[ENTREVISTA] Gael García Bernal sobre "NO"

El día de hoy llega NO a las salas de nuestro país gracias a CANANA tras inaugurar la décima edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. Dirigida por Pablo Larraín y protagonizada por Gael García Bernal, NO es la apuesta chilena para la próxima entrega de los premios Oscar. Tuvimos la oportunidad de platicar con Gael García para El Cine Y sobre su experiencia en este proyecto y las similitudes entre las actualidades de México y Chile.  Alfonso Basilio: Muchas gracias por acompañarnos y venir a platicar de una película que está por demás interesante en un momento en el mundo, en nuestro país y en el propio Chile donde las cosas están muy movidas. La cuestión que plantea es histórica, habla del plebiscito cuando le dicen el famoso “no” a Pinochet y toda la campaña que se hizo para promoverlo, ¿no es así?

 

Gael García: Así es, fue en 1988 que Pinochet debido a la presión interna y a la internacional tenía que legitimar su poder de alguna manera. Entonces junto con su planilla diseñó una especie de referendo de plebiscito en el cual se votaría a favor de que Pinochet siguiera siete años más en el poder o no.  Lo que retrata la película es cómo el grupo político del “No”, que eran todos los partidos y organizaciones civiles y demás, llamaron a unos publicistas para que diseñaran una campaña para completar el broche, pues la parte más difícil que tenían era que la gente estaba aterrorizada para ir a votar. La película es una fábula en realidad, no sucedió tal cual. Por ejemplo, mi personaje es una amalgama de dos de los principales ideólogos de la campaña publicitaria. Todos sabemos cómo Pinochet llegó al poder pero nadie sabe cómo es que lo tumbaron, y la película trata de eso precisamente. Estoy orgulloso de ser parte de ella y de haber trabajado con la maestría y el genio de Pablo Larraín, que es un director muy hábil. A mí me encanta hablar de este tipo de películas que trascienden más allá de la experiencia del entretenimiento, que tienen un especie de eco social, de eco artístico.

Pablo Rodríguez: En la inauguración del Festival de Cine de Morelia comentaste que hacer esta película con Pablo te regresó la fe y el amor por el cine. ¿Por qué lo dijiste y en qué sentido?

 

G: Por alburearme un poco a Pablo, porque el eslogan principal de la campaña es “Chile, la alegría ya viene” y la verdad al chile me regresó la alegría esta película. Andaba en un estado de ánimo en el que cada película representaba una especie de paréntesis en mi vida que siempre era como ir y ser succionado por este vacío, por este hoyo negro que representan las películas donde te desconectas de todo, donde estás concentrado en una historia y el mundo de alguna manera se te cierra. Me regresó la alegría de trabajar en el cine, de sentir que el cine es mi vida también y de que no existe una línea entre lo que es mi vida y el trabajo, sino que todo confluye y pues creo que ése es un momento de gracia, bastante anhelado. Las cosas llegan en un momento determinado, y les agradezco a Pablo Larraín y a su hermano Juan de Dios Larraín que son los que me invitaron a hacer esta película. Yo jamás en mi vida me imaginé estar haciendo una película en Chile y de repente me llegó la oportunidad y no podía desperdiciarla.

 

P: Y, ¿qué tan difícil fue para ti prepararte y adecuarte a este contexto social tan importante y tan difícil para muchas personas?

 

G: Si yo lo hubiera hecho por mi cuenta hubiese sido bastante complicado, pero lo logré gracias a que tenían un equipo muy bien armado, y gracias a Lorena Penjean que hizo toda una investigación a partir de muchos de los testimonios de las personas que participaron en la campaña. Esto sucedió hace 25 años, más o menos, entonces no ha pasado tanto tiempo, es decir, la mayoría siguen vivos. La recopilación de todos estas experiencias en una especie de fábula corrió a cargo de Pedro Peirano, el escritor, uno de los creadores de 31 Minutos y escritor de La Nana . El estar rodeado de puro genio me ayudó bastante para entender el contexto, la situación, entender lo que Pablo quería contar de alguna manera se dio de manera muy natural. No sólo intelectualmente sino que todo mundo con quien hablaba también trasmitía la vivencia personal, el sentimiento la esperanza que daba esta campaña, también la desilusión que vino después con el “no”, la vuelta a la democracia, las deudas que trajo, lo que prometió pero que no pudo cumplir de alguna manera y, ¿a quién echarle la culpa? Hay muchas similitudes en ese sentido con México.

A: Seguro te habrás enterado de las distintas reacciones que ha habido en Chile por la película, desde el grupo más conservador que no está de acuerdo con cómo se plantea el tema. Cuando se presentan argumentos de NO la sociedad todavía no está lista para revivir lo que pasó, pero desde tu punto de vista ¿por qué es importante que a través del cine se cuenten las historias de sucesos a lo mejor muy recientes o a lo mejor muy fuertes?

 

G: Me voy a remitir a una película que todavía mucha gente no ha visto porque se acaba de estrenar y que aún no llega a las salas en México, pero es una gran película que se llama Stories We Tell de Sarah Polley, una actriz y directora que cuenta su vida, que hace una carta de amor a su familia, y la menciono porque es una cinta que es el ejemplo ideal para decir por qué es importante contar nuestras historias: para poder seguirnos amando, para poder seguir existiendo como núcleo, porque si no contamos estas historias después se convierten en un secreto que con el tiempo va evolucionando en un cáncer. Por eso es que es importante el cine, la literatura, toda expresión artística que tenga una consecuencia narrativa para contar nuestras historias. En el caso de la película, muchos de los que participaron en la campaña del “No”, participan en esta película representándose a sí mismos 25 años después. Esto ayuda a revivir este momento, a reconciliarse con el pasado. Sin ser su intención principal esto tiene algo de terapéutico y de emocionante y a mí me conmueve muchísimo y me da un poco de envidia sana, pues deseo que se hagan cosas así en México tomando en cuenta los sucesos recientes, donde podamos participar.

A: El presidente chileno, Sebastián Piñera después de ver la película declaró que le parecía que estaba muy enfocada a la cuestión del marketing y que no se le había dado el papel fundamental que tuvo la sociedad a la hora de decir él “no”. Desde tu punto de vista, participando y además con toda la información que ya nos acabas de dar de que los mismos protagonistas estuvieron participando ahí, ¿qué papel se le está dando a la sociedad chilena en esta película?

 

G: En la UNAM, Pablo Larraín mencionó lo de Piñera y su crítica de que la película estaba demasiado enfocada en el marketing, pero que a final de cuentas él llegó a la presidencia por la publicidad. A mucha gente le gustaría ver ciertas cosas en la película y aunque sus opiniones sean válidas, la única respuesta es que hagan una película donde le den el enfoque que ellos quieran. Si vas a contar algo tienes que elegir cómo lo vas a hacer y Pablo lo que quiso contar fue desde el punto de vista del publicista y no desde la sociedad. Lo que él quería era resaltar que el sistema neoliberal que impuso Pinochet de la oferta y la demanda, el auge del marketing y de la publicidad a final de cuentas era su propio veneno porque con esas mismas armas lo derrocaron. Entonces todos estos puntos de vista que surgieron a raíz de la película son también de una experiencia personal, gente que vivió eso. Le preguntas a cualquier persona que nació a finales de los setenta principios de los ochenta que recuerda la franja, recuerda cómo Chile se paralizaba para ver la franja del “SÍ” y del “NO”. Cómo realmente era sorprendente ver por primera vez una voz disidente que apareciera en la televisión en una época donde si no aparecías en la tele no existías.

 

P: Regresando un poco a nuestra actualidad y al papel del cine y la importancia de la política, tú como alguien políticamente activo ¿cuál crees que deba ser el camino que tenga que seguir el cine? ¿Qué sigue para ti?

 

G: Hablando directamente de México el PAN tiene que cuestionar su razón de ser, de alguna manera reinventarse, el PRD y el PRI también, ahora ya que pasaron las elecciones tenemos que darnos un espacio para respirar y ver qué es lo que sucede para seguir adelante y para poder tener esa visión de futuro. En cambio en el cine pues no creo que se tenga que establecer o proponer hacia dónde tiene que ir de manera muy concreta y articulada creo que es más bien seguir con estos disparadores de actividad creativa, personal que nos siga sorprendiendo. Las buenas películas son puntos de vista personales. Obviamente también tiene que haber más mecanismos de apoyo y demás.

A mí me encanta la idea de que de repente haya alguien como Carlos Reygadas que no venía de un contexto del cine, nadie lo conocía y de repente decidió hacer una película y se convirtió en uno de los directores más importantes del mundo. En mi caso no tengo claro qué es lo que voy a hacer dentro de poco, seguimos con Ambulante por ejemplo, CANANA sigue produciendo películas y yo participando también en eso y activamente en el galope de esta película que lleva desde Cannes un recorrido bastante grande y espero ver hasta dónde nos lleva. A: Para los mexicanos, ¿por qué es relevante ver esta película? Me queda claro que la trama y las actuaciones están muy bien, pero en cuanto a la historia, ¿por qué debemos acercarnos a esta película?

 

G: Me pasa algo muy singular con esta película y creo que todos los que la han visto les pasa algo similar: rara vez suceden estas cintas a las que uno se refiere como “profundamente latinoamericanas”. No sé qué signifique eso, pero hay algo como con Memorias del Subdesarrollo por ejemplo de Cuba, con Los Olvidados en México, con las películas de Leonardo Favio en Argentina, hay de repente estos brotes de películas acerca de nosotros, todo país latinoamericano se siente profundamente identificado. Por esas razones es por las cuales sería bueno que vieran NO, para que veamos películas de Latinoamérica, pues estamos muy poco acostumbrados a ver nuestro cine. Y siendo más ambiciosos creo que en el mundo entero esta película puede tener una gran resonancia, en países como en África del norte por ejemplo, lo que ellos están viviendo con este despertar de la democracia.

Entonces creo que esta película también desata una especie de manera subversiva, un cuestionamiento que ya está, que está implícito, la sociedad lo está haciendo, el mundo entero lo está haciendo. Si le preguntas a un venezolano después de ver esta película qué siente, a un español, a un francés, a un inglés, digo países donde hubo recientemente elecciones, en Grecia ni se diga lo que esta película puede significar y bueno en Estados Unidos ahora cuando estábamos ahí presentándola todo mundo decía que esto es muy actual. Todo mundo siente que se apropia de la película y eso está genial.

 

 

J Turrell / P Glass @ Mérida Yucatán

COBERTURA ESPECIAL 53 FESTIVAL DE CINE DE TESALÓNICA. DÍA 7. REGRESO A CASA.