Noche de fútbol en el Estadio Azteca. El 22 de octubre de 2013 se jugó el partido entre América y Alajualense correspondiente al último partido de la fase de grupos de la Concacaf. Un día extremadamente lluvioso, un mal augurio para los locales, pero estos no se dejaron apagar por lluvias torrenciales que cayeron en todo el Distrito Federal. Aunque la directiva americanista rebajó los boletos a 20 pesos para tener mayor entrada, no se dio una gran cantidad de número de personas, era un estadio al 30% de su capacidad.
Comenzó el partido e inmediatamente el América tomó dominio sobre el balón, los americanistas necesitaban de un empate o una victoria para poder avanzar a los cuartos de final de la Concacaf, pero en frente de ellos había un equipo costarricense que no les iba a facilitar la victoria. El partido transcurría y las llegadas a los arcos eran escazas, pero las porras alentaban a su equipo con mucho entusiasmo para que pudieran anotar un gol. El América estaba encima del arco rival en los últimos minutos del primer tiempo y parecía que las águilas podían llevarse la ventaja antes de acabar el primer tiempo… ¡oh error! El equipo costarricense, en un gran contraataque, se lanzó sobre el área rival para poder anotar el primer gol de la noche. Jerry Palacios se levantó, entre toda la defensa americanista, para rematar un gran centro de Ariel Acosta y poder vencer al portero Moisés Muñoz que solo vio como el balón entraba lentamente a su arco. La porra del Alajualense era poca, pero cuando cayó el gol, pareció que el estadio estaba lleno de aficionados ticos que no paraban de gritar y celebrar el gol que les estaba dando el pase a los cuartos de final de la Concacaf. Después de 45 minutos el árbitro señaló el final del primer tiempo y cada equipo se fue a su vestidor, pero no sin antes recibir la rechifla de los aficionados presentes.
Inició el segundo tiempo y el América salió con pocas ganas de jugar, Miguel Herrera no había realizado cambios confiando en que su equipo podría encontrar el gol rápidamente. El equipo tico se encontraba con 11 en propia cancha sin dejar espacios para que América no pudiera acercarse al área. Llegó el minuto 18 y América se había perdido de una jugada clara de gol la cual los hubiera podido poner en la siguiente fase del torneo, pero Raúl Jiménez no logró empujar el balón a la portería sin portero, al contrario, decidió estrellar el balón en el poste y desperdiciar un gran centro de Sambueza. Todo el estadio se quedó atónito al ver cómo fue posible haber fallado un gol de esa manera y, por supuesto, las rechiflas y reclamos de los aficionados no se hicieron esperar. El América por más que buscaba no encontraba por donde poder meter el balón. Minuto 27 y América tenía un tiro de esquina, una gran oportunidad para poder empatar. El centro botó dentro del área y quedó a pies de Aquivaldo Mosquera para que éste solo tuviera que cruzar el balón y anotar, pero al disparar, el balón se estrelló en uno de sus compañeros y en el remate la pelota fue directa a las manos del portero; el cual perdía el tiempo al tirarse al piso con el balón y retrasarse en los despejes de área acentuando la agonía azulcrema. Alajualense no quiso irse solo con 1 gol así que decidió irse al ataque con un gran desdoble ofensivo. Jerry Palacios remato de media distancia tomando mal parado a Moisés, pero fue gracias a Aquivaldo que intervino en la jugada y evitó el segundo gol que aseguraba la victoria tica. Los minutos transcurrían y el América se desesperaba más y más al no poder anotar el empate y fue hasta este momento que se dieron cuenta que iban a ser eliminados. Las águilas comenzaron a desmoronarse poco a poco mandando centros a lugares donde no había nadie y haciendo jugadas que no tenían ni pies ni cabeza, el América estaba sufriendo en un partido que inicialmente era sencillo.
Finalizó el partido y el Alajuelense celebró como si hubieran ganado una final y con justa razón ya que habían derrotado y eliminado al campeón mexicano y se habían instalado en los cuartos de final de la Concacaf. Los americanistas solo bajaron la cabeza y se retiraron de la cancha donde habían sido víctimas del exceso de confianza y donde se habían encontrado a un equipo tico que salió a dejar el alma en la cancha con la mentalidad de llegar más lejos.
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