Fuf. Qué delirio. Fue lo que presagiábamos. Una bacanal salvaje, un torrente de sangre, pellizcos y veladoras prendidas. Tras las ruinas humeantes y el olor a pólvora, terminó la temporada regular de la NBA y ya están listos los playoffs; a continuación desgranaremos el parte de guerra.
En el frente Este, los Nets, quienes estaban condenados a media temporada, lograron arrebatar al billete a los Pacers en un brutal jalón final (entre el 20 de marzo y el 3 de abril, ganaron 9 de 10 partidos). La empresa no era difícil, sin embargo: derrotar al Magic en casa y esperar a que los Pacers pincharan en Memphis. Todo muy probable. Y pasó. Los Nets apearon a un Magic sin magia (más bien, rácano y gris) y los Pacers murieron de nada en la cueva de los Grizzlies.
El Oeste tuvo más drama. Mientras el Thunder abusaba de los bisoños Timberwolves, los Pelicans sonrojaban al equipo 'on fire' del momento: los incombustibles Spurs. De muy poco importaron los 34 puntos que Russell Westbrook anotó en los primeros dos cuartos (¡!); la victoria final de 138-113 no valía de nada si los comandados por la ceja más rápida del Oeste (Anthony Davis, vaya) volaban alto en Nueva Orleans. Con estirpe de equipo de abolengo, los Pelicans triunfaron con toda la presión sobre sus alas. Deambulando por el barrio francés, rumoran, está Westbrook, con sus 28 puntos de promedio (el máximo anotador del curso), su récord de triples dobles (10), y su marzo de antología. Todo eso, al cajón. Au revoir. Felices vacaciones. El "premio" de los Pelicans: enfrentar a los Warriors. Jum.
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A destacar: los Bucks, sextos del Este y rivales de Chicago en los playoffs, terminaron con 41-41. Con esa marca, habrían quedado en décimo lugar del Oeste. En cambio, el Thunder, que cargó a cuestas con un deplorable inicio temporada y con una maldición vudú (lesiones de Westbrook, Durant, Adams), y aún así terminó con 45-37, habría sido sexto del Este. El océano del Oeste es más violento y huracanado. Todo se reduce a una pizca de suerte geográfica y a una tonelada de incompetencia administrativa. Pa' que luego no se llenen la boca enarbolando las ligas estadounidense como modelos inexpugnables de justicia deportiva y meritocracia.
Lalo López
@Fmercu9
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