Era la primera vez que iba a una estadio. Llevaba unos tacos verdes y un suéter bordado con balones de fútbol, era un niño lleno de esperanza. Sin embargo, Cruz Azul y Puebla se encargaron de destruir todas las ilusiones de aquel niño y posiblemente encaminaron a un chiquillo de tres años hacia una vida de drogas y criminalidad. En un principio se le veía emocionado. No sé si era por el algodón morado o por el partido, pero aquel chico, cuyo nombre desconozco, estaba genuinamente contento. El partido inició con un ritmo muy parecido a aquel mítico Portugal vs México del quinto episodio de la temporada nueve de Los Simpsons. Aunque claramente, al no tener a Arriaga II en el campo, el joven aficionado comenzaba a aburrirse. Por suerte, su padre se dió cuenta de esto y logró mantenerlo despierto al comprarle una pizza. La comida italiana combinada con el autogol poblano al minuto 31 lograron mantener al primerizo aburrido pero despierto durante la primera parte del encuentro.
Antes de iniciar el segundo tiempo, el niño volvió a tener una sonrisa en la cara mientras miraba a las poco coordinadas porristas celestes bailando. No obstante, aquella sonrisa volvió a borrarse apenas iniciada la segunda mitad, cuando el niño comenzó a acurrucarse en las piernas de su padre, a lo que el señor rápidamente respondió comprándole una paleta de grosella. Aquella paleta roja logró mantener al chico espabilado durante 10 minutos, pero el espectáculo de horror que presenciaba en la cancha lo obligó a cerrar los ojos. Su progenitor intentó despertarlo con una bolsa de papas, pero el daño ya estaba hecho, era demasiado tarde.
A pesar del intento fallido con la bolsa de papas, el progenitor del niño aún parecía tener un as bajo la manga. Sin embargo, cuando al minuto 73 el Puebla realizó su último cambio y en vez de entrar Cuauhtémoc Blanco, entró el 'Chore' Mejía, aquel as se convirtió en un joker. Fue justo en ese momento que padre e hijo abandonaron el Estadio Azul, mientras el cronista miraba con mucha envidia, porque tendría que aventarse otros 20 minutos de juego.
Al final Cruz Azul consiguió su primera victoria del torneo frente a un Puebla con 10 hombres gracias a un autogol. El papá del niño gastó más de $100 de botana en vano. Y lo peor de todo es que, gracias a semejante espectáculo, a ese niño el fútbol, posiblemente, no lo mantendrá alejado de la calle y las drogas, no hubo ilusión ni nada que se la pareciera; así que si alguna vez los asaltan, tal vez puedan agradecerle a Luis Fernando Tena o a Rubén Omar Romano.
Víctor Lara
@EstaChiflado