Por: Berenice Vieyra
Desde niños, nadie dijo que la realidad en ocasiones podría ser dura, que no todo el tiempo se puede ser feliz. Los conceptos como vida, amor o muerte nunca fueron explicados del todo. Pese a ello, sobrevivimos, plagando nuestros días con vivencias y recuerdos, algunos más oscuros o nublados que otros. Aprendimos a huir de la realidad, a crear lugares que nos alejen de lo que consideramos malo, a escapar de vez en vez a través de una imagen, un libro, un disco. Beach House, desde el nombre, es esa casita en la playita a la que recurrimos para incluso vernos desde afuera.
Fue hace pocos meses que el dúo de Baltimore, mostró Depression Cherry, e inesperadamente publicaron su sexta producción: Thank Your Lucky Stars. Es destacable que si bien ambos fueron grabados a la par, suenan diferente, el antecesor mostraba una frialdad devastadora y en la nueva producción quedan ahora sólo algunos indicios de esa depresión. Pues también los momentos cúspide y mesetas de sentimientos se mezclan en esta entrega. Su particular poder de arropar sentimientos es también distinguible y continúan haciéndolo a través de la voz de Legrand y los riffs de Scally.
Beach House abre el disco con “Majorette”, una suave melodía que muestra lo dulce que puede llegar a ser la voz de Victoria. “Nothing is new and either are you” aparece como un guiño a todo el disco en general y el comienzo de una velada de ensueño. Quizá por la cercanía es casi imposible no comparar los álbumes, como también lo es no buscar hilos conductores que muestren que es lo que esconden Victoria y Alex.
Un shoegaze lento y la distorsión de amplificadores es la segunda pista de “Sparks” ahora en contenida con “One Thing”, las tonalidades in crescendo y rústicas del teclado de “Common girl” nos remiten a “On the sea” (Bloom, 2012). A lo largo de todo el disco, incluso en sus recovecos está el sonido que los ha distinguido siempre.
https://www.youtube.com/watch?v=6FaQskBX8Pk
La obra entonces, sigue creando imágenes, ecos que se muestran como peticiones innegables en “All Your Yeahs”. El despertar del letargo llega en las últimas dos canciones: “Rough Song” y “Somewhere Tonight”, esta última destacable también por el juego de órganos digna de un baile de graduación, una última parada de encantamiento antes de llegar al mundo real.
A pesar de que muchos podrían decir que Beach House no ofrece nada nuevo, quizá es porque no pretenden hacerlo. Quizá es como cuando nos enamoramos, cuando nos hemos entregado más que nunca y de pronto nada queda, todo se pierde. No queda más que recoger las piezas y recurrir al pasado para encontrarnos, para no olvidarnos, para volver a empezar.
https://www.youtube.com/watch?v=kTqwzjzQo54