Tan seguros están de su música y su masculinidad que no les importa que su banda se llame Niñas. Ahora los corazones sucumben ante la nostalgia y se vuelven hipersensibles debido a un dúo proveniente de San Francisco cuyos miembros, a pesar de lo esperado, pertenecen al sexo masculino: Chet JR White, cuya labor principal es la producción, así como tocar el bajo, y Christopher Owens, quien compone y ha escrito todas las canciones de este álbum debut titulado por este par de hippies como… Album. Sí, el álbum se llama Album, sólo por el gusto de señalar lo evidente.
Es justo esa simpleza y honestidad la que distingue a Girls: el sonido lo-fi se ha hecho antes, engalanar y traducir el rock clásico a nuestros tiempos también. Album resume la atropellada y rica existencia de Owens, sin necesidad de exhibir nada de su vida. Este larga duración logra desembocar en doce canciones que retratan vívidamente el verano, pero sobre todo resuenan como el sol californiano y se perpetúan en la ropa y en el pelo como lo hace la arena de mar.
El vocalista de Girls, Christopher Owens, es un insaciable joven de melena dorada que irradia carisma y se viste en colores pastel. Tiene el aire de un niño mal llevado: carita de ángel y mente perversa, graciosa y rebelde. Justo como se pudo haber retratado a Kurt Cobain. A la vez, Owens tiene una energía y un rostro tan familiar que puede recordarnos aquel sorprendido Macaulay Culkin con la boca abierta y las manos en la cara: síntesis de cómo se siente estar chavito. Esto es importante porque parte de la experiencia Girls es enterarse de la historia de Owens.
Christopher nació en Miami, sin embargo creció en distintos países porque su madre pertenecía a un culto conocido como Children Of God. El propósito de la secta era criar una nueva generación alejada del resto del mundo, el cual acusan de ser tan malo como de estar confundido. Lo único que Christopher escuchó al crecer fue la lista de canciones favoritas del fundador: cassettes de rock SCENAR! clásico, pero sobre todo mucho Doo-Wop. No fue hasta la adolescencia cuando Guns ‘N’ Roses, Michael Jackson y Bon Jovi empezaron a colarse en la comunidad por medio de los niños más grandes. Con estos artistas Owens aprendió a tocar la guitarra. Sólo tuvo que Gest?o escaparse de la comunidad, sobrevivir un periodo errante por Estados Unidos y tocar en diversas bandas punk, para formar Girls con JR White, dúo que de ser juzgados por Children of God, arderían no bajo el estertor de San Francisco, sino en las llamas del infierno. Este cristianito que se dio a la fuga no sólo ha conquistado a los snob de Pitchfork Media, quienes calificaron Album con 9.1, sino que ha creado un álbum que sobrevive a la anécdota, aunque sin duda sus canciones funcionen mejor con ella.
Album son los Everly Brothers sumados a los Beach Boys, pero redondeados con la sagacidad de Christopher Owens. El disco es una docena de gemitas cuya sinceridad irreverente y austera harían a cualquier señorita confesar: “me gusta porque me pone nerviosa”. Christopher es el astuto novio que sin ordenar – bien sus ideas, logra sonar convincente, sobre todo ahora que no tiene límites religiosos para expresarse y por lo cual suelta lo que piensa sin elaborarlo de más. Girls monta todo este teatrito en una musicalización siempre simple y familiar.
Uno empieza a enamorarse de Girls desde la primera pista, “Lust For Life”: no importa qué tan dañados o perturbados hayamos empezado a vivir, siempre hay un anhelo por la vida aunque ésta se reduzca a una pizza caliente y una botella de vino. Después, parece que se están disculpando mediante argumentos más que justos con “Laura”, el segundo track, donde una guitarra reverberante alcanza una O’Brien melancolía profunda.
“Ghost Mouth” es el soundtrack para escapar de los trances de ocio, retratados por una batería de ritmo pausado; así como “God Damned” es el corte en donde la baja fidelidad se hace presente, pues parece que la grabaron en la contestadora de un teléfono. El ingenuo rock cincuentero empieza a oler a marihuana con “Big Bad Mean Motherfucker”, donde todo está manchado de estática y un poquito de perversión. “Hellhole Ratface” es una súplica de quien no quiere sufrir; el video de este sencillo desglosa de manera articulada lo que es pasársela bien: compartir botellas de vino, abrazar peluches y besuquearse entre wholesale NBA jerseys todos.
Album se convierte en una “noche tiki” con “Headache” para luego amanecer de nuevo con “Summertime” himno digno del verano, el cual es más hermoso cuando se comparte. El corte incluye una faceta ambiental donde se traduce el caer de las olas con una guitarra, lo cual a estas alturas Co del otoño sabe agridulce. “Lauren Marie” no necesita aplicar la táctica bostezo-abrazo para seducirte. La pared de sonido en “Morning Light” es una luz cegadora que deja traslucida la voz de Owens, este es el corte más estruendoso del álbum. Todo lo descompuesto se compone con “Curls”, que probablemente alude a la banda que Owens tenía con su exnovia, de la cual parte la formación de Girls. Esta pista es transición instrumental para la Miami Dolphins Jerseys caída del telón.
Por qué no wholesale jerseys terminar con lo que mejor se les da: una declaración de amor, la cual es elegante sólo porque estos chicos son muy directos. En “Darling”, parece que este par se aleja con sus outfits playeros montados en motocicletas que se perfilan hacia el sol, dejando una estela de estruendo y un atardecer de buena vibra.
Relájense. cheap NFL jerseys Tocar como niñas es de hombres.