Existe este plano como un lugar específico en el tiempo y espacio que se conoce como el presente, pero también hay otro medio imaginario y psicótico que es difícil de separar de la realidad: el universo paralelo de los sueños. Frankie Rose es alguien que musicalmente siempre ha dado la impresión de habitar ambos mundos al punto de llegar a mezclarlos en un todo perfecto que se entiende como real sólo porque se sabe que Frankie es una persona física que presenta en vivo sus materiales. Herein Wild, su nuevo álbum, muestra mejor que cualquiera de sus discos pasados esa estética volátil y brumosa que constantemente rodea a los sueños vívidos.
Antes integrante de Vivian Girls, Crystal Stilts y Dum Dum Girls, excelentes bandas de lo-fi y dream pop, la artista basada en Nueva York se lanzó como solista en 2010 bajo el nombre de Frankie Rose and the Outs. Su álbum debut, del mismo nombre que el proyecto, sólo dura 30 minutos y aún así funcionó como una carta de presentación contundente y bien lograda. Después de ese disco, la artista regresó en 2012 nada más como Frankie Rose con Interstellar (Slumberland), que entre sonidos esotéricos que recordaban a las últimas décadas del siglo pasado creó una oda post-punk de gran calidad.
Sus dos materiales pasados fueron lanzados bajo el sello Slumberland, pero para Herein Wild, Frankie Rose firmó con Fat Possum. Más que alguna modificación al sonido de su música, la verdadera relevancia de este cambio está en que mientras ambos sellos son importantes a nivel mundial, Fat Possum tiene dos veces el número de artistas que Slumberland y tiene entre sus filas tanto a artistas con décadas de experiencia como Iggy and the Stooges como a nuevos talentos del calibre de Youth Lagoon y Melody’s Echo Chamber.
Bajo una disquera más poderosa como Fat Possum, Herein Wild es el álbum más grandioso de Frankie Rose en el sentido de que si su debut era el teaser de alguna película de ciencia ficción como The Matrix y el segundo álbum, Interstellar –con sus nocturnos tracks y videos como el de “Know Me”– era el tráiler, Herein Wild es la película entera que sólo puede salir después de haber generado expectativa.
El nuevo álbum es algo muy completo; tiene desde melodías románticas como el track inicial “You for Me” hasta momentos espeluznantes como el fantasmal cover de The Damned que Frankie Rose hace para “Street of Dreams” y utiliza como penúltimo track. Aunado a eso, también hay momentos épicos como “Cliffs As High”, que de hecho según la propia Frankie Rose suena como “Vangelis”, el tema de la película de ciencia ficción Blade Runner, y hasta un pequeño arrullo en la forma del track final que sirve como una despedida temporal que adormece a los sentidos. Aún con canciones tan extremosas entre sí, hay dos elementos que unen a Herein Wild y lo convierten en una totalidad: la constante alusión y mención de lo somnífero como si se tratara de un sueño recurrente y una musicalización plagada de estática y ecos como creados por el ambiente de una catedral.
Herein Wild como un todo es un dream pop lo-fi mágico y oscuro hecho al estilo de “Fascination Street” de The Cure pero evolucionado al punto en el que resulta innovador y original porque no suena exactamente como nada que ya existiera antes de Frankie Rose. Entre explosiones como de fábrica nuclear futurista y momentos tranquilos de reflexión en los que parece que Frankie, la protagonista, se acaba de despertar repentinamente a la mitad de la noche en un edificio rodeado de ventanales, Herein Wild suena como la recopilación musical de las divinas pesadillas distópicas de su creadora.