Esta película llegó en el momento correcto. Acertado más que nada por penetrar como un cuchillo helado en medio de una juventud caracterizada por la apatía y la indiferencia. La película de Olallo Rubio apareció para hacernos recordar, para no olvidar y para restregárselo en la cara a quien ose negarlo. Pasada apenas la semana de aquella fatídica visita del actual Presidente Peña a la Universidad, salió este trabajo fílmico, que no solo reflejaba la actitud de Molotov sobre la que versaba, sino también mostraba un consejo, que como en aquella emblemática película protagonizada por Bill Murray de nombre Groundhogs day, parecía repetirse.