En el traslado del Tren Ligero del Estadio Azteca al CECAP, mi mente dibujó una especie de campo de béisbol donde el coloso se pintó de “home plate” y la sede de la Copa México se disfrazó de la tercera base, de esa esquina caliente que precede la emoción de una carrera o el desplome de un “out” a unos pasos de rozar la gloria. Una vez en las canchas, los sentidos se avisparon y quien jugó fútbol en alguna escuela infantil fácilmente reconocerá ese olor a pasto recién cortado y ese sol que apenas se asoma, pero que obliga a buscar refugio debajo de un árbol.

China y Estados Unidos hicieron su debut en el Centro de Capacitación y abrieron la jornada doble en la cancha 2 del CECAP y aunque ya seleccionados por su país, ese derecho de portar el apellido en la espalda es un privilegio que sólo gozan de los que llegan “safe en home” y el reporte oficial es el auxilio para conocer a aquellos que en un futuro no necesitarán presentación.

El partido comenzó y faltaron pocos minutos para reconocer el clásico estilo ordenado y ofensivo del vecino del norte, mientras que el conjunto asiático no encontró un orden táctico y encerrarse fue la opción.

Poco tardó el conjunto de “las barras y las estrellas” para abrir el laberinto chino y por la vía del tiro libre, Christian Mate, número 10, quitó las donas del cotejo. De ahí para adelante, ya no era saber quien iba a ganar, sino por cuánto.

Ya en control del partido y del marcador, una figura se alzó por el resto de los 21 jugadores. Haji Amir Wright, delantero con el dorsal 7, generó y repartió oportunidades de gol, mismas que vio recompensadas en tres ocasiones y sumado a un penal y un remate de cabeza generado por un centro suyo, los cartones se detuvieron en 6-0 y Estados Unidos arrancó sin problemas y diciendo: “It’s all Wright”.

Omar García

@omarrgc