Tristísimo fue el amanecer del 9 de julio en Brasil. La loza de siete tantos pesaba para mover las sábanas en la mañana. Pero en Argentina, se festejaba la Declaración de Independencia que fue proclamada en 1816 y aparte, se festejaba en la noche el pase a la Final del Mundial de Brasil 2014. Seguramente con los aficionados albicelestes que lo vivimos en Río de Janeiro ni se acordaron de eso. Pero Brazuquita y yo, nos sentamos con nervio en el bar a una cuadra del Fan Fest. Y es que podría parecer que el mejor lugar para vivir el futbol en un Mundial es ahí, en el Fan Fest y la verdad sí pero no es lo mío. Parado dos horas o un poco más bajo el rayo del sol y entre cantos, gritos y cerveza. Dirán que vaya mi aspecto amargado, pero sí. El futbol lo disfruto sentado con unas cervezas y me dejen verlo en paz. De por si estábamos entre argentinos que sufrían cada minuto incluyendo gritos y sombrerazos, aunque no niego que nos contagiaban con su tensión. Fue transcurriendo luego del buffet que nos habíamos zampado, cuando las caipirinhas y cervezas fluían en el bar. Holanda y Argentina no jugaban a mucho, pero así es el futbol. Esperábamos un partido trabado y aburrido y así ocurrió. Pero mientras los minutos avanzaban la tensión era peor y la cerveza se consumía. No sabíamos si le iba alcanzar a Argentina y a Messi. En esta ocasión necesitó empuje de las entrañas de Mascherano. Entre sus dos salvadas y el cuarto cambio imposible para Van Gaal, a Holanda no le alcanzó.
La fiesta en las calles era total. Los argentinos bailaban y festejaban en la calle mientras los brasileños sufrían todavía más tras lo ocurrido un día antes. Habían más policías que civiles. El gobierno tomó sus precauciones y supuso una estampida y caos entre argentinos y cariocas. Y nosotros fuimos testigo.
Cuando cenábamos tras el partido, en uno de los bares más importantes de Ipanema, una estampida de golpes entre bullicios de boludos y ches saltaron hacia nosotros. Más de un golpe entre todos estos. Nunca supimos lo que fue realmente, pero cuidado que aquí en Río será la final el próximo domingo. Sin con el pase a la final y unas copas de más se puso así la cosa entre paisanos argentinos, imaginemos que será la noche del 13 de julio en Maracaná si el destino sigue su curso. Cuidado.
Por Juan José Ramírez (@JotaJotaRam)