Grandes interrogantes del F.C Barcelona: ¿seguirá la tormenta?
Por: Andrés Moreno
Ya van tres años consecutivos en los que el Barcelona cae eliminado de la Champions League de manera escandalosa. Escandalosa no por el simple hecho de ser derrotado, sino por la manera en la que lo hicieron.
En 2018 los “culés”, dirigidos por Ernesto Valverde, lograron cerrar en el Camp Nou una cómoda victoria 4-1 ante la Roma. Para el juego de vuelta debían visitar el Olímpico sin mucha presión sobre su espalda, o eso pensaron. A los 6’, Edin Džeko abrió la cuenta para los romanos, después el eterno Daniele De Rossi puso el segundo de penal y, faltando apenas 8’, Kostas Manolas destruyó las esperanzas del Barcelona y lo dejó botado en cuartos de final. Desde allí se empezaron a poner las interrogantes, especialmente sobre Valverde, quien tuvo ese año un doblete doméstico para comprar su permanencia un año más.
Para la próxima temporada la expectativa seguía siendo importante, había llegado Coutinho, Valverde ya tenía un poco más de experiencia en el banco y no se creía la posibilidad de que el Barça fuese a cometer el mismo error en Champions. De nuevo, todo empezó muy bien en el Camp Nou, un 3-0 contundente sobre el Liverpool, con un hermoso gol de tiro libre de Messi y un fallo de Dembélé al final que, por ese momento al menos, pasó desapercibido. Sin embargo, llegó Anfield y, de nuevo, al Barcelona se le fueron las luces. A los 7’ minutos, Divock Origi marcó el 1-0, aún no era una diferencia muy importante, pero como ráfaga llegaron los dos de Wijnaldum, al 54’ y al 56’. “Aguantemos hasta el tiempo extra”, habrá dicho más de un hincha “culé”, pero de nuevo, la esquina sería la perdición del Barcelona. Un córner cobrado rápido y Origi, a los 79’, dejó muertos a los “azulgrana”.
Tras ese capítulo empezó a caer la tormenta y la búsqueda de culpables.
El primer señalado fue Valverde, “más en el aire que nunca”, tituló AS con respecto al futuro del entrenador. Para colmo de males, la derrota en la Copa del Rey ante el Valencia le quitó al DT su garantía para seguir en el puesto. Otro de los señalados fue Messi, quien en su rol de capitán no logró organizar a su equipo para evitar la hecatombe de Anfield. Desde allí empezó una costumbre de ubicarlo fuera del Barcelona, todo a partir de rumores y de una sombra de inestabilidad que se hacía visible en el campo.
En enero de este año se sufrió otro temblor. Tras un cruce de declaraciones entre Eric Abidal (hoy exdirector deportivo del club) y Messi, volvieron a crecer los rumores de la partida de Leo. Se habló del Manchester City, del PSG, de la Juve; pero al final ninguno se llevó al argentino. Quien no sobrevivió fue Valverde, destituido a inicios de año y reemplazado por Quique Setién. La llegada del cántabro supuso un cambio a una filosofía más del estilo del Barcelona, más del fútbol de posesión que el defensivo que proponía Valverde.
A pesar de eso, y de la llegada de Antoine Griezmann, el equipo no levantó en resultados y duras derrotas como la del Clásico pasado (2-0 para el Real Madrid) preveían otro fracaso del Barcelona y de Setién, a quien no se le daría el beneficio de la duda. El partido que consumó el desastre sucedió el pasado viernes, en Lisboa, donde el Bayern Múnich aplastó al Barça 8-2. K.O. A partir de este histórico resultado, en el Barcelona se plantean cambios mucho más estructurales. El primero en irse fue, por supuesto, Setién, cuyo reemplazo es la vieja leyenda “culé” Ronald Koeman. Se fue Abidal y, también, hay una importante lista de jugadores transferibles, de entre los que destacan Suárez, Piqué, Rakitić, etc. De la misma forma hay unos jugadores intransferibles que son Messi, Ter Stegen, De Jong, Griezmann, Dembélé, Lenglet y Semedo. Aunque a Leo lo vuelven a situar fuera del club y dicen, otra vez, que irá al Manchester City de Guardiola.
¿Dónde está la verdadera falla del Barça?
Francamente no pareciera que fuera el entrenador, pues se intentó con dos distintos y los resultados siguieron siendo negativos; pero ellos parecen ser los chivos expiatorios de una directiva que ha tenido una gestión deficiente y a la que no se ve con un proyecto deportivo serio. Josep Bartomeu, presidente del club, ha sido responsable por el gasto de 420 millones de euros en solo tres jugadores: Dembélé, Coutinho y Griezmann. Todos ellos con el solo propósito de reemplazar a Neymar y que, entre lo tres, han logrado apenas 52 goles y 24 asistencias en 195 partidos. Neymar, en menos partidos (186), logró 105 goles y 77 asistencias. Solo mirando estas estadísticas es suficiente para dar cuenta de que la gestión de la directiva en cuanto fichajes ha sido mala. Otro tema es la renovación del equipo, el Barcelona hace mucho que dejó de mirar en La Masia las futuras estrellas “blaugranas”. De la academia solo Riqui Puig, Ansu Fati y Alex Collado tuvieron participación en la liga (Collado solo jugó un partido). En cambio, en el mediocampo del equipo los únicos menores de 30 años son De Jong, Puig y Sergi Roberto (sin contar a Arthur que ya no hará parte del club, en su reemplazó llegará Pjanić, que tiene 30).
El Barcelona tiene un equipo con muy poca proyección y una directiva que prefiere gastar millones en jugadores de poco rendimiento. Esa no parece ser la fórmula del éxito, ni una responsabilidad que debe caer solo en el técnico. Las elecciones para el próximo presidente del club serán hasta el próximo año. Por ahora se prometieron grandes cambios, pero la pregunta sigue siendo: ¿qué pasará?