"m b v" - My Bloody Valentine

Es un hecho bien sabido que los tiburones no pueden dejar de moverse, de lo contrario morirían. Las cuestiones específicas no tienen relevancia, lo importante es la necesidad imperante de movimiento, de cambio. Bajo estos estándares, My Bloody Valentine es una agrupación irlandesa cuyo tiempo de inactividad los hubiera dejado muertos. Nada puede estar más alejado de la verdad, su último álbum parece gritar que están más vivos que nunca. A pesar de 22 años sin sacar material nuevo, esta agrupación demuestra que el tiempo no es un obstáculo, sino un beneficio, una renovación de su ethos para generar un producto novedoso.

Es muy claro que es un retorno musical enorme, pero ¿a dónde se dirige?

En la apertura de m b v (Pickpocket, 2013) el objetivo es bastante obvio: se trata de alusiones obvias para los ya familiarizados con la banda y su característico sonido de ensueño, y para los no familiarizados es una ligera introducción a la etérea aventura de 47 minutos fugaces cuyo aire es aquel de un sueño. Uno nunca recuerda bien cómo empezó, pero está consciente de la importancia del sueño en general, de que todos los detalles, personas, objetos y situaciones encontradas ahí están por una razón.

“She Found Now” es la canción encargada de abrir esta producción y las reminiscencias al Loveless (Creation, 1991) son inevitables, una pared de distorsión que provoca una textura onírica, asíntota a lo inefable que reside dentro del pecho. My Bloody Valentine no ha perdido su toque, siguen siendo mercaderes de explosivos anímicos y asesinos de todo tipo de expectativa, con la imperante labor de destrozar todo lo que alguna vez se dio por sentado.

http://youtu.be/rBKjhgHGVZs

Kevin Shields y compañía sabían cuál era el riesgo que corrían al retomar su carrera musical después de monumental obra como el Loveless: el nuevo material no podía ser un clon exacto del anterior, y tampoco podía hundirse en la nostalgia fácil y manipuladora. Sin embargo, m b v se sabe como un disco ecléctico en el universo de la banda, logra cumplir todos los puntos esperados y agrega un poco a la mezcla para así declararse consciente del tiempo transcurrido, pero con necesidad de reinvención, necesidad de volver al estudio a la realización de placeres sónicos.

El material continúa con otros dos cortes bellísimos: “Only Tomorrow” y “Who Sees You”, cuyas características guitarras repletas de feedback y reverb, acompañadas del trémolo y efectos de pedales, generan una atmósfera digna de las referencias oníricas más clavadas y potentes sin necesidad de usar drogas. Sin embargo, para los primeros segundos de “Is This and Yes”  la ruptura es evidente. My Bloody Valentine apunta a hacer un disco variado para expandir los espectros explorados y realizar una producción sin un género tan específico como los previos, pero con balance y una armonía contundentes.

El segundo tercio también tiene sus particularidades, “If I Am” es un corte con una clara influencia psicodélica, sin perder del rastro sus distinciones instrumentales, como guitarras reverberadas hasta más no poder y un delay intenso. Posteriormente se encuentra “New You”, la canción más complaciente y rítmica del disco, pero no por eso menos compleja o interesante; “New You” es verdaderamente melosa, cursi, pero no por eso podemos ignorar las suaves caricias que nos provoca la conjunción de voz y música perfecta. Aquí es cuando el escucha se da cuenta que m b v no sólo es un regreso musical, es una innovación estilística total en pos de un éxtasis emocional más grande.

El final del disco nos vuelve a mostrar el gran salto adelante que representa este retorno: ellos ya hicieron un disco maduro, pero nunca uno con elementos tan arriesgados y precisos, lo cual hace de m b v un verdadero disfrute, pues es fácil notar cuáles fueron los cortes que tomaron más esfuerzo sin que estos se tornen repetidos o excesivamente complicados. “In Another Way” y “Nothing Is” se ostentan como las canciones más rockeras del disco, la última es canción instrumental, para así denotar la verdadera evolución de su sonido yuxtapuesto con las canciones anteriores, que parecen mezcolanza de los álbumes anteriores. El material cierra con “Wonder 2”, una acelerada y experimental pieza que deja la sensación de un camino muy seguro, como si hubiera más por venir.

Entonces ¿a dónde se dirige My Bloody Valentine en este retorno? Por sí solo es un grandioso material, pero es necesario ser consciente del cambio y los materiales anteriores; el sentido autorreferencial del álbum es una de sus más grandes fortalezas combinadas con su sapiencia musical, aunado a su habilidad de volar cerebros metafóricos. En realidad es imposible saber a dónde va My Bloody Valentine, pero podríamos asegurar que se asemeja a lo escrito por John Green en su libro Looking for Alaska sobre las últimas palabras de Thomas Alva Edison: “Edison’s last words were: ‘It’s very beautiful over there’. I don’t know where there is, but I believe it’s somewhere, and I hope it’s beautiful” (“Las últimas palabras de Edison fueron: ‘Es muy hermoso por allá’. No sé dónde quede allá, pero creo que es en alguna parte, y espero que sea hermoso”).

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