¡Buenas noches, Guanajuato! Ana Moura Teatro Juárez
Por Agustín Peña
Bajo, guitarra y guitarra portuguesa acompañaron la suave voz de Ana Moura en una noche que ayudó a comprender la suadade portuguesa, esa melancolía y nostalgia, ese vacío profundo que habita en un alma que extraña el terruño. Una cantante que cuenta la historia de cada canción con un tono de voz que invita a escuchar llenando con potencia el recinto, pero con una cadencia conmovedora. Para la anécdota, en el programa incluyó No Expectations de los Rolling Stones y que forma parte del Rollins Stones Project, donde se invita a otros artistas a hacer una versión de ciertas canciones de la banda pero en su estilo. Incluyó tamibién el huapango Cucurrucucú Paloma, que inmortalizó para nosotros una Lola Beltrán y tantos cantantes nuestros con los que han dado la vuelta al mundo, canción que formó parte de la infancia de Ana y que recordaremos en versión de otro portugués, Caetano. Tres extraordinarios músicos acompañaron a Ana, que mostraron un grado supremo de pericia en la ejecución, los cuatro convencieron, e hicieron la magia de una noche amena. Al final el público pedía más, Brown Sugar y Leva-me aos Fados fueron las canciones con las que cerró no sin antes invitar al público a corear “Buenas noches Guanajuato”.
La gente respondió con empatía, Ana Moura señaló el privilegio de vivir en Guanajuato y mencionó su gastronomía como algo envidiable. Aún con la barrera del idioma Ana Moura fungió como animadora. Con las distintas fechas en su gira por México, sin duda el Cervantino ha sido el más emotivo, según sus palabras.
FOTOS: Agustín Peña