por Ricardo Marín (@reecardough) La vibra furiosa e implacable de Death Grips es quizá su característica esencial. Ya sea escuchando un disco, siendo golpeado hasta el hartazgo por miles de personas en uno de sus épicos conciertos o simplemente al ver un video de Youtube, Zach Hill y MC Ride transmiten una ira despiadada cuyo fin es aplastar cualquier tipo de expectativa.
Sin embargo, éstas actividades sólo engendran fanáticos igual de intensos e irascibles. Esto se evidenció en Chicago la semana pasada. Death Grips estaba confirmado para presentarse el sábado, en el festival. Esta presentación fue cancelada, no obstante, debido a que la noche anterior, el grupo debía tocar, bajo contrato, en el Bottom Lounge (un foro de conciertos de la ciudad). Sobra decir lo que ya anda en boca de todos: el dúo jamás se presentó y los asistentes respondieron destrozando el lugar y el equipo de la agrupación.
El diario Vanyaland, no obstante, publicó una historia que ha recibido atención considerable: Death Grips nunca planeó presentarse en el Bottom Lounge. Es más, Death Grips ni siquiera estaba en Chicago para Lollapalooza. Según la nota, el supuesto concierto en realidad fue una hazaña de la banda cuyo fin es dudoso
Por el momento en internet circulan todo tipo de chismes al respecto pero hay varias cosas que apuntan a la irreverencia y al set up. Death Grips no estaba en Chicago ni siquiera para su presentación en Lollapalooza. Y si eso es cierto, ¿por qué tendrían eventos confirmados en la ciudad? ¿Por qué, en el Bottom Lounge, había una batería y equipo para que la banda se presentara mientras, en el fondo del escenario, había una supuesta carta suicida de una supuesta fan en un supuesto after-party? ¿Qué quieren decir las crípticas fotos que subieron a su Facebook, un par de días posteriores al caos, en las cuales se ve una batería rota y destrozada?
Y, por último, con todo esto en mente: ¿Qué depara la próxima visita de Death Grips a la ciudad de México?