Como buen #godinez, seguramente en tu cubículo tienes la pelota relajadora de manos, el pad acojinado para el mouse, juguetes de huevo kinder, un peluche, un balón de soccer o americano que permanece guardado en el rincón más inaccesible, y una planta a la que riegas con las sobras del café. Algunos se van al extremo y tienen sus horripilantes lámparas de lava, los móviles de gravedad, magnetos y al menos un cuadro de su banda favorita, que delata un gusto culposo.
Hay quienes en el límite del mal gusto oficinista poseen un recipiente con arena finísima como talco y un rastrillito mini que hace ilusión de un jardín zen, para recuperar la concentración y enfocarse en la productividad. Nada más horrible.
Dando un giro a esa descripción de horrores, les ponemos en sus pantallas el proyecto de Micah Elizabeth Scott, o Beth, quien dirige el sitio Scanlime, un sitio donde postea novedades y proyectos para quienes realmente están interesados en los usos alternativos, posibles y experimentales de la tecnología, y no nada más noticias sobre apps y gadgets (que tanto pululan por ahí). En este sitio acaba de publicar un proyecto que surgió tras horas de ocio, el Zen Photon Garden, un generador de vectores que se comportan como rayos de luz, y que pueden interrumpirse con dibujos sobre el plano en negro, modificando asi su dirección, su refracción y reflexión. Incluso es hasta cierto punto un muy buen dispositivo para entender el comportamiento de la luz en materiales reflejantes o difusores.
Abajo unas imágenes obtenidas con el Jardín Zen de Fotones o Zen Photon Garden:
(vía)