Durante un día entero, Tlaquepaque, Jalisco, fue un lugar en el que no sólo se podían encontrar tortas ahogadas, birria o tequilas artesanales de la región. Durante el sábado 21 de marzo tuvimos la oportunidad de hallar miembros de la legendaria Mute Records, tales como Liars, Vince Clarke, Apparat, Ben Frost, Irmin Schmidt y OMD (aunque ellos no son parte de Mute, sí son muy amigos de ellos). Una cancha de rugby, utilizada para los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011, dentro de la Unidad Deportiva Valentín Gómez Farías, fue el escenario que albergó el lineup antes mencionado, ante un cielo despejado y un clima muy a gusto. Poco a poco se llenó el recinto; al final, para cuando OMD tocó, había cerca de 5,000 personas, de modo que el festival resultó ser todo un éxito. Cabe señalar algunos de los actos más sobresalientes, en orden de aparición:
En punto de las 3 de la tarde, el legendario Irmin Schmidt salió al escenario con su iPad y sus 77 años de edad. Irmin Schmidt es uno de los fundadores de la banda alemana Can, pionera en el krautrock y en la experimentación sonora. En su juventud fue alumno universitario de Karlheinz Stockhausen y György Ligeti, y llegó a colaborar con John Cage. Irmin se echó un DJ set muy fino en el que pudimos escuchar muchas canciones de The Lost Tapes, canciones olvidadas de Can que se habían quedado arrumbadas y que ahora, gracias a Mute Records, llegan a nuestros oídos que suelen quedar incrédulos de que semejantes rolotas pudieran quedar fuera de otros discos de Can. A pesar de unos problemas técnicos, el otrora tecladista de Can, mostró alegría y ánimo a pesar de su avanzada edad. Entre visuales que mostraban fotos de Can en tocadas, Schmidt nos hizo bailar muy psicodélicamente.
Desde Brooklyn, llegaron los Liars a meterle mucha energía al Festival Mute. Tras siete álbumes de estudio, nos mostraron un poco de todo, aunque tocaron más canciones del tremendo Mess del año pasado, el cual se colocó entre los mejores discos del 2014. El dance-punk revival de Nueva York quedó claro; con ritmos similares a The Rapture o LCD Sounsystem, Liars nos puso a brincar con una batería, una modesta guitarra y un gran número de síntes. Angus Andrew demostró ser un fabuloso frontman al ponerse a brincar como loco por todo el escenario y por portar una máscara colorida, tejida muy al estilo de la portada de su último material discográfico.
Por ahí de las 9 de la noche, cuando ya el Festival Mute estaba lleno lleno, se subió al escenario la banda a la que en realidad todos querían ver: Orchestral Manoeuvres in the Dark, o simple y llanamente, OMD. Por un lado, muy quietecito, Paul Humphreys en su sintetizador Roland, mientras que desatado y correlón, Andy McCluskey, quien rápidamente se empapó en sudor. Para no andar con rodeos, abrieron con la canción que tal vez casi todos conocían: "Enola Gay". Canción tras canción, podíamos descubrir cómo OMD es un histórico que ayudó a que la escena new wave inglesa se desarrollara y tomara una forma tan peculiar, basada en la música experimental que apenas se popularizaba de manera comercial. "Secret", "Talking Cloud and Clear", "Shame" y por supuesto "Electricity", fueron algunas de las canciones más coreadas. Todo fue felicidad y conexión entre McCluskey y un público tapatío que se entregaba y bailaba al ritmo de la melosa electrónica de OMD.
Alguna vez Vince Clarke declaró "Cuando escuché por primera vez 'Electricity' de OMD, sabía que yo quería hacer música elctrónica". Casualemente, el destino decidió que OMD cerrara su acto con "Electricity" y que unos minutos después Vince Clarke se subiera al mismo escenario. Hace unos meses corrió el rumor sobre que Depeche Mode tocaría en Tlaquepaque, pero no, sólo era Vince Clarke, uno de los miembros fundadores y que sólo estuvo con Depeche durante el primer álbum Speak & Spell de 1981 (posteriormente fundó Yazoo e Erasure). Enfundado en una gorra de las Chivas para crear simpatía (o empatía si le iban a Atlas o U. de G.), Clarke comenzó un DJ set con muchos tintes ochenteros y noventeros y que además agregó clásicas canciones de Depeche Mode como "Walking in My Shoes", "Barrel of a Gun" y la clásica "Just Can't Get Enough"; de Yazoo sonaron "Don't Go" y "Situation" y de Erasure, la infaltable "A Little Respect"
La experiencia de este festival, tanto como expectador y como medio que cubre el evento, fue increíble; muy cómodo en cuanto a instalaciones se refería. La vivencia de su servidor fue muy gratificante al poder platicar con miembros de las bandas, tomar un trago con ellos en inclusive compartir el delicioso catering en el que se podía encontrar típica comida de la región. Hasta acabamos comiendo un pozole tapatío con Ben Frost y una torta ahogada con Apparat.