Con el “soy simplemente yugoslavo” de Emir Kusturica se puede reflejar el sentir de una población bosniaca fracturada por profundas líneas étnicas tras una guerra que cobró más de 200 mil vidas. Hoy, según el registro de la FIFA, el mismo número de personas practica futbol en una nación que tras cinco intentos fallidos, llega a Brasil 2014 como el único país debutante.