Un estadio prácticamente lleno en un partido de primera ronda, no es algo usual en el Abierto Mexicano de Tenis; pero Maria Sharapova es punto y aparte cuando de atraer multitudes de trata. Todo en Acapulco es Maria este año y el duelo que la número dos del mundo ganó ante la estadounidense Shelby Rogers (80 WTA) fue una prueba de ello.
Los piropos, los gritos e incluso las declaraciones de amor, fueron una constante durante el tiempo que Maria estuvo en la pista central del torneo.
Al comienzo partido, hubo cierta preocupación entre los asistentes pues Rogers logró quebrar el servicio de Sharapova, sin embargo, todo fue alegría de nuevo cuando Maria logró recuperar la ventaja algunos games más adelante.
La gente la apoyó en cada punto y Maria liquidó el trámite por parciales de 6/4 y 6/1, en poco menos de 1.15 horas y sin pasar mayores complicaciones. Con la victoria en el bolsillo, Masha lució sonriente y envió -como suele hacerlo- besos a unas tribunas que los recibieron con gran emoción.
En la sala de prensa, se vivió de nueva cuenta el efecto Sharapova. La mejor sembrada del Acapulco sorprendió a los periodistas con algo de humor en sus respuestas, arrancándoles algunas risas. Al marcharse, hubo más de uno que elogió su comportamiento.
Actualmente hay sentimientos encontrados en el corazón de la afición mexicana: existe alegría porque ya se dio el debut de Sharapova, pero también hay tristeza porque queda menos tiempo con Maria en Acapulco.
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María Fernanda Mora