lo hago muy consciente, nunca pienso "ahora mi trabajo será más mexicano," se fue dando muy naturalmente. Pero sí el hecho de haberme parado en México influyó mucho en la forma. Me fijé mucho cuando hice la tapa de los Cadillacs. Para mí era una tapa normal que se ajustaba a la banda y tal, pero en Argentina el comentario era "la tapa mexicana de los Cadillacs." Por la combinación de colores... para mí era bastante acotada a lo que son ellos, pero sin embargo la gente en Argentina pensaba "¡Qué rara que es esa tapa de los Cadillacs!" Y yo no me había dado cuenta de eso hasta que me llegan esos comentarios. Digo, estaban muy felices con lo que estaba sucediendo.
Panamérika: Noto mucho en los colores que aunque sepas que será digital, pareciera que lo haces pensado para un cartel impreso a dos tintas.
DA: Juego mucho con eso y aprendí mucho de eso estando acá. Los primeros carteles que hice para el Alicia. Yo mandaba el cartel, el archivo digital con la indicación: pantone tal y pantone tal. Llegaba el cartel y era otro color. Hasta que entendí que el señor de la imprenta -económica y rápida- no se preocupa ni por el registro ni por los colores ni por nada. Aprendí por un lado a jugar fuera de registro. "Si él no se va a preocupar por el registro, o lo desfaso yo o hago la línea así de gruesa por si se pasa un color no importe". Lo que más me gustó fue aprender a decirle al señor de la imprenta "Éste cartel se imprime en rojo y turquesa." ¿Pantone? ¿Qué es eso? ¿Tu rojo era más magenta y éste es más naranja? Pues me da igual. Entonces aprendí a jugar con eso. Al diablo con los pantones: yo lo armo y viniendo de la imprenta a ver qué sale. Pero por otro lado era buenísimo porque empecé a incorporar esa información en otros trabajos. Acá sé que el que imprima esto lo va a registrar perfectamente, pero ya sé que puedo jugar con un registro superpuesto con errores como si lo fuera a imprimir el de los carteles del Alicia.
Panamérika: ¿Qué pasa con las bandas? ¿Tienes una selección previa o tienes la suerte de que lleguen las bandas que realmente te gustan?
DA: Por lo general trato de trabajar con bandas que en mayor o menor medida me gustan. Cuando pensé que iba a ser una profesión de mis dibujos lo hacía más bien como músico frustrado. Decía "puta, cómo quisiera estar en una banda pero no puedo tocar nada. Haciendo el arte estoy cerca de eso que me gusta. Entonces era más algo pasional que laboral. Empecé a trabajar con bandas que escuché, que conocía, que me gustaban. Casi todas las bandas con las que he trabajado primero las escuché en vivo antes de que me den una copia de su próximo disco a hacer. Surgió muy natural mi forma de trabajar: prefiero trabajar directamente con las bandas. Volvemos a lo de antes: yo podría haber armado un portafolio, ir a cualquier disquera y seguramente me iban a dar trabajo. No lo hice para evitar precisamente que un día me dieran una banda que me gusta y otro día me dieran una banda que fuera imposible de escuchar.
Panamérika: O que te dictaran una línea de trabajo.
DA: Claro, yo creo que con los músicos hablamos un lenguaje más parecido que el que podría hablar con una disquera. En éste caso en particular como lo empecé a hacer más desde la pasión que desde el trabajo preferí mantenerlo así, y de alguna manera funcionó. Ya muchas de las bandas que se acercaron después son bandas que ya sabemos que tenemos cosas en común. Ha pasado que me contacta una banda de Alemania que ya sabe con qué trabajo y saben que si me mandan su disco voy a escucharlo y a entenderlo automáticamente, no me tienen que estar contando nada de nada. Una de las cosas que me gusta también de trabajar con esto es que no hay reglas, todas se pueden cambiar. Hay reglas que yo me fui armando y me acomodan a mí, pero no son las de todo mundo. La mayoría de los diseñadores trabajan con las disqueras. Mi caso es un poco raro pero se fue construyendo así, tampoco hubo detrás un plan de marketing, no podía prever que me iban a llamar los Cadillacs. Creo que los Cadillacs son la banda más grande -en una multinacional, en disquera grande- con la que he trabajado. Cuando me llamaron por un lado me encantó y por el otro estuve nervioso porque tenía que trabajar dentro de una estructura en la que jamás había trabajado. Label managers, departamento de marketing y todo eso. Finalmente los que me contactaron fueron ellos directo, no la disquera y se fue dando así y pensé "a la mierda, si yo he venido trabajando así hay que seguirlo haciendo" y me dieron luz verde. Ante la disquera me presentaron como "el Artista", no como diseñador, y ante eso ya no tenían autoridad para decirme que ése color no les gustaba y fue maravilloso. Con ellos ya nada más vi la parte económica y pude trabajar con ellos como trabajaría con cualquier banda y su primer disco.
Panamérika: ¿Hubo alguna instrucción sobre lo gráfico en ese proyecto?
DA: No, fue rarísimo. Me dijeron que conocían varias de las portadas que había hecho. Lo único que dijeron cuando sugerí que nos juntáramos para ver ideas fue "no te vamos a decir cómo hacer tu trabajo. Queremos que hagas tu trabajo." Siempre trato de que el que de las directrices para hacer la tapa del disco sea la música. A veces me daba la sensación de que en la universidad te dicen cómo hacer las cosas y en la práctica te das cuenta que todo lo que te dijeron en la universidad sí es muy lindo pero hay montón de caminos alternativos, sobre todo en una profesión como ésta. No hay reglas irrompibles y las formas te las puedes ir inventando.
Panamérika: Para cerrar quisiera extendernos más sobre las bandas que últimamente se han acercado a pedirte discos en vinilo y las portadas para discos en este formato que has hecho antes.
DA: Con Lost Acapulco. Los primeros vinilos que hicimos con ellos eran sencillos que se desprendieron de su primer disco en 98 que salió en CD y casete en esa época. De ahí se desprendieron un par de sencillos que hicimos en vinilos de siete pulgadas. Después en medio no habíamos hecho vinilos hasta ahora con el último disco del que se empezaron a desprender algunos sencillos o versiones nuevas de algunas canciones que salieron en vinilo. Con Los Explosivos desde siempre hicimos la versión en vinilo. Con los Twin Tones, el último disco salió básicamente en vinilo con un CD sueltito adentro con la música, pero el disco en sí es vinil. Si quieres comprar el disco de los Twin Tones no viene suelto el CD, tienes que comprar el vinilo. Con un crooner gringo también, Rain Bird; todos sus músicos son mexicanos, una producción totalmente hecha en México que no existe en CD. Con Gallo Negro que ahora estamos planeando el segundo disco estamos planeando el vinilo como formato base. Seguramente saldrá el CD y demás pero lo estamos planeando desde el vinilo para hacer las otras adaptaciones. Los Straight Jacket desde hace varios discos tienen su versión en CD y vinilo, entonces todos los discos que hice con ellos tienen su versión en vinilo. Por ejemplo, para con los Cadillacs estaba todo listo para el doce pulgadas de vinilo pero la disquera nunca dio el OK para producirlo realmente. Pues claro, una disquera grande, ¿hacer quinientas copias de un disco? Le da hueva, cree que va a tirar la plata. Para eso la banda debió haber dicho que lo hacía por su cuenta, pero ahí también cómo iban a hacerlo por su cuenta si el disco también le pertenecía a la disquera? Ahí es donde digo que las disqueras no supieron acomodarse.
Panamérika: A fin de cuentas lo que notas es muy interesante, al final el vinilo sigue siendo un statement muy DIY, muy independiente y de bandas que pagan sus propios tirajes.
DA: Sí. Pero más allá del vinilo es una tendencia que desde los últimos años viene creciendo, ¿no? Las bandas no confían más en las disqueras. Después de casos con bandas grandes... ¿Qué le pasó a La Maldita Vecindad? Los mató la disquera. Tenían un contrato esclavizado. Qué le pasó a Café Tacvba que supo cómo moverle para decir "Ah, ¿quieres otro disco? Te doy otro disco pero es instrumental." Las disqueras metían tanta presión en las bandas que al final terminaban complicando la vida misma de la banda. Yo creo que cualquier banda de los ochentas soñaría con firmar un contrato con alguna disquera grande. A partir de los noventas las bandas empezaron a pensárselo y decir "¿Firmar contrato con estos carniceros?" ¿Y del 2000 para acá? Ya creo que es la opción muy clara de muchas bandas el mandar al diablo a cualquier disquera. A lo sumo firmarán un contrato de distribución, pero los derechos de las canciones son de la banda y no tienen que pedirle permiso a nadie.
Panamérika: ¿Tenías pensado desde el principio que un buen porcentaje de tus diseños fueran aplicados a discos, vinilos y música en general?
DA: Era algo que soñaba al principio. Era "Ay, ¿cuándo voy a poder enseñar un disco?" Después se fue dando, y ahora hace años que no pasa mucho tiempo sin que esté involucrado diseñando otro disco y de repente se me empieza hasta a juntar.
Panamérika: ¿ Es algo que también has buscado con proyectos como Isotonic o Sonido Gallo Negro?
DA: Totalmente, Isotonic nació un poco así. Nos juntamos el Reverendo que es músico y yo que dijimos "vamos a editar los discos que nosotros queramos" tanto a nivel musical como a nivel gráfico. Era nuestra propia disquera para hacer lo que queríamos y era buenísimo. Digo, después ya la venta de discos y todo eso era meterte en otro problema. Pero finalmente si bien económicamente no fue muy redituable, Isotonic siempre se mantuvo sola salvo para el primer disco que tuvimos que poner de nuestra bolsa. Después la misma venta de ésos discos o de algunos shows generaba para al menos seguir sacando discos. No te voy a decir que cobrábamos un sueldote, pero sí esos discos una vez que empiezan a circular son los que también me trajeron más visibilidad. Entonces tiene sus beneficios por otros lados, ¿no?
Panamérika: Ahí está la otra tarjeta de presentación de la que hablábamos. Pues muchas gracias por la plática.