Brill Bruisers (2014, Matador), el más reciente álbum de los canadienses, remite al aura que fue generada en Twin Cinema, donde la madurez del grupo se hace presente y es inevitable escuchar un sonido más sofisticado en producción, mucho desahogo pero menos desenfreno y una composición más compleja. Lo mejor es que los nativos de Vancouver tampoco olvidan la capacidad de diversión y verbena rock-pop por la cual fueron conocidos en primer lugar. Esta agrupación ha mantenido un sonido que revisita el pop de varias maneras, y en éste es evidente desde la portada —la cual parece haber salido de una envoltura de chicles de hace diez años— llena de colores brillantes y chillones. Sobre esto, A.C Newman (una de las voces y plumas principales del conjunto) declaró: “Este es un disco de celebración. Tras periodos difíciles, estoy en un lugar en donde nada en mi vida me está arrastrando hacia abajo y la música lo refleja”.
El grupo decidió abrir el álbum y comenzar su promoción con el sencillo homónimo. En éste se puede notar uno de los cambios distintivos: las distorsiones son más suaves y no tan estridentes como en los primeros discos. El espectro de ruido que había en otras producciones ahora se traduce como una clara orientación más tierna, que en su mayoría se va al goce inocente y lúdico.
“War on the East Coast” es la primera vez que se escucha la voz de Dan Bejar (también vocalista de Destroyer e integrante de Swan Lake) dentro de la producción, en lo que parece la primera canción de rock en Brill Bruisers; no obstante, ésta eventualmente se torna en una acelerada pieza de power pop con el estilo lírico clásico de Bejar: crítica y decepción social, evidenciada en versos como: “I wanted to go home with you, I wanted to stay true to the cause, but look what we're living in” [Quería ir a casa contigo, quería mantenerme apegado a la causa, pero mira dónde estamos viviendo]. El video también apoya estos temas retratando un vecindario de disturbios y violencia (si esto es o no una alusión atinada a lo que sucede en Ferguson, Missouri, son interpretaciones aparte).
Es con canciones como “Another Drug Deal of the Heart” que se manifiesta la faceta texturizada y ambiental del disco. No hay distorsión ni afán de locura, pero entre teclados, sintetizadores y guitarras melódicas —aunados a la precisión que tiene este grupo para ensamblar voces con instrumentos de maneras fantásticas— se expande esta noción de pop que tan bien le va a este disco. “Marching Orders”, en particular, destaca con la característica voz de Neko Case embonada a un bajo grueso y constante, mientras que la letra oscila entre el idealismo y romanticismo melancólico: “Unfinished parts of the death ray on the lawn. Let them rust, turn to dust. What the heart can't imagine we'll trust” [Partes no terminadas del rayo de muerte en el pasto. Que se oxiden, que se vuelvan polvo. Confiaremos en lo que el corazón no pueda imaginar], son versos que chocan con la melodía afable e inocente. Definitivamente uno de los puntos más altos del disco.
El otro espectro sonoro que explora Brill Bruisers es de un explosivo power pop, con canciones como “Dancehall Domine”, que tiene una batería trabada y un arreglo vocal sumamente procesado de porte esquizoide, remitiéndose a un estilo más ochentero. En este espectro también se encuentra “You Tell me Where”, canción que cierra el álbum con un coro ruidoso hecho expresamente para los empujones y una letra melancólica que invita al éxtasis, a dejarse llevar completamente entre una batería ruidosa y guitarrazos estridentes. Al final de ésta, se escuchan un par de voces traslapadas que, parece, están jadeando; claramente es un final poderoso.
Desde la arista más literal posible, Brill Bruisers tiene una traducción muy obvia. Brill es, como ya se dijo, un apócope de brilliant [brillante] y bruise quiere decir moretón. No puede haber nada más claro que esto: Brill Bruisers es puñetazo rosa tras puñetazo rosa, es un moretón placentero tras moretón placentero, es una singularidad rock pop del corte más fino, . Este álbum representa el cambio que The New Pornographers tomó hace dos discos, pero aquí fue ejecutado con más sustancia y capacidad que en las entregas anteriores. Aunque no viene sin fallas —la canción homónima puede llegar a ser repetitiva y algo sosa— esta banda canadiense parece haber tomado una dirección que no se aleja de su indie rock inocente y complaciente, pero ahora ve hacia adelante como no lo había hecho en varios años.
El disco físico del extracto lo pueden encontrar en la Roma Records, que se encuentra en Álvaro Obregón 200, Colonia Roma. Para más información visiten su sitio web: laromarecords.com