Del 16 al 27 de mayo se celebró la edición 76 del reconocido Festival de Cannes, este es el responsable de impulsar a los artistas y directores de mayor talla dentro de la industria cinematográfica. Cada año el festival nos brinda una variada selección de películas internacionales a través de diferentes secciones.

Este año tuvimos la oportunidad de asistir a los últimos 3 días del festival del 25 al 27 de mayo a través de una acreditación que nos permitió acceder a todas las funciones a las que consiguiera reserva. El proceso para hacerlo se realiza cuatro días antes de las funciones y eventos de manera gratuita pero como es de esperarse, la mayoría de las funciones se agotan en cuestión de pocos segundos.

A pesar de eso logramos ver más de 12 películas gracias a que muchas reservas son canceladas de último momento (para evitar penalizaciones) y también gracias a que existe la línea de último minuto para cada función, con la cual accede una cierta cantidad de personas equivalente al número de asientos vacíos.

Íbamos con algunas expectativas de que este era un festival elitista que solamente les daba prioridad a celebridades y a otros de sus invitados, pero para nuestra sorpresa, el festival era lejos de ser eso ya que siempre tuvimos muy buen trato por parte del personal.

También percatamos que se buscaba hacer el cine accesible a varias personas no acreditadas a través de funciones de algunas películas clásicas que se proyectaban en la playa de manera pública. Eso sí, el festival mantiene de manera estricta ciertas reglas, como lo es el uso de trajes y vestidos para funciones de gala. Al estar formados para ingresar al teatro a través de la alfombra roja observamos como se le negó la entrada a un chico que vestía de esmoquin pero que estaba usando tenis.

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Más allá de las reglas y códigos, el ambiente que se vive en el festival es de constante emoción y energía por parte de quienes están asistiendo, ya que el denominador común entre las personas es la pasión por el cine, a excepción de unas cuantas que solo buscan admirar las celebridades, los vestidos y el glamour que inevitablemente también forman parte de este evento.

De las películas premiadas, tuvimos la oportunidad de haber visto tres de ellas, siendo: The Zone of Interest, la desgarradora y cuarta película del director Jonathan Glazer acerca de una interesante perspectiva sobre el holocausto que obtuvo el Gran Premio del Jurado; The Pot au Feu del director de origen vietnamita Tran Anh Hung, ganador a mejor dirección gracias a este contemplativo y poético drama gastronómico; y por último Perfect Days del prestigiado director Wim Wenders que nos brinda una bella película llena de alma y optimismo que se refleja a través de la actuación ganadora de Koji Yakusho.

Del resto de películas, varias fueron memorables y otras controversiales como siempre suele haber dentro de la selección oficial del festival. La única película mexicana dentro de la selección fue, Perdidos en la noche de Amat Escalante, un thriller que nos adentra en las problemáticas sociopolíticas de nuestro país a través de una historia provocativa y una dirección sobresaliente.

Después de haber asistido a funciones de medianoche y a primera hora de la mañana, solo restaba tomar un shot de espresso y aguantar el sueño para presenciar la función de clausura de la nueva película de Pixar, Elemental. De hecho, fuimos muy afortunados de haber entrado ya que mientras caminábamos al teatro, vimos a una gran cantidad de personas con sus mejores galas suplicando por una entrada para la última proyección del festival.

Definitivamente la experiencia de asistir al Festival de Cannes es única y extraordinaria para cualquier persona que sea amante del cine, ya que, al estar en el epicentro de los festivales de este arte, nos rodeamos de increíbles personas con grandes conversaciones que nacen a partir de un mismo tema: el cine.

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