[Charla] Fabián Casas

Fabián Casas practica karate. Hizo boxeo, pero cambió los guantes por el gi. También observa y luego anota. De ahí ha surgido una obra que integra, sin distinción, ensayo, narrativa, y poesía. Escritura a tope, carente de trabas. Este ejercicio, el de fijar momentos, lo ejecuta Casas a diario mientras pasea por el tradicional Boedo, en Buenos Aires. De él me gusta su franqueza, el uso preciso del lenguaje, la mirada que transforma los asuntos comunes en situaciones cercanas a la epifanía. Y que se maravilla ante el oficio sin considerarlo sacro, sin empañarlo con palabrería innecesaria. Estudió filosofía, trabajó en Olé (un diario deportivo) y es seguidor de San Lorenzo de Almagro, el club de su barrio. Me parece que el Casas persona supera siempre al Casas figura pública, al intelectual, a la referencia de la “Generación de los noventa” en la poesía argentina. Incluso lo anula: al leer a Casas uno se encuentra de pronto frente a un camarada de hace años. Y eso, en un oficio que prácticamente trata sobre mentir sin clemencia, es un valor, cuando menos raro. A su obra llegué por Ocio, la novela que en España editó Alpha Decay, y desde entonces me parecía extraño que en México nadie se hubiese interesado antes por esta voz tan potente. Ahora, Almadía edita El pequeño mecanismo de los acontecimientos, una antología que realiza escalas afortunadas en los puntos altos de su labor poética.

 

 

Fabián, los poemas que componen El pequeño mecanismo de los acontecimientos pertenecen a distintas épocas. ¿Cómo es volver luego de tanto tiempo a ellos y tratar de reconstruir una historia personal, en retrospectiva?

La sensación que tengo con los poemas es que fueron escritos por otra persona. Reconozco temas y recuerdo momentos cuando los escribí. Estoy contento con ellos, pero , la verdad, ya pienso en otra cosa: la próxima novela, el próximo ensayo, el próximo examen de karate.

 

Pensando en cómo ha ido transformándose tu escritura desde Tuca, ¿crees que en esta breve selección puede encontrarse una condensación acertada de tu obra?

Sí, me parece que lo que hizo Hernán Bravo Varela es notable. Aparte de demostrar una gran bondad.

 

Gran parte de tu literatura se relaciona, ida y vuelta, con el barrio de Boedo. Ante una situación urbana en constante cambio, ¿piensas en tu obra como testimonio de la presencia cambiante e inestable del lugar?

No sé, nunca pienso en la posteridad. Creo que en definitiva todo va a desaparecer en la entropía universal.

 

La idea de un poema y su forma, ¿aparecen para ti al mismo tiempo o se suceden?

 A veces aparece la idea y a veces es una frase o una imagen la que dispara el poema. Y si bien los escribía a partir de una emoción, después los trabajaba como una máquina. Nada de romanticismo.

 

¿Y cómo vas hilando ese mundo –la mayor parte de las veces silencioso y apenas perceptible– que existe entre un poema y otro?

Los poemas, los ensayos , las novelas surgen de una misma música; es verso o prosa de acuerdo a los cambios de respiración de la historia.

 

Se inscribe tu obra en el cajón de la “literatura privada”, porque en ese terreno impugnas la universalidad en favor de la forma personal. ¿En qué punto esa escritura privada deja de serlo para ti?

Es privada y, a la vez, colectiva. Para mí la literatura es una construcción colectiva, no individual.

 

¿Qué tanto otorga y quita el permanecer alejado de los círculos literarios ortodoxos y de la academia?  

Me parece que pensarte dentro de la liteartura te impide escribir, pensarte dentro de la filosofía te impide pensar. De manera que siempre es productivo frecuentar relatos mestizos.

 

 ¿Qué otros nombres de tu “generación” mencionarías al lector mexicano? Y de los chicos que han tomado tu escritura como referencia: ¿Con cuáles empatizas más?

Laura Wittner, Martín Gambarotta, Roberta Iannamico, José Villa, Daniel Durand, Martín Rodríguez, son algunos de los peotas contemporeaneos que admiro. No hay chicos que hayan tomado mi escritura como referencia.

 

¿Qué tal lo llevan por San Lorenzo esta temporada, con Lombardi y el súbito armado de la plantilla con retales de distintos clubes?

Caruso Lombardi me parece un pésimo ejemplo como persona y un técnico conservador, de derecha.

 

 

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