Carnaval de Bahidorá 2014 @ Las Estacas

Fotos por Rodrigo Jardón

Después de manejar casi dos horas en carretera y buscar señalizaciones para llegar al parque Las Estacas, el Festival de Bahidorá recibe a los invitados con un ambiente relajante y caluroso. Lo primero que había que hacer era armar las tiendas de campaña, ponerse el traje de baño y lanzarse al río helado para bajar un poco la temperatura. Después, ya con una cerveza con chamoy en mano, era momento de disfrutar de las bandas que pondrían el ritmo a lo largo del día, noche y madrugada. El público estuvo bastante tranquilo, salvo unos pequeños casos como el del dude que se desnudó y simuló hacerle el amor al pasto.

Caloncho - por David Segundo

Los primeros delirios bahidorianos estuvieron a cargo de Caloncho.  El escenario estaba adornado por deliciosos frutos tropicales, mientras el sol resplandecía y tostaba las pieles.  Sólo los viajeros más entusiastas se encontraban en Las Estacas cuando el jalisciense empezó a enamorar con sus melodías tropi-pop. El suave ritmo de “Palmar” se encargó de hacer levitar a las personas, gracias a una letra que invita a estar en bañador y simplemente nunca regresar a la ciudad. Por otro lado, “Chupetazos” subió la temperatura, e hizo que el Carnaval de Bahidorá tuviera sus primeros flechazos amorosos.

Mahmundi - por Luis Calleja

Mientras los rayos del sol comenzaban a calentar el lugar, Mahmundi tomó posesión del carnaval Bahidorá para calentar los cuerpos de algunos asistentes que ya estaban frente al escenario.

Los sintetizadores con sabores tropicales del proyecto de Marcela Vale se mezclaban con las diferentes actividades que sucedían alrededor del festival. Gente nadaba en el río y otros caminaban descalzos, se pintaban las caras de colores brillantes y armaban sus coronas de flores.  Mientras tanto, la cantante brasileña ponía a bailar a aquellos que no se cubrían del sol bajo las palmeras. El sonido caluroso de Mahmundi, distingue unos beats ochenteros pero que nos transportan a una playa bajo el sol de Río de Janeiro. En este caso, quedaba perfecto para el paradisiaco lugar que ofrecía Bahidorá, lleno de naturaleza y folklore pero sobre todo, de baile.

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Oso Leone - por David Segundo

Tras nadar en aguas cristalinas, reponer energías en el pasto, comer alimentos de diversas latitudes, era momento de presenciar a  Oso Leone. Con un sonido hipnótico los mallorquines fueron capaces de envolver al público en una trance marcado,  gracias a las herbáceas composiciones de su último disco Mokragora (Foehn Records, 2013). El tiempo se detenía, sólo se vislumbran cuerpos moviéndose lentamente ante las ráfagas solares que emitía Oso Leone. Un momento para reflexionar, para simplemente flotar y conectarse con la naturaleza.

Bomba Estéreo - por Dave Brennan

Dieron las 4:20 pm y fue momento del estallido del baile. Bomba Estéreo logró acabar de encender la chispa del movimiento en los presentes, que habían estado relajándose en el río o disfrutando de unas exquisitas hamburguesas portobello. Con canciones como "Cumbia psicodélica" y "Fuego", la tecnocumbia con aires tropicales bastó para que muchos dejaran de hacer cola para comprar coco con ginebra y corrieran frente al escenario para zangolotearse mientras le pegaban a pelotas inflables gigantes. Hasta 24 horas después del concierto, el público no podrá evitar repetir en su cabeza “psico psico psico psico psico psicodélica”...

Wild Belle - por Luis Calleja

Letras de amor y deseo mezcladas con sonidos que recaen en los beats de una batería en contratiempo. La gente bailaba lentamente.

El calor ya iba disminuyendo cuando Wild Belle subió al escenario de Bahidorá. El proyecto de los hermanos Bergman reunió a una gran cantidad de personas, que se dejaban llevar por los suaves ritmos de un saxofón, un teclado y una dulce voz femenina.

Muchos corrían en traje de baño en los alrededores, otros disfrutaban de ver a la banda mientras tomaban agua de coco. El profundo sonido del saxofón de Elliot Bergam buscaba mantener a buena temperatura una noche que prometía ser fría. Tocaron poco más de la mitad de su único disco Isles. Se despidieron con “Keep You” , ante un público emocionado por verlos.

Poliça - por Re Vázquez Esteva

Poliça salió alrededor de las 7PM al escenario, cuando el tiempo en Bahidorá aún hacía un poco de sentido y apenas comenzaba a desfragmentarse con la caída del sol. Entre voces como perdidas y un synthpop sucio de mucha calidad, Channy Leaneagh, la vocalista del proyecto, embrujó a una buena parte del público al hacer que todos la voltearan a ver sin poder romper con el hipnótico trance que provocaba. Resulta muy curioso que Natalie Bergman de Wild Belle y Jennifer Lee –mejor conocida como TOKiMONSTA– hayan provocado un efecto similar sobre la gente; al parecer, este fue un carnaval de mujeres poderosas con una presencia desgarradora sobre el escenario.

Entre el sonido de tracks pertenecientes a los dos discos de Poliça —Give You The Ghost (Totally Gross National Product, 2012) y Shulamith (Mom + Pop, 2013)— y una preciosa y fina versión en vivo de “Chain My Name”, este fue el acto perfecto para darle un giro más electrónico y oscuro al Carnaval de Bahidorá.

Autre Ne Veut - por Máximo Arozarena

Eran apenas las 2 de la tarde cuando me llegó la terrible noticia. Por un vuelo sobrevendido y la fuerte helada que está afectando a todo Estados Unidos, Autre Ne Veut vendría en su versión Karaoke… Si el tiempo lo permitía. Cayó la noche, el hermoso escenario verde y las aguas cristalinas de las estacas estaban envueltas por la oscuridad. La enorme telaraña de hamacas, puesta a manera de activación, estaba llena de personas tomando un respiro; yo era uno de ellos. La incertidumbre y una migraña espeluznante resonaban en mi cabeza, ¿sí llegará? ¿qué si se retrasó el vuelo?  Pensamientos y paranoias alimentadas por la cerveza y el velo nocturno.

Al terminar Poliça me lancé rápidamente hacia el escenario, en un acto de fe. Solo y ansioso esperé a que se apagaran las luces y que empezara el show que tantas ganas tenía de ver, aunque estuviera rebajado por agua. De pronto se apagaron las luces del escenario y en una sincronía perfecta, me encontré con mis compañeros de festival. En ese momento empezó "Play by Play", una de mis canciones favoritas del año pasado. "Ego Free Sex Free", "Counting", "Don’t Ever Look Back". Las mejores canciones del Anxiety (Software Recording Co., 2013) ejecutadas a la perfección, entre burlas de su soledad sobre escenario, su versión “playback” y diversas invitaciones dirigidas hacia el público para que se suban al escenario y lo acompañen con un par de instrumentos. Cabe resaltar que intenté subir pero no lo logré :(.

Al público parecía no importarle lo que sucedía sobre la tarima. Muchos platicaban, otros bailaban sin saber quién estaba sobre el escenario. En un punto una mujer pintada de neón se volteó a preguntarme quién cantaba. Le respondí pero no pareció importarle, ella siguió con su viaje.

Al final se prendieron las luces, se terminó un show accidentado por problemas de logística ajenos al festival y a la banda, no sonó "On and On", pero aún así salí con una gran sonrisa en la cara. Ya me podía despedir de Bahidorá, un festival único, en un lugar increíble.

Baths - por Betoques

Una vez más mi agudo y atinado presentimiento se cumplió  (es una maldición que me impuso un pájaro predicador en el centro de Coyoacán). La premonición comenzó a partir de que atravesé por el puente principal del carnaval y observé con atención el rió azul. Inmediatamente sentí una iluminación  sensorial en la que percibía como se entrelazaban los neurotransmisores de distintas áreas de  mi cerebro y como se mojaban mis pantalones ante la sobreestimulación que estaba experimentando.

De repente todo se volvió un abismo en el que sólo escuchaba como el río se comunicaba conmigo mediante las frecuencias que rebotaban en las superficies y fue cuando escuché:

    Ba      ths

n          o

  s    e       r    á

  a    p re     ci    a  do

Malviajado ante lo que me acababa de dejar caer la deidad de Bahidorá y porque ya no tenía cambio de ropa, decidí encaminarme a la palapa de medios para permanecer ahí hasta que  dieran las 9:30 pm. Lamentablemente lo que me había dicho el río se comprobó desde la primera canción que tocó Will y su amigo, toda la atención dirigida al escenario se alternó hacia las personas y los puestos de alcohol o comida.

Para cuando estaba sonando “Lovely Bloodflow” el sonido de pláticas y risas estaba en un plano justo debajo de las percusiones y hacía parecer como si Baths fuera un intermedio musicalizado. El desinterés  del  público por Baths no tenía que ver con el sonido o la calidad de la presentación,  la razón por la que no se logró una sintonía era que su música estaba fuera de contexto. Así como cuando pones a un oso de peluche en un banco (… con ese ejemplo Burroughs  expresaba lo que era algo “fuera de contexto…), poner a Baths en esa hora de la noche en el carnaval rompió con el esquema del entorno.

La dosis que manifestaba Will no lograba embonar con lo mood de la gente y desafortunadamente no fue apreciado. Habrá que considerar el regreso de Baths en otro tipo de evento y ambiente, también tendremos  que estar atentos a lo que nos diga la deidad de Bahidorá  cada vez que nos pongamos en contacto con sus elementos … ojalá no sean más sentencias malviajosas….

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Blue Hawaii - por Dani Ring

En la vida real, las 11 de la noche de un sábado significa ir calentando motores para fiestear… en la realidad alterna, donde la pachanga lleva más de diez horas andando, la percepción del tiempo-espacio ya se ve afectado por razones que espero entiendan.

Bandas antes de que subiera Blue Hawaii a meter en trance a los que seguían parados viendo al escenario, pasó un extraños fenómeno: los músicos llevaban a la gente a una especie de declive y cuando terminaban de tocar, el público ya no reaccionaba tanto… hasta que le subían a la música de fondo y prendían la luz, todos se levantaban a cantar, bailar y brincar con una fina selección que incluía a Barry White, LCD Soundsystem o Fatboy Slim.

Suena triste pensar que lo que ponían después obtenía una mejor reacción de los demás, pero el propósito que tuvo - sin querer - Blue Hawaii fue traer hipnotizados a los que aún se mantenían de pie. Entre un gladiador, unas viejecillas, un par de vikingos o todas aquellas muchachitas con flores en la cabeza, el atasque electrónico apenas iba empezando.

TOKiMONSTSA - por Re Vázquez Esteva

Entre los comentarios más recurrentes y acertados acerca de este show está el “TOKiMONSTA es una atascada, ¡está increíble!”. Y esto tiene todo el sentido del mundo, pues la productora y DJ californiana trajo con ella todo el swag estadounidense y lo hizo explotar en beats poderosos, energía descontrolada y una estética como de realeza. Con un atuendo oscuro, un chongo perfectamente acomodado y bling en el cuello, TOKiMONSTA salió a tocar alrededor de las 00:00, cuando el tiempo ya no tenía relevancia alguna para los que seguían bailando cerca del escenario del Carnaval de Bahidorá.

Entre intensos remixes a tracks como “212” de la rapera neoyorquina Azealia Banks y versiones live de hermosos tunes originales como “Go With It (feat. MNDR)”, TOKiMONSTA fue sencillamente, de lo mejor de Bahidorá. Pocos errores al mezclar y muchos decibeles que dejaron sordo a más de uno. Entre el elegante ruido de la californiana, muchos se movían de un lado a otro con cada beat que lanzaba: amantes entre el público y personas solitarias que probablemente ya habían perdido a sus amigos entre la gente por igual.

Classixx (LIVE) - por Luis Calleja

La noche ya había caído por completo. Eran las 2:30 am cuando Classixx por fin se montó en el escenario. La gente despertaba de sus siestas recuperadoras y se acercaban a la música. Muchos revivían del piso y se incorporaban para seguir la larga noche de baile que los esperaba. El acto en vivo de Classixx sacudió los cuerpos de todos los que estaban frente a ellos. En la parte de atrás, algunos muertos vivientes se movían como podían. Hasta adelante, una enorme fiesta eufórica saltaba y bailaba mientras se escuchaba “All You’re Waiting For” y “Holding On”. El carnaval se llenó de baile y emoción en 35 minutos que pasaron volando, pero que a muchos les dio un segundo aire.

Matthew Dear (DJ Set) - por Dave Brennan

Sólo los más resistentes y necios seguían de pie en la madrugada. Ya se había terminado la hora en la que se vendía alcohol y muchos ya disfrutaban de un merecido sueño en sus tiendas de campaña, pero algunos que ya ni sabían gracias a qué sustancia seguían de pie estaban moviéndose como robots mientras escuchaban a Matthew Dear mezclar. Durante hora y media, el tech house cerró el festival con broche de oro: ayudó a unos pocos a mantenerse despiertos para ver el amanecer y también se alcanzaba a colar en los sueños de las personas que sus cuerpos ya no les daban para más.