¿Se acuerdan, “Tolucos”? Señala un fanático fronterizo la playera conmemorativa del único gallardete conseguido por la oncena canina, precisamente ahí, en el inmueble ubicado en Av. Morelos. La memoria latente en los visitantes parecía no encontrar parecido entre aquella noche de diciembre y la calurosa mañana de mayo mexiquense. El semblante del local dice otra cosa. Las últimas dos finales a las que ha accedido el Club Deportivo Toluca, han cerrado como locales, en esa fortaleza infranqueable para todo aquel que se atreva a poner pie en el terreno, sin embargo, no se si fue el horario de ambas finales cuando el sol ya no estuvo en ese punto donde la Bombonera se transforma en un bullicio arriba de los 30º C u otra de esas maldiciones que tanto acechan a los equipos de nuestro balompié las que evitaron una celebración local y así, un equipo novel en el máximo circuito frente a aquél equipo de azul, cuya trágica historia conocemos a la perfección, se coronaron en territorio escarlata, ¿Dos malos sueños o los días de gloria han pasado?
Latentes fueron las reminiscencias de aquella primera final y los aires de revancha se respiraban en un infierno guiado por el profeta lucifer, quien busca confirmar su posición cómo más elevada en la historia del casi Club centenario . En el campo, la filosofía “Cardoziana” fue clara: ir al frente. Toluca buscó abrir un marcador que quedó pendiente a ceros en la frontera, media hora y sólo era cuestión de tiempo, mismo que terminó segundos después cuando Antonio Ríos prendió un balón fuera del área y el infierno viajó al pasado, a los gloriosos años 90 de José Saturnino Cardozo, Fabián Estay, Hernán Cristante y compañía. La tribuna vivió en absoluta comunión con sus once guerreros y con la misma tónica, el diablo estaba a sólo 45 minutos de una nueva semifinal.
El sistema de competencia futbolístico, permite el “resultadismo”, pues, a pesar de la ventaja choricera, Tijuana estaba a un gol de distancia de acceder por el criterio del gol de visitante, mismo que sentenció a Toluca su no asistencia al Mundial de Clubes. Apenas a los 5 minutos de la parte complementaria y un testerazo de Dario Benedetto volvió a encender la máquina del tiempo y convirtió el Nemesio Diez en ese diciembre de 2012 para la feligresía xoloitzcuintle y en aquél 23 de abril para los locales. Toluca 1-1 Tijuana.
El viaje al pasado continuó hasta detenerse en aquel Toluca vs Necaxa en 1998, donde tras ir con un resultado adverso la mayor parte del cotejo, el grito de “¡sí se puede!” inundó las inmediaciones rojas y el diablo remontó. “¡si se puede!”, vuelve a gritar la zona Preferente del Nemesio con miras a despertar aquellos fantasmas dadivosos con los locales, así fue.
Minuto 59 y Toluca parecía arremeter cada vez más violentamente, presagiando el milagro mexiquense. Un rebote fortuito puso a Miguel Ponce en la incómoda posición de ese pequeño espacio de reacción que puede elevarlo al panteón lucifer o el desprecio colectivo por la oportunidad perdida, un riflazo y el sublíder general retoma la ventaja. Ya sólo media hora para obtener otro boleto a otra semifinal en el haber del mejor equipo de los torneos cortos.
Hoy es 4 de mayo, no 4 de diciembre y es 2014, no 2012. Hoy al Xolo, no le sale nada. Todavía con 10 minutos en el reloj y un gol de desventaja, Hernán Pellerano se ganó un boleto temprano a las regaderas y a Tijuana le faltaba un gol y un hombre. El Toluca, ya con la fiesta a tope, sentenció la eliminatoria en los pies del Edgar el “Pájaro” Benítez y con la derrota de Cruz Azul, el Diablo asegura que el camino al título del Clausura 2014 pasará por los dominios escarlatas
Después de otra típica ronda de prensa donde las excusas y las ilusiones son el pan de cada día, el Nemesio Diez luce abandonado, lejos del bullicio de la revancha. Los Diablos ya se preparan para evitar el segundo bicampeonato en torneos cortos, salvo un ataviado de penacho, de piel roja y con tambor en mano: ¡por aquí no León! Sentenció el fanático.